Política educativa; que vienen los fascistas.

¿Qué vienen? Ya estaban aquí, desde hace casi 73 años. Sólo se trata del descaro con el que ahora gozarán de la explotación de nuestra fuerza de trabajo y del control de nuestras mentes.El modo en que se va a configurar la política económica de ajustes contra los derechos sociales, presenta en España su particular y tradicional idiosincrasia. En el terreno educativo, no se trata solo de recortar gasto público y privatizar en beneficio del capital, lo cual no es poco y habría de movilizar a cualquier pueblo digno, sino de que esa estrategia se hará en beneficio de las …

Qué vienen?

Ya estaban aquí, desde hace casi 73 años. Sólo se trata del descaro con el que ahora gozarán de la explotación de nuestra fuerza de trabajo y del control de nuestras mentes.El modo en que se va a configurar la política económica de ajustes contra los derechos sociales, presenta en España su particular y tradicional idiosincrasia. En el terreno educativo, no se trata solo de recortar gasto público y privatizar en beneficio del capital, lo cual no es poco y habría de movilizar a cualquier pueblo digno, sino de que esa estrategia se hará en beneficio de las entidades conservadoras y católicas. De este modo hablamos, más que de la eliminación del derecho a la educación, de su reconducción y cambio de sesgo hacia una orientación religiosa, a través del canal económico y el instrumental intacto desde los tiempos de Franco: el poder católico y sus centros de enseñanza. Por eso, lo que ahora ocurre es que vuelven los fascistas, en armonía con el reajuste del gran capitalismo global. El pensamiento único en este país ralla lo folclórico: somos monárquicos y democráticos, somos fascistas y liberales, tenemos educación pública pero privada (como que se puede ser socialista y capitalista, sindicalista y subvencionado…).

La privatización-concertación del derecho a la educación, en favor de los intereses fascistas, es el recurso más perverso para conformar la nada novedosa sociedad española que se nos avecina. No tendremos enseñanza pública y enseñanza privada, jugando en el campo del libre mercado, sin más. Los pobres a la pública y los ricos a la privada. Es aún más grave. Aquí tendremos ese engendro inespecífico que llaman “enseñanza concertada”, una privatización educativa al servicio de los fachas que se enmascara como “derecho público” porque, encima, la pagamos entre todos.

Se realiza ante nuestros ojos un trasvase de los recursos públicos a los centros católicos que desde antaño perviven en este país, y eso será ofertado como derecho social, cumpliendo con lo que manda la flexible constitución del 78. No se trata, ni tan siquiera, de un liberalismo educativo que pudiera dejar espacio, a duras penas, a la existencia de escuelas diversas con idearios y métodos de enseñanza diferentes. No, es peor aún que eso. Porque lo realmente malo, en estos, terrenos, son los puntos intermedios: ni liberalización de la enseñanza ni socialización: sino libero- fascismo. La libertad de pensamiento queda aún más reducida que si todo fuese descarnadamente privatizado. Lo que van a hacer es poner las mentes y los cuerpos a disposición de las esferas conservadoras, que mediante el adoctrinamiento decidirán mayoritariamente lo que sea la educación y sostendrán en su beneficio la división social de clases.

Rápido y mediáticamente eficaz. La educación pública en España no se privatiza: es recuperada por los fachas. Sigue siendo pública para pagarla, pero deja de serlo para ordenarla. Las clases medias y altas para la concertada y los pobres, los inmigrantes y las necesidades especiales para la pública, con los mínimos recursos.

Han sido necesarias, entre el fascismo duro de Franco y el liberalismo fascista de hoy, en España, tres décadas de mediocridad y domesticación política de las subjetividades. Una embriaguez de consumismo, oportunismo y buen rollo social donde muchos derechos públicos han sido denominados “ayudas”, término de connotaciones caritativas, “ayudas del estado para…”. A su vez, el poder del fascio, ejercido con la cara engañosa de PSOE, UGT, CCOO,..., junto con la metamorfosis de los nacionalismos históricos en intereses empresariales y la asegurada subsistencia para el poder católico, han ido poniendo todos los recursos y servicios del país en manos del mercado, cediéndolos al facha, al politiquillo y al capital extranjero, progresiva pero imparablemente. No olvidemos que los conciertos educativos comenzaron con el PSOE. Las leyes y reformas educativas, las editoriales, la selección arbitraria del personal docente y los programas educativos sin sentido común han hecho el trabajo sucio. El resultado, una población desorientada, que no sabe nada y se lo traga todo. Al igual que en la enseñanza católica, la creencia en la posibilidad del uno y trino genera una merma en las capacidades de razonamiento lógico y matemático y la crítica, el conjunto de contrariedades discursivas que se han experimentado en esta mal llamada democracia, ha posibilitado esto que tenemos hoy: explotación laboral y control ideológico por un pensamiento único a la española: el nacional-catolicismo liberal. Tranquilos, Fraga ha muerto, pero su espíritu pervive y es actualizado de continuo.

Esto es lo que irremediable dañará, por mucho tiempo, la dignidad que han tenido la intelectualidad auténtica, el pensamiento libre y la praxis educativa libertaria. Bien es verdad que estos apenas han tenido desarrollo en España, salvo en ejemplares momentos y difíciles circunstancias, pero han existido. Anunciamos un nuevo homicidio de las luces. Lo indignante para los profesores que, por principio, no estén dispuesto a trabajar en la enseñanza concertada, es que no habrá lugar para ellos. Ya sabemos que los centros concertados seleccionan a su personal bajo unos criterios ideológicos y religiosos que nada tienen que ver con la igualdad, el mérito y la capacidad. De lo que se trata ahora, es de que lo que quede de ese profesor laico, que es él mismo en sus clases, que no trata de adoctrinar más allá de lo que su personalidad modele inevitablemente en los alumnos, va a desaparecer. Será exterminado. Al fascismo español no le interesa cierto tipo de gente. Durante y tras la guerra civil, la mayor parte de la intelectualidad española seria fue condenada a muerte y el que pudo escapó al exilio. Por lo pronto, nos condenarán a la muerte académica, económica y social y, a muchos, al exilio.

Todos sabemos que los concertados no contarán con nosotros, se servirán de maestros y profesores a su medida y, si tuviesen que recurrir a algún docente digno para explotarlo por un tiempo, su vida será un infierno, pues estará dirigida y controlada por determinados idearios irracionales, enajenantes, autoritarios. Lo trágico es que cierta clase de personas, de docentes vocacionales, en este país, por mucho que hagan, no podrán ejercer. Quedarán, una vez más, los mediocres y te dirán “lárgate”, con esa chulería que siempre los caracterizó.

María José Gutierrez | Para AraInfo

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