El perfil más común entre los fallecidos por el corona vid 19 en estados como Suecia, Canadá, Bélgica, Francia, Italia, España... es de mayor de 75 años residente en un centro de la tercera edad, una situación que en muchos casos no ha sido una elección personal sino tomada o propuesta por sus descendientes, familiares o por cuestiones de salud, pero que casi siempre acaba aceptando añadiendo en ocasiones en el reciente entorno nuevos miembros a su "familia" escogidos entre otros residentes o los trabajadores del centro, del que conscientemente sabe que se trata de su última "casa"...
Gran parte de occidente, que pretende ser el modelo del sistema económico mundial, ha consumado uno de sus mayores fracasos sociales internos con el trato dispensado a las residencias de tercera edad y sus usuarios. Un desastre mayúsculo en cuanto al resultado final del que nadie se puede sentir orgulloso. No deja de ser en parte una negligencia colectiva con lo que señalar es importante, pero corregir es urgente.
En el estado español en varias autonomías, en la comunidad de Madrid, parece ser que existe un escrito que lo certifique, durante el principio del corona vid 19 no se atendieron como era debido ni se derivaron enfermos, a partir de cierta edad, aquejados del virus o de otras patologías a los hospitales para no colapsar, entre otras cosas, el sistema sanitario. La manera de gestionar la sanidad dentro de las residencias y las carencias que podían sufrir tanto en cuanto a personal sanitario y material preventivo era de sobras conocido por las autoridades sanitarias y de asuntos sociales, al margen de las diversas solicitudes urgentes reclamándolo desde los mismos centros debían alertarlos. Está claro que las normas actuales nos son en absoluto efectivas ni correctas. Se ha segregado a una parte de la población con los mismos derechos que el resto a recibir una atención médica pública correcta.
Desconozco las leyes de los otros países pero es evidente que el modelo actual de residencias para gente mayor en occidente no hace aguas sino que naufraga totalmente.
El día 13 de marzo en Catalunya un comunicado del departamento de Treball, Afers Socials i Famílies a las residencias de gente mayor recomendaba entre otras cosas: "restricción máxima de visitas de familiares a los centros", en estos se aplicó inmediatamente como era debido dadas las circunstancias. Esto provoco secundariamente que los familiares no pudieran hacer un seguimiento de sus mayores a la hora de detectar algunos síntomas de anomalía en los residentes, lo que dejaba más cojos a los centros donde en muchas ocasiones los propios familiares alertaban de posibles resfriados gripes, estados de cansancio, dolores de cabeza...Las residencias son espacios de convivencia con bastante armonía en los que participan los residentes, los trabajadores y los familiares, en el momento que eliminas una de estas partes todo cambia, se desequilibra esto era más que previsible para los que conocen el entorno.
En la residencia de la que yo tengo referencias, pero prefiero no nombrar, sé que el primer apoyo médico externo por parte de la sanidad pública acudió el 9 de abril justo 4 semanas después del citado comunicado con el resultado, a priori, de la derivación ese mismo día de un solo enfermo a un centro sanitario y la desinfección de toda la residencia por parte de los bomberos el día siguiente 10 de abril, pues la verdad no me imagino lo que encontraron los sanitarios, desde luego la residencia no ha querido facilitar números de casos y fallecimientos a los familiares de los residentes, quiero aclarar que la dirección del centro hasta el día 6 de abril negaba la existencia de un brote de coronavirus en el mismo. Al margen ningún familiar puede olvidar ni dejar de agradecer el mérito de todos los trabajadores, sanitarios y no sanitarios, en las residencias acompañando y mimando, en ocasiones hasta el último momento de consciencia, a muchos enfermos de la misma forma los riesgos asumidos de contagio a nivel personal y familiar.
Las residencias, sus habitantes y trabajadores han estado abandonados por parte de los responsables políticos de todo el estado, con o sin casos de coronavirus sus medios sanitarios preventivos y de actuación se encontraban bajo mínimos absolutos.
Señalar culpables es el deber de la justicia más cuando se han cometido graves acciones como las denunciadas estos días en Madrid, es un trabajo del poder judicial, los otros dos poderes, el legislativo y el ejecutivo, deben obligarse a tomar decisiones concretas, es bochornoso que aún no se haya iniciado la tramitación urgente de un proyecto de ley o un decreto ley, ante un posible rebrote, que obligue a los responsables de la sanidad en cada demarcación junto a las residencias a tomar las medidas sanitarias preventivas necesarias para que no vuelva a ocurrir lo mismo.
erecemos como sociedad que se nos caiga la cara de vergüenza, la desprotección de un sector tan débil de la sociedad debería tener una resonancia social mucho más activa, pero está claro que la mayoría de medios de comunicación públicos y privados se deben a partidos políticos y poderes fácticos que con presupuestos dirección o publicidad prefieren amplificar las miserias políticas cotidianas que exigir respuestas inmediatas que no interesan a sus benefactores directos muchas veces por las consecuencias paralelas que conllevan.
Actualmente en Europa es muy posible que en los países enumerados al principio el 40% de las muertes "legales" del corona vid 19 se encuentren en un perfil de personas mayores de 80 años, los que suponen respecto a la población total tan solo el 6%, esta multiplicación se debe básicamente a una mala gestión política al inicio de la pandemia en dichos estados. Todos estos ciudadanos junto a sus coetáneos colaboraron y les debemos, en parte al esfuerzo y sacrificio, la consecución de muchos de los derechos sociales conseguidos hasta hace poco en occidente, actualmente es evidente que hay un intento de regresión en las libertades.
Si todo se queda en señalar a culpables y no corregir el sistema será una vez más "mucho ruido y pocas nueces", de lo que algunos se alegraran, ya que consideran que no hay que cambiar nada...
La falta de intención de tratar este tema como prioritario en los programas políticos de todos los partidos lo ha convertido en la negligencia con mayor número de muertos de los últimos 40 años, y ha ocurrido en solo 2 meses, encima las autoridades responsables parece que no les escuece como si no fuera con ellos diluyendo el problema entre los diferentes gestores implicados. Alguien tomó decisiones, posiblemente correctas en un sentido, sin tener conocimiento de las consecuencias colaterales por falta de formación e información, a eso se le llama negligencia.
El mejor homenaje que se les podría hacer a todos los mayores fallecidos en estas circunstancias es la transparencia de todo lo que ha ocurrido por parte de las autoridades y las residencias junto a la inmediata creación de una normativa que proteja los derechos de sus compañeros y nuevos "familiares" para no dejarlo, todo como hasta ahora, en manos de las buenas palabras e intenciones.