Dinero público que debería haber servido para impulsar la reindustralización y que terminó financiando tres empresas fantasmas, dos de coches eléctricos, en Motorland y Exeya, y otra de "sistemas cibernéticos polivalentes" en Andorra

Dinero público que debería haber servido para impulsar la reindustralización y que terminó financiando tres empresas fantasmas, dos de coches eléctricos, en Motorland y Exeya, y otra de "sistemas cibernéticos polivalentes" en Andorra