Acciona derriba la ermita de Los Palacios en La Almunia en el entorno del embalse de Mularroya

Así lo ha denunciado Puyalón de Cuchas que adviere que la reanudación de las obras del embalse ha supuesto que siga la destrucción del patrimonio con el derribo de esta ermita que databa del siglo XIII

Ermita de los Palacios.

Cuando se habla de proteger una lengua como el aragonés, se pone el ejemplo de que la sociedad no admitiría que se derribara una ermita, desgraciadamente hay que denunciar el derribo de la ermita de Los Palacios. La controvertida reanudación de las obras de la presa de Mularroya ha supuesto que siga la destrucción del patrimonio.

Si en su día, la construcción de la presa de Mularroya provocó que fueran arrancadas oliveras de hace quinientos años, ahora es la ermita de Los Palacios. Enclavada en término de La Almunia de Doña Godina, en un bello paraje junto al río era lugar de ocio de varios pueblos de la rodeada, especialmente el arrasado parque de Mularroya, y contaba con una fuente y un puente sobre el río Griu.

Erigida en torno al año 1200 por los monjes de San Juan del Hospital, la importancia histórica de esta orden en la comarca se ve en el palacio, hospedería e iglesia que edifican en La Almunia. La calzada romana pasaba por ahí camino del Portus Manleanus hacia Calatayud y la carretera real nacía de ahí hasta la aduana de Ciria tras atravesar el valle del Aranda.

Hasta los años 50 hubo un guarda santero. Cabe decir que el trazado de la Nacional-II hizo que se derribara parte de la ermita. Sin embargo se conservaban frescos y yeserías mudéjares, similares a las que se pierden en la iglesia de Villanueva de Jalón ante la desidia administrativa. A pesar de que el mudéjar aragonés está considerado patrimonio mundial por la UNESCO.

La ermita fue incluso escenario de una escaramuza del guerrillero Fidel Mallén en la Guerra del Francés. Según Madoz veinticinco torres dependían de ella. Estamos pues ante un escenario que combina valores naturales e históricos.

Sin embargo, ni para el gobierno español, aragonés, la Cofederación Hidrográfica del Ebro, la comarca de Valdejalón, ni el ayuntamiento de La Almunia, ni ningún partido político de los que presumen defender el patrimonio aragonés, ha servido para que se le dé valor y protección.

Naturalmente Acciona pasa por alto cualquier objeción con tal de seguir la obra y conseguir su beneficio económico. Aparte del desastre económico que se avecina con Mularroya, la construcción de la presa está suponiendo un alto coste en el patrimonio. En el entorno de Mularroya hay más patrimonio en peligro del que advertimos para que no pase igual y se dé a conocer por quienes difunden el patrimonio comarcal. Se trata de la Fábrica de Cal de 1860, hornos apícolas tradicionales y el acueducto construido entre 1670-1700.

Resulta sorprendente que no se haga nada desde La Almunia. Que ya sufrió una desafortunada restauración de la ermita románica de Cabañas, la pérdida de la Puerta de Ricla, el palacio de la Plaza de los Obispos y el molino de Cánovas entre Ricla y La Almunia.

A modo metafórico sigue en pie una granja a escasos metros de la ermita de Los Palacios, símbolo sin duda de la falta de interés en la conservación del patrimonio. Asimismo, resulta igualmente sorprendente el interés del Gobierno de Aragón de hacer política con los bienes de la Franja, a la vez que desprecia de forma tan descarada el patrimonio cultural que se encuentra en Aragón, como esta ermita, o la fundación Averly.

El colonialismo, aculturación, el menosprecio a la cultura rural y los intereses económicos especulativos, nos empobrecen como país y como personas, perder nuestro patrimonio es perder una parte de nuestra identidad.

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