Sin nostalgia y sin miedo: por otra comunicación para otros públicos

Comunicado del colectivo editor de Diagonal ante el anuncio de las dificultades de financiación del diario Público. El diario Público ha dado a conocer en su web que la empresa editora ha entrado en concurso de acreedores y que se encuentra estudiando fórmulas para la continuidad de la cabecera. El concurso afecta también a La Voz de Asturias. Desde su aparición en 2007, Público llena un importante hueco informativo en el panorama de la prensa escrita de ámbito estatal. Tanto en sus planteamientos más clásicamente izquierdistas (quizá lo menos interesante del periódico, y en los que se reconoce la herencia …

Comunicado del colectivo editor de Diagonal ante el anuncio de las dificultades de financiación del diario Público.

El diario Público ha dado a conocer en su web que la empresa editora ha entrado en concurso de acreedores y que se encuentra estudiando fórmulas para la continuidad de la cabecera. El concurso afecta también a La Voz de Asturias.

Desde su aparición en 2007, Público llena un importante hueco informativo en el panorama de la prensa escrita de ámbito estatal. Tanto en sus planteamientos más clásicamente izquierdistas (quizá lo menos interesante del periódico, y en los que se reconoce la herencia del republicanismo y del antifranquismo), como en aquellas que recogen ciertas aportaciones de movimientos sociales contemporáneos como el feminista, el altermundialista o el movimiento por la cultura libre, Público supone una ventana informativa para muchas personas disconformes con el orden político heredado de la Transición, y en especial contra la hegemonía del bloque empresarial y de intereses conformado por el Grupo Prisa. En este sentido, la noticia de una posible desaparición de esta cabecera sólo puede ser recibida con desagrado por quienes deseen una superación de este orden de cosas. La importancia de este contrapeso a El País, referencia política de Prisa, puede notarse simplemente comparando la línea informativa de ambos medios en las primeras semanas de Gobierno de Mariano Rajoy.

Decimos esto con plena conciencia de la naturaleza del bloque de poder que da sentido empresarial y político a esta iniciativa, y sus profundos lazos con el zapaterismo como opción hegemónica ya fracasada. Esta consideración no debe impedir valorar las aportaciones que se hacen desde las páginas de Público al enriquecimiento de la paleta de colores del casi monocromático panorama político y cultural.

Desde DIAGONAL deseamos antes que nada que estos vaivenes y dificultades de la editora Mediapubli SL no afecten a las trabajadoras y trabajadores más vulnerables de Público y La Voz de Asturias (personal administrativo, de logística, redactores, fotógrafos, freelances de cualesquiera de las áreas, etc). Que dicha empresa, dependiente del grupo Mediapro, sepa respetar sobre todo los compromisos asumidos con su plantilla y que la nueva situación no suponga mayor precariedad en sus vidas.

El mismo día en que se anuncia el concurso de acreedores por falta de financiación, leemos en Público que las grandes fortunas del Estado español han aumentado sus beneficios en un 6% en el peor año de la crisis. Evidentemente hay algo aquí que no funciona.

Quienes añoran un regreso a los supuestos buenos viejos tiempos del corporativismo y de los grandes capitanes de la industria cultural, estarán trabajando desde la nostalgia más o menos bien intencionada, pero no desde la realidad. Por todas partes, la vieja maquinaria de la prensa escrita puede seguir funcionando como producto rentable sólo a costa de legislaciones restrictivas que atentan contra la neutralidad de la red, o de una centralización informativa ya superada, o en último caso a costa de la precarización de las condiciones de trabajo.

Por estos motivos, nos alegraremos en el caso de que una próxima solución financiera respete las condiciones de trabajo y haga posible la continuidad de este diario. Pero, al mismo tiempo, animamos a que el equipo que hace posible Público se embarque en nuevos proyectos de comunicación distribuidos, abiertos y horizontales, que no reclamen para sí ningún estatuto separado de derechos, sino que se reconozcan en todas las luchas por la renta y contra la precariedad. En definitiva, un periodismo comprometido con otras formas de producción. Desde el 15 de mayo de 2011, podemos afirmar que este camino está más transitado y que estamos en mejores condiciones que nunca para encontrar maneras de hacer periodismo sin depender de los grandes grupos empresariales. Una oportunidad de cambio a mejor.

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