Propuestas hacia un rescate ciudadano

"Vivimos un periodo de incertidumbre en el que parece que muchos cambios están por venir. En este momento de tránsito, en el que ya despertamos del sueño capitalista del Estado de Bienestar, nos planteamos cuáles son las bases sobre las que reflexionar, debatir y trabajar por unas vidas que merezcan la pena ser vividas y cómo hacemos para sostenerlas de forma colectiva", señalan las autoras.

Vivimos un periodo de incertidumbre en el que parece que muchos cambios están por venir. En este momento de tránsito, en el que ya despertamos del sueño capitalista del Estado de Bienestar, nos planteamos cuáles son las bases sobre las que reflexionar, debatir y trabajar por unas vidas que merezcan la pena ser vividas y cómo hacemos para sostenerlas de forma colectiva.

Partimos de las propuestas que desde el ecologismo social, los feminismos o la economía social se vienen apuntando para intentar concretar algunas ideas que creemos necesarias en el momento actual.

Ahora que está sobre la mesa el impago a la deuda económica, ¿por qué no hablar también del resto de deudas pendientes?

  • La deuda histórica con los países colonizados, expoliados, saqueados. La deuda que tenemos con nuestras raíces y nuestra cultura, cada vez más mediatizada, globalizada, uniforme.
  • La deuda ecológica. La naturaleza es indispensable para el buen vivir. Necesitamos unas políticas públicas que tengan en cuenta los límites del planeta. Basta ya de especulación y contaminación. No podemos seguir creyendo en el crecimiento infinito en este planeta finito.
  • La deuda de cuidados. Nos referimos a la diferencia entre los cuidados que se reciben y los que se dan por parte de personas y grupos sociales concretos. Hay personas que aun pudiendo cuidarse a sí mismas y a otras, no lo hacen. Esto se da más entre hombres y clases altas; esta división del trabajo nos haría hablar de una deuda de género. También en aquellas comunidades que incapaces de ofrecer los cuidados necesarios, delegan esta función en personas procedentes de otros lugares, lo que conforma las cadenas globales de cuidados y aumenta una deuda entre territorios.

Por todo ello nuestra propuesta pasa por:

  1. Tratar de ser coherentes. Es un ejercicio difícil y que nos puede traer quebraderos de cabeza. Sin embargo, cada cual en sus ámbitos sabe cómo y debemos tener la capacidad de apoyarnos en lo colectivo en caso de dudas. Ya existen muchas herramientas disponibles para usar y se puede participar en muchas de las propuestas y experimentos colectivos existentes.
  2. Poner a las personas en el centro. Todos los seres humanos tenemos los mismos derechos: alimentación, salud, educación, vivienda, abrigo, paisaje, cultura. Creemos que hay un montón de experiencias colectivas que podemos extender, promover, evolucionar y hacer mucho más masivas: Renta básica, igualdad, convivencia en la diversidad, energías renovables, mercado social, agroecología...

¿Y esto, cómo lo hacemos?

Creemos que tenemos un potencial enorme. Que podemos ganar en lo electoral y también en lo político y social. Que nuestras ideas y propuestas, las que llevamos muchos años elaborando y otras que han surgido recientemente, pueden dar un giro a la historia. Que merecemos esperanza y debemos ponernos, sin miedo, manos a la obra.

Para ello, estamos convencidas de que “Sí se puede”. De que no debemos poner puertas al campo ni negar nuestra gran capacidad de respuestas colectivas. Creemos que hace falta un conflicto, una pugna histórica con aquellos que más tienen, aquellos que mandan y someten. Por eso creemos que, previa a la gestión de lo común, debemos establecer un nuevo pacto social en el que quienes más privilegios ostentan, dejen de tenerlos. Para ello, hay medidas económicas y políticas, democráticas y pacíficas, que pueden ayudar a que los recursos disponibles aumenten. No podemos seguir en esta espiral de desigualdades cada vez más alarmantes. El capitalismo ha dejado el planeta maltrecho y si ahora tenemos cierta capacidad de reacción y de gestión colectiva, debemos aprovechar todos los recursos humanos y económicos a nuestro alcance. Allá vamos.

“Hay motivos para creer que, mediante la lucha, consigamos entrar en un giro en la espiral que se sitúe en paralelo a las antiguas sociedades igualitarias. Un momento histórico en el que las relaciones que prevalezcan entre los seres humanos y con la naturaleza vuelvan a ser las de la cooperación, aunque necesariamente en formatos distintos a los del pasado”.

(Ramón Fernández Durán y Luis González Reyes “En la espiral de la energía”).

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[Patricia Escartín Lasierra y Nacho Escartín Lasierra de La enredadera de Radio Topo]

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