Resultados y reflexiones: ¡Reaccionemos!

El Partido Popular ha ganado las elecciones, en las municipales y autonómicas en Aragón y en muchas partes de España. El PP se come a Ciudadanos y son exactamente los 12 diputados naranjas los que pasan a los azules en las Cortes de Aragón. El PP contiene la subida de Vox, que aún así multiplica sus diputados y será necesario para que Azcón sea Presidente de Aragón. El PSOE de Lambán pierde pocos votos, un diputado, el Gobierno de Aragón y mucho poder institucional en los ayuntamientos. Podemos se pega un batacazo brutal, en Aragón pasa de 5 a 1 …

2022
Nacho Escartín Lasierra.

El Partido Popular ha ganado las elecciones, en las municipales y autonómicas en Aragón y en muchas partes de España. El PP se come a Ciudadanos y son exactamente los 12 diputados naranjas los que pasan a los azules en las Cortes de Aragón. El PP contiene la subida de Vox, que aún así multiplica sus diputados y será necesario para que Azcón sea Presidente de Aragón. El PSOE de Lambán pierde pocos votos, un diputado, el Gobierno de Aragón y mucho poder institucional en los ayuntamientos. Podemos se pega un batacazo brutal, en Aragón pasa de 5 a 1 diputada y a nivel estatal desaparece de algunos ayuntamientos y parlamentos autonómicos o permanece de forma testimonial. CHA e IU pierden votantes, pero mantienen su representación en las Cortes con 3 y 1 diputado respectivamente. Esa entelequia que se autoproclama centro político consigue una representación testimonial, con 1 diputado del PAR y 3 de Teruel Existe, que salvo sorpresa parece que serán irrelevantes en la gobernabilidad de Aragón. Se acabó lo del clavico del abanico.

En 2019 muchos gobiernos se ganaron por la mínima. En Aragón así fue. No ha habido un tsunami electoral, pero sí un vuelco institucional. El cambio de votos en estas elecciones no ha sido gigante, pero sí suficiente para mover algunos diputados y concejales, lo que se traduce en cambios en los gobiernos. Cuando normalizas a Vox y algunos discursos, el sentido común se desplaza hacia la derecha y los resultados son significativos en este sentido: las transferencias de votos han sido de Cs a PP y Vox, del PSOE al PP, de las izquierdas al PSOE y a la abstención. Esto produce que los barones del PSOE pierden feudos importantes, como aquí Lambán, aunque el PSOE resiste en votos de barrios y pueblos populares. Mención aparte para los resultados en Euskadi o Catalunya (incluso Galiza) donde se demuestra la diversidad territorial del estado español y las diferentes opciones sociopolíticas. En unas elecciones generales, la aritmética es bien distinta.

A nivel municipal el PP gana los ayuntamientos más grandes de Aragón: Huesca, Teruel, Calatayud, Fraga, Monzón, Cuarte, María de Huerva o Tarazona, en algunos casos con mayoría absoluta y otros con Vox. El PSOE conserva alcaldías en L’Ainsa, Borja, Sabiñánigo, Andorra o Calamocha, donde necesitará pactos en casi todos los sitios. Hay pocas victorias en el plano local con las que me pueda sentir más identificado. 3 ejemplos en las 3 provincias: vuelven a ganar Aitor Clemente en Aguaviva, Jorge Luis en Loporzano y Adrián Tello en La Muela. Si mi recuento no falla, Podemos se queda fuera de casi todos los ayuntamientos y solo consigue concejales, uno por municipio, en Jaca, Graus, Ricla y La Puebla de Alfindén. En la mayoría de los municipios, resultados vergonzantes. Previsiblemente, la DPH será para el PP, la DPZ para el PSOE y la DPT dependerá de los pactos que podrían hacer PSOE y Teruel Existe.

Reflexiones

A partir de aquí, hay algo que para mí es troncal y no entiende de izquierdas y derechas: la vida en el planeta requiere un compromiso colectivo que debemos estar dispuestos a dar. La transición ecológica justa, que nos permita aprovechar oportunidades para vivir mejor y no dejar a nadie atrás es una urgencia. Gobierne quien gobierne, la sequía y el aumento de temperaturas ya está aquí. Esto nos incluye a todos, también a los gobiernos que conforme el PP. Debemos escuchar a la comunidad científica y exigir un plan de acción concreto y realizable para reducir la contaminación y adaptarnos al reto climático.

Se ha reforzado el eje izquierda-derecha y los bloques del bipartidismo. Algunos pensamos que en 2023 los ejes que mueven nuestra sociedad no son solo esos, sino que hay hibridaciones e identidades cruzadas en ámbitos con muchas más posibilidades como son el arriba-abajo que gritábamos en el 15M, el territorial de la España Vaciada o el generacional, entre otros.

Se ha votado en clave estatal y el Partido Popular ha llegado mejor a la gente. La izquierda ni ha ilusionado ni ha sumado.

Para quienes veían en estas elecciones un anticipo de las generales, yo no lo veo tan claro. Sumar, la plataforma política de Yolanda Díaz, no se ha presentado. Como el primer Podemos, no se ha presentado a las elecciones locales. Un error, en mi opinión, repetido y que ya no tiene vuelta atrás.

Yo no voy a entrar en el reparto de culpas, porque no aporta nada. Prefiero la humildad a la arrogancia. Asumir responsabilidades siempre es algo saludable. No pasa nada por dar un paso a un lado y dejar que se construya lo nuevo, sin acritud y sin poner palos en la rueda.

El ruido no ayuda. Ni el que provoca el PP y sus medios (hoy ya nadie habla de pucherazo o de ETA) ni el que generan algunas personas constantemente y que minan la moral de las gentes de izquierdas. Ya vale de hablar de Podemos y de Sumar, eso no interesa a casi nadie.

La gente no vota mirando para atrás y evaluando la gestión que has hecho. Eso está bien y puede interesar a alguien, pero lo que la mayoría quiere votar es el futuro, lo que se va a hacer,  lo que estás dispuesto a mojarte para mejorar sus vida.

Repetimos como un mantra que hay que hablar de lo importante y hacer política de lo que afecta al día a día. Pero ¿es suficiente lo que se está haciendo? En la gestión del Gobierno de Aragón y en el de España hay muchas acciones que caminan en la buena dirección. Pero tal vez no sean suficientes para la pérdida rápida del poder adquisitivo que están sufriendo muchas personas. Tenemos problemas con los salarios, con la subida de los precios, con los aprietos cotidianos en muchas casas, con el reto climático. Pero ojo con las promesas de las derechas como las de bajadas de impuestos, tan golosas para algunas personas. Tenemos que darnos cuenta de la pérdida de servicios que perderíamos todas y todos. Necesitamos menos eslóganes, discursos claros y más hechos que lleguen a la gente, que se noten.

¡Reaccionemos!

No nos podemos permitir el pesimismo ni el derrotismo. Hay mimbres para mejorar nuestra capacidad de transformar la realidad, en las instituciones y en las calles. Frente a este cambio de ciclo, nos hace falta reactivar la inteligencia colectiva y que muchas más personas, con ideas, experiencias, conocimientos, ganas y rasmia, nos pongamos desde ya a aportar, a sumar, no a restar.

Hay que recuperar la confianza de la gente corriente, de la gente trabajadora y humilde, de la gente buena, igualitaria y justa. Más allá de nuestro voto, con ilusión, la nariz tapada, votos nulos o abstención, hace falta un trabajo social colectivo continuo, un compromiso desde lo local. Y algunos, en eso estamos. Van a venir tiempos de recortes y retrocesos, de destrucción de lo avanzado y de políticas para las élites. Quienes estamos por la justicia social y ambiental debemos estar organizadas para evitar que las derechas nos roben derechos y recursos para todas las personas: vivienda, sanidad y educación públicas, espacios verdes, barrios y pueblos justos e igualitarios.

Desde ya necesitamos crear una herramienta útil de transformación institucional. A partir de ahora seamos capaces de construir un espacio que aglutine a todas las personas que trabajamos por la justicia social. Que en las próximas generales tengamos una papeleta conjunta y votemos con alegría. ¡El 23 de julio!

Fundamental es hablar de lo importante, pero de verdad, no con eslóganes, sino con proyectos reales, realizables, cuantificados, detallados y posibles. Estamos en el Gobierno de España y aún hay mucho que se puede hacer ahí. La gente corriente necesita que ayudemos a mejorar su vida para tener vivienda digna, trabajos estables con salarios justos, sanidad pública de calidad. Centrémonos en eso, hablemos de las soluciones para el reto climático. ¿Cuántas personas habéis leído, analizado, debatido y propuesto mejoras a los 35 documentos de los grupos de trabajo de Sumar? Convendría que trabajemos en la definición de nuestras propuestas, hacia un proyecto de país para la próxima década, que seduzca, interpele y transforme nuestra sociedad.

Hay que echarle ganas y rasmia para no conformarnos.

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