
Lou Reed, la leyenda del rock "salvaje", el poeta del rock n' roll que influenció profundamente a varias generaciones, ha fallecido a los 71 años edad por complicaciones en el trasplante de hígado que se había hecho en mayo y sus posterior enfermedad hepática, según confirmó a diversos medios su agente literario. La noticia la avanzó la revista Rolling Stone en su edición digital a primera hora de la tarde de ayer, en ella lo calificaban de pionero del R&R. “Masivamente influyente escritor de canciones y guitarrista que ayudó a configurar el rock and roll casi medio siglo”.
Al frente de The Velvet Underground, que creó junto al músico galés John Cale en 1964, "Reed renovó el lenguaje del rock and roll con sus canciones caracterizadas por una inusual mezcla de ruido y melodía. En ellas relataba la vida bohemia del Nueva York de la décadas de 1960 a 1970, con letras llenas de lirismo y crudeza" apuntaba el diario digital Naiz. "El mundo ha perdido a un excelente compositor y poeta... Yo he perdido a mi compañero de patio de colegio", afirmó Cale, que conoció a Reed cuando viajó a Nueva York en los años 60 para proseguir sus estudios musicales. Por su parte, la banda inglesa The Who deseó un "paseo por el lado pacífico" al músico estadounidense, sumándose a la larga lista de personajes de la cultura que se han despedido de Reed.
Reed y The Velvet Underground abrieron la música rock a movimientos de vanguardia en el teatro experimental, el arte, la literatura y el cine, desde William Burroughs a Kurt Weill y Andy Warhol, quien impulsó a Reed en sus inicios. Reed influyó en generaciones de músicos desde David Bowie y REM hasta Talking Heads y Sonic Youth.
Su álbum de debut ‘The Velvet Underground & Nico’ de 1967, con portada del artista Andy Warhol, se ha convertido en una de las obras de referencia de la música contemporánea. Posteriormente, y ya en solitario, publicó ‘Transformer’ (1972), ‘Berlin’ (1973), ‘Metal Machine Music’ (1975) o ‘New York’ (1989) que también recibieron el aplauso de la crítica. Autor de clásicos como ‘Sweet Jane’, ‘A perfect day’, ‘Walk on the wilde side’ y ‘Heroin’. Reed publicó en 2007 un disco de música ambiental llamado ‘Hudson River Wind Meditations’. Su último trabajo fue ‘Lulu’, de 2011, una colaboración con la banda Metallica.
Juan Carlos Monedero escribe hoy en su blog: "Se va Lou Reed diciendo Tuturuturutututuru y nosequé de un camino peligroso, y se queda Rajoy diciendo que la sentencia de Estrasburgo hace que se le atragante el humo del puro, y se queda la AVT diciendo que 'a dónde vamos a llegar desde que se murió el caudillo', y Florentino Pérez tramando un nuevo negocio que van a aplaudirle los que se esconden entre nosotros, que el ladrillo y el futbol levantan imperios y hunden reputaciones. Mientras, suena otra vez ese bajo inquietante que anuncia la canción-taaaannn-tann, taaaaann-tann, alargando la reverberación para que suene la voz rota de la Velvet acompañada de esa discreta guitarra que insiste en ese re menor que no nos cansa- y es entonce que un viejo dice en silencio que somos rehenes de jueces franquistas y se caga en el FMI y en dios frente a las costas de Lampedusa, y también en la parte de atrás de los hoteles donde tiran la comida y no dejan que nadie la coja no vaya a ser que les denuncien si les sientan mal a los pobres los macarrones, porque cagarse en dios en este siglo que va a ser muy largo es un privilegio que tienen sólo los viejos y los que se mueren porque el hígado lleva varias vidas trabajando".
Para añadir: "Se va Lou Reed y queda la promesa de continuar, con un principito pijo, la monarquía. Y como si no bastara la verguenza de la sangre azul mezclándose con las rayas blancas de la bandera estrellada de la cocaína, se quedan las estaciones vacías del AVE, el aeropuerto sin pasajeros de Castellón, dos muchachos en huelga de hambre en la Puerta del Sol y la gente mirando en los cubos de basura. Todo junto a listas de espera donde esperas y esperas hasta que ya estas muerto. Como Lou Reed, como Bob Marley, o como Juan Pablo II, que se murió en la dirección contraria y está, seguro, a la diestra de Dios. Lou está con Maquiavelo y Marx, con Buñuel y Picasso, con Oscar Wilde -que también tenía un camino salvaje- y con la otra Lou, la Salomé, la que enloqueció al idiota de Nietzsche. Todos en el infierno, que es a donde va la gente decente".