Pseudoescritores y mercenarios de la pluma

Hace unos días cayó en mis manos un artículo de Arturo Pérez Reverte titulado “La guerra que todos perdimos” y que publicó hace ya bastante tiempo. Lo leí con un retraso considerable debido a que no suelo leer nada de este mediocre escritor, que se cree el Quevedo del S. XXI criticando la decadencia de su "España en crisis", pero lo cierto es que lo leí por una contestación airada a dicho artículo. El artículo, por llamarlo de alguna manera, del Sr. Reverte adolece de las características que han acompañado a su obra; su exacerbado nacionalismo español, su falta de …

Voluntarios de la XV Brigada Internacional, más conocida como Brigada Lincoln.
Voluntarios de la XV Brigada Internacional, más conocida como Brigada Lincoln.
Voluntarios de la XV Brigada Internacional, más conocida como Brigada Lincoln.

Hace unos días cayó en mis manos un artículo de Arturo Pérez Reverte titulado “La guerra que todos perdimos” y que publicó hace ya bastante tiempo. Lo leí con un retraso considerable debido a que no suelo leer nada de este mediocre escritor, que se cree el Quevedo del S. XXI criticando la decadencia de su "España en crisis", pero lo cierto es que lo leí por una contestación airada a dicho artículo.

El artículo, por llamarlo de alguna manera, del Sr. Reverte adolece de las características que han acompañado a su obra; su exacerbado nacionalismo español, su falta de rigor y conocimiento histórico, como reflejan alguna de sus obras, y su recurso al insulto, al “taco” y al lenguaje soez, también reflejado en obras como Territorio comanche o Bajo la sombra del águila.

Pero el artículo en cuestión, adolece de unas graves carencias, cuando no errores, históricos. En concreto en las tres premisas de las que habla el Sr. Reverte; que la Guerra Civil era un conflicto exclusivamente interno de la República, al equiparar a los dos “bandos extranjeros” que vinieron a la Guerra a luchar y por último, cuando equipara a los dos bandos en represión, violencia y barbarie.

La Guerra Civil no puede entenderse ni estudiarse como un conflicto interno, incluso en los centros educativos se enseña su dimensión europea. La República española se vio inmersa en las luchas europeas entre fascistas y comunistas, hacía dos décadas que los bolcheviques habían llevado a cabo su revolución, y sus ideas se expandían por toda Europa, que en ese momento se hallaba inmersa en la estrategia de la creación de los llamados Frentes Populares, que triunfaron en las elecciones de febrero de 1936 en el Estado español y también en Francia. Pero en el otro arco ideológico, Mussolini se había hecho con el poder en Italia, Hitler había iniciado la persecución de comunistas en Alemania, Salazar se había hecho con el poder en Portugal, y en el Estado español, Gil Robles, el presidente del partido que ganó las elecciones en 1934 se declaraba admirador de Hitler mientras más a su derecha se creaba la Falange, a imitación de los Fascios italianos. Por si fuera poco situar este contexto para comprender que no fue un conflicto interno, aclararle al Sr. Reverte que los golpistas ya se habían reunido, meses antes del Golpe que daría inicio a la Guerra, con Mussolini para lograr apoyo militar y con financieros europeos, de hecho durante la Guerra empresas como la Texaco ayudaron a Franco lo mismo que importantes empresarios británicos ante el temor de una revolución que les hiciera perder sus inversiones.

Aún denota más la falta de conocimiento histórico del Sr. Reverte el comparar las Brigadas Internacionales con la Legión Cóndor o con los soldados italianos mandados por Mussolini. Cuando los fascistas se levantaron contra el gobierno democrático de la República una ola de solidaridad recorrió el mundo y miles de personas, estudiantes, obreros, escritores de verdad… se alistaron para venir voluntarios a luchar contra el fascio, porque consideraban que ante el avance del fascismo en Europa en algún sitio había que poner el límite y valoraron que ese límite era la República española. Se calcula que fueron unos cuarenta mil los Brigadistas, que desinteresadamente, llegaron hasta aquí en defensa de la democracia, gentes que no tenían formación militar y que dieron su vida por una tierra que no era la suya. Se cifra en casi el 50% de mortandad entre los Brigadistas. Es, cuando menos, estúpido comparar a estos trabajadores y estudiantes con los setenta mil soldados fascistas, bien disciplinados y pertrechados, enviados por Mussolini, que causaron auténticas barbaridades como las ocurridas tras su conquista de Málaga, pero que también recibieron su “castigo” cuando ese ejército de soñadores los derrotó en Guadalajara. Y aún más estúpido compararlos con la Legión Cóndor enviada por Hitler.

Los errores históricos son lógicos, y más en un país donde a la gente le gusta hablar de lo que no sabe, pero lo alarmante es la alineación del Sr. Reverte con el llamado revisionismo historiográfico que encabezan pseudohistoriadores como César Vidal y Pio Moa. ¿Cómo se puede equiparar los dos bandos en cuanto a violencia o represión?, ¿cómo se puede caer en el topicazo de equiparar Paracuellos a todas las matanzas realizadas por los franquistas y que convierte a 'España', a 'la España' con la que se llena la boca y se hincha de orgullo el Sr. Reverte, en el 2º país del mundo, tras Camboya, en número de desaparecidos por conflictos bélicos? ¿No ha oído hablar el Sr. Reverte de los bombardeos sobre población civil de Alcanyiz, Gernika, Barcelona, Madrid, los bombardeos sobre las columnas de civiles que huían de la caída de Málaga o los que intentaban llegar a Francia, no ha oído hablar de los Pozos de Caudé, de la matanza de Badajoz, de los miles de muertos en el cementerio de Zaragoza, de València, de los más de 200 campos de concentración franquistas…?

Qué fácil es coger una pluma y escribir mil barbaridades y estupideces a sabiendas que los focos de atención están puestos en ti. Pero eso no convierte una mentira en verdad ni a un tonto en inteligente.

Hoy Quevedo volvería a escribir de la decadencia de 'esa España' que es capaz de nombrar académico de la Real Academia de la Lengua a alguien como al Sr. Reverte, que incluso ha sido condenado por plagio.

Sería muy sencillo terminar este artículo al más puro estilo Reverte, con insultos, tacos y frases soeces pero creo que más ético despedirme recordando que no hay mayor ignorancia que la de aquellos que tratan de ocultar sus miserias insultando y atacando las heroicidades de los demás.

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[Enrike García Francés es Historiador]

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