Tergiversaciones

Tras el golpe de Estado del 36, su terrible represión y 40 años de oscurantismo y dictadura, creíamos que ya habíamos tenido bastante. Pero la democracia española, una democracia tutelada y vigilada por el régimen franquista que la consintió, nació tocada por la renuncia a unos principios que una verdadera democracia no hubiera podido obviar… si hubo represión debería haber habido investigación y resarcimiento para las víctimas. Las víctimas del franquismo eran una realidad incómoda para los burócratas pactistas que hubieron de dejarlas en las cunetas de la impunidad, el Régimen nunca habría consentido que se les juzgará por sus …

Tres dictadores fascistas, su única diferencia como los ha tratado la historia, dos de ellos reconocidos como lo que fueron, el otro todavía subido a los altares.

Tras el golpe de Estado del 36, su terrible represión y 40 años de oscurantismo y dictadura, creíamos que ya habíamos tenido bastante.

Pero la democracia española, una democracia tutelada y vigilada por el régimen franquista que la consintió, nació tocada por la renuncia a unos principios que una verdadera democracia no hubiera podido obviar… si hubo represión debería haber habido investigación y resarcimiento para las víctimas.

Las víctimas del franquismo eran una realidad incómoda para los burócratas pactistas que hubieron de dejarlas en las cunetas de la impunidad, el Régimen nunca habría consentido que se les juzgará por sus crímenes.

Hoy, cuarenta años después, cuando la democracia cumple tantos años de implantación como tuvo la propia dictadura, la sociedad española ya parece estar madura para que aparezca un neofranquismo que, en verdad, siempre estuvo ahí, moviéndose en las tinieblas.

Unas jóvenes asesinadas como represalia por la muerte de un oficial de la Guardia Civil, pasan a ser tildadas de torturadoras y “violadoras”(sic) por lo que estarían bien fusiladas… y eso lo dice un parlamentario en una democracia.

Las víctimas del franquismo pueden ser vilipendiadas porque son víctimas de segunda, sin embargo, que a nadie se le ocurra hacer una crítica, siquiera suave y contrastada, a una víctima del terrorismo etarra.

Dos ministros de una democracia, uno de ellos víctima de la represión nazi, pasan a ser unos asesinos y criminales a los que no se les debe reconocimiento alguno… pero sí que, a la vez, estos individuos defienden mantener las calles dedicadas a los franquistas, y lo peor es que la derecha “moderada y democrática” no solo les sigue el juego, sino que tienen iniciativas en ese mismo terreno: quitar placas con nombres de ciudadanos y ciudadanas inocentes asesinados por militares golpistas.

¿Cómo se puede justificar? ¿Si hubiera tenido éxito el golpe de 1981 y se hubieran asesinado a cientos de personas y si se hubiera vuelto a una represión dictatorial, nos parecería bien homenajear a esas víctimas de haber vuelto después a la democracia? ¿Qué diferencia hay con los muertos de los años 30, 40 o 50?

Es inaceptable que vuelvan a vendernos que Franco fusilo “por amor” (Ortega Smith dixit).

Que digan que la democracia volvió (al cabo de cuarenta años, aunque también se “votaba” en el franquismo, según este mismo señor) gracias a los golpistas.

Hermann Tertsch, eurodiputado de Vox, ya ha recibido un rapapolvo europeo por decir esas cosas.

Se pongan cómo se pongan hay que explicar a esos chicos y chicas jóvenes que los votan, a los que votan a los neofranquistas, lo que se tuvo que explicar a este eurodiputado:

En España había una democracia.

Los militares y los fascistas hicieron un golpe de Estado que termino en una guerra, una represión brutal y cuarenta años de dictadura. Sin libertades de ningún tipo y que fusiló personas hasta el último año de su existencia.

La democracia subsiguiente, tutelada inicialmente por gran parte del Régimen, puso como requisito la total impunidad para los que delinquieron en su defensa y asentamiento.

No hubo bandos, hubo golpistas y defensores de la legalidad democrática.

No todos realizaron una misma represión feroz y brutal, el franquismo uso el terror como instrumento para doblegar a la sociedad republicana, ahí están las arengas de Queipo de Llano y de Mola a este respecto, para quién las quiera consultar.

Yagüe, general falangista, asesino de miles de prisioneros de guerra sigue teniendo dedicado un pueblo tras cuarenta años de democracia.

Cuando imaginábamos que esa tutela ya no fuera más que un mal recuerdo lejano, vienen los neofranquistas a seguir tergiversando la Historia, consiguiendo cientos de miles de apoyos de gentes que, claramente, no son fascistas en su mayoría, pero es un hecho que nos muestra que algo se ha hecho rematadamente mal estos últimos decenios.

La derecha europea, con su origen antifascista y antinazi no se alía nunca con los neofascistas. En España, hasta los liberales, supuestamente europeístas, lo hacen.

Nos falta educación democrática, y eso solo es atribuible a esta democracia de base tan endeble.

El discurso de “todos los políticos son iguales” solo prepara a la sociedad para aceptar una nueva dictadura.

Con estos mimbres no hay en absoluto garantías de no repetición.

Respeto a los que murieron por ser demócratas es educación democrática y garantía de futuro en convivencia. Pero esto no se construye en el aire, hay que trabajarlo.

No lo olvidemos.

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