Primeros casos en Aragón de cirugía de cáncer mama con radioterapia intraoperatoria sin ingreso hospitalario

Dos mujeres han sido operadas del cáncer en el Miguel Servet, luego se les aplicó la radiación en el lecho del tumor y pudieron volver a su casa por la tarde sin necesidad de quedar hospitalizadas

Quirófano del Servet. Foto: DGA.

El Hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza ha dado un paso más en el tratamiento de cáncer de mama intentando aportar mayor nivel de satisfacción a las pacientes y optimizando también el uso de los recursos hospitalarios. El miércoles 31 de mayo se realizaron las dos primeras intervenciones quirúrgicas de cáncer de mama con radioterapia intraoperatoria sin necesidad de ingreso hospitalario.

En los dos casos, las y los cirujanos generales le extrajeron el tumor conservando la mama. Acto seguido y en el mismo quirófano, los especialistas en Oncología Radioterapia administraron la radioterapia directamente en el lecho del tumor, lo que evita que estas pacientes tengan posteriormente que recibir sesiones en el acelerador de electrones. Posteriormente, las y los cirujanos terminaron la intervención y las pacientes pasaron a una zona de despertar. Sobre las siete de la tarde, las mujeres fueron dadas de alta y regresaron a sus domicilios.

La cirujana Carmen Casamayor explicaba que “la experiencia acumulada en cirugía ambulatoria y los progresos en la técnica anestésica permiten en la actualidad un nuevo planteamiento en la asistencia a la mujer con cáncer de mama, que hace posible ofrecer un tratamiento quirúrgico ambulatorio como alternativa al ingreso ordinario”. La facultativa destaca que este nuevo planteamiento precisa una adecuada selección de las enfermas y experiencia en los profesionales involucrados. Para llevar a cabo este proyecto, ha sido precisa la destacada implicación del servicio de Anestesia, entre otros.

Además, las mujeres han sido sometidas a los mismos tratamientos de las operaciones de cáncer de mama habituales, como la técnica del ganglio centinela de Medicina Nuclear y el control por parte de Anatomía Patológica. Mª José Sangrós, de Medicina Nuclear, apuntaba que la técnica empleada permite localizar qué ganglios linfáticos -situados en la axila habitualmente- pueden estar afectados o no por el tumor. El personal médico nuclear localiza estos ganglios, las y los cirujanos los extraen y las y los anatomopatólogos, en este caso la facultativa Beatriz Eizaguirre, lo analizan. Todos ello permite evitar vaciamientos axilares innecesarios, establecer un valor pronóstico y determinar la actitud terapéutica a seguir.

Todas estas intervenciones deben desarrollarse con el apoyo de Radiodiagnóstico y de Anestesia. La radióloga Silvia Cruz dio apoyo con una prueba ecográfica in situ para, entre otras acciones, corroborar que la sonda que hay que introducir en el lecho de tumor para administrar la radioterapia se realice de forma adecuada. La administración de la radioterapia estuvo planificada por el físico Sergio Lozares y supervisada por la oncóloga radioterápica Reyes Ibáñez.

El papel de la Anestesia es clave en conseguir que este tipo de cirugía pueda ser ambulatoria. El anestesista Javier Martínez Andreu explicaba que es preciso reducir la ansiedad propia de una operación quirúrgica de estas características, dar seguridad a la paciente, minimizar los efectos de la agresión quirúrgica -sobre todo control del dolor- y aminorar los efectos secundarios de la anestesia (somnolencia, náuseas y vómitos).

La cirugía se enfrenta en la actualidad a un nuevo reto social: proporcionar una asistencia de calidad a un coste razonable. Actualmente ya se realiza en muchos centros cirugía de mama sin ingreso, pero el objetivo del Servet es ofrecer este tratamiento completo dada la posibilidad de aplicar la radioterapia intraoperatoria de mama, según explica Reyes Ibáñez, jefe de sección de Oncología Radioterápica del área genital y mama.

Este tipo de radioterapia se puede administrar en el propio quirófano, siguiendo unas indicaciones muy concretas del tipo o tamaño del tumor. La aplicación intraoperatoria evita que la mujer tenga que volver posteriormente a radioterapia para someterse a sesiones del acelerador (alrededor de 20 por mujer).

"La cirugía sin ingreso presenta otras muchas ventajas para las propias pacientes como mayor satisfacción de la propia mujer, una nueva relación médico-paciente basada en autonomía de la mujer, y una disminución del impacto psicológico de la enfermedad en la usuaria", añadía. La cirugía sin ingreso "requiere la participación de la paciente y un cambio en su actitud frente a la enfermedad, con el objeto de incrementar su participación en la toma de decisiones. La mujer adquiere la sensación de control sobre su enfermedad".

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