Según un estudio, el transporte público emite 3,5 veces menos CO2 que el vehículo privado

UGT Aragón ha realizado un análisis para el Ayuntamiento de Zaragoza que repasa desde el impacto ambiental hasta la accidentalidad in itinere, comparando los desplazamientos en bus y en vehículo privado al centro de trabajo. El documento indica que cada autobús de empresa sustituye entre 14 y 30 vehículos particulares de media.

Teresa Artigas y José de las Morenas durante la rueda de prensa. Foto: Ayuntamiento de Zaragoza

La concejala de Medio Ambiente y Movilidad, Teresa Artigas, ha presentado en rueda de prensa junto con José de las Morenas, secretario de Política Sindical e Industrial de UGT Aragón, el estudio “Los autobuses: transporte colectivo para desplazamientos con menos emisiones”.

El estudio, realizado por UGT Aragón con datos de 2014, realiza un análisis de los autobuses que prestan servicio discrecional, sus emisiones y consumos de energía, plantea una serie de propuestas para mejorar la eficiencia de estos vehículos y también propone medidas para mejorar el transporte colectivo en los desplazamientos diarios a los centros de trabajo. Estas son algunas de las conclusiones más importantes de este documento:

- Las emisiones de CO2: 0,4 toneladas al año por persona en bus, de media en el entorno de Zaragoza y si se utiliza el coche se emiten 1,4 toneladas al año por persona.

- En el caso de los polígonos industriales o áreas empresariales del entorno de la ciudad, el transporte público no sería la opción más favorable.

- Esto demuestra que el modelo actual de ir y volver de trabajar no es de calidad, tiene muchas carencias, es caro, contaminante, con riesgos, supone una elevada pérdida de tiempo y no es saludable.

- El autobús presta servicios de alto valor ambiental, si el autobús como modo de transporte a los centros de trabajo dejara de utilizarse, las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), de otros contaminantes y ruido se verían incrementadas en gran medida en el entorno urbano de Zaragoza.

- Si se aumenta el uso de autobús de empresa a través de una mayor ocupación, las emisiones por pasajero se reducen, haciéndolo más eficiente desde el punto de vista energético. Además de los beneficios para los trabajadores y trabajadoras, para las empresas usuarias del servicio y para la sociedad en general.

Los beneficios para las empresas son: una reducción del absentismo laboral y aumento de la productividad, pues al disminuir el estrés de la plantilla mejorará su rendimiento; una mejora de la puntualidad horaria de la plantilla; un menor espacio destinado al aparcamiento y una mejora en la accesibilidad para todas las personas.

Los beneficios para los trabajadores y trabajadoras se podrían clasificar en: una reducción de la ansiedad provocada por la congestión; un ahorro en los desplazamientos (los costes del automóvil son altos); un ahorro de tiempo si existe algún tipo de infraestructura reservada a vehículos de alta ocupación, o de preferencia al transporte público; una reducción de accidentes in itinere y una mejora de la calidad de vida.

Las ventajas para la sociedad, según este estudio, pueden ser: una disminución de los atascos y efectos de la congestión viaria; una disminución del consumo energético; una reducción de emisiones contaminantes; una mejora de las condiciones de accesibilidad para las personas, y además, se favorece la inclusión social y el acceso al mercado de trabajo.

"Hay que tener en cuenta que cada autobús de empresa sustituye entre 14 y 30 vehículos particulares de media", sostiene el informe. "También, hay que intensificar el trabajo para realizar un trasvase de los usuarios y usuarias del vehículo privado hacia el autobús en los desplazamientos a los centros de trabajo, con el fin de aumentar la ocupación de los mismos como actuación que a corto plazo reducirá las emisiones de GEI", argumenta dicho informe.

"A la hora de actuar directamente sobre los autobuses se hace preciso aumentar la eficiencia energética de los vehículos, sustituir los combustibles fósiles por otros con menos intensidad de carbono y formar a los conductores y conductoras en materia de conducción eficiente", circunstancias que hacen necesaria una revisión de la política energética mantenida hasta ahora.

Al mismo tiempo, "es importante que se diseñe una red de transporte público a los polígonos industriales y áreas empresariales, donde se podrían incorporar autobuses híbridos, con todos sus beneficios". Además de, según dicta el informe, "implantar Planes de Movilidad Sostenible para grandes empresas o centros de actividad como administraciones públicas, hospitales y centros educativos para conseguir un cambio en el modelo de desplazamientos y desde el centro de trabajo hacia una mayor utilización de los medios colectivos y en el aumento del índice de ocupación del vehículo privado". En definitiva, "abordar la movilidad sostenible al centro de trabajo en la negociación colectiva".

En 2013, el estudio realizado por UGT Aragón sobre emisiones de CO2 al centro de trabajo mostraba que un 60,88 % de desplazamientos al centro de trabajo se realizan en vehículo privado a motor (coche y/o moto), utilizándose el transporte colectivo, bien público (autobús, tranvía, cercanías) o bien autobús de empresa, por el 17,83 % de las personas.

"Cuando las empresas están ubicadas lejos del núcleo urbano o del domicilio, el acceso al centro de trabajo y la vuelta a casa son complicadas y los vehículos privados son el principal medio de transporte. Es aquí, cuando el transporte colectivo se convierte en el modo de desplazamiento más óptimo para que las y los trabajadores puedan ir y volver del trabajo, que además conlleva una serie de beneficios: reduce el riesgo de accidentes in itinere, el absentismo laboral, la congestión viaria, las emisiones de gases y partículas a la atmósfera y el ruido, se reducen los costes de desplazamiento, entre otras ventajas, y además es un modo de desplazamiento más integrador, pues no todo el mundo tiene acceso a un coche o al permiso de conducir", mantiene el informe realizado por UGT Aragón.

El mismo estudio de 2013 recogía que el 7,83 % de los trabajadores y trabajadoras utilizaba el autobús de empresa, cifra que había descendido 5 puntos en relación con los resultados de 2007. Crisis económica, destrucción de empleo, pérdida del modelo de ciudad compacta, incremento de las viviendas en el extrarradio (suelo más económico), aumento de las distancias a los centros de trabajo, rutas de autobús de empresa obsoletas, no adaptadas al modelo de ciudad del presente, entre otros aspectos, han hecho que el vehículo privado aumente su presencia.

 

 

 

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