"Pitanzas con pintaza" es seleccionado para participar en el Rural Experimenta 2020

"Pitanzas con Pintaza" es un proyecto que quiere visibilizar y documentar el patrimonio inmaterial culinario. Se trata de recetas, ingredientes, entornos, cultivos, festividades y tradiciones ligados a la preparación de determinados platos que silenciosamente van cayendo en el olvido. El objetivo es replantear la forma de transmitir los conocimientos y las costumbres ligadas a la cocina y a sus platos tradicionales a través de un proceso comunitario y colaborativo.

Proyecto comunitario

El proyecto aragonés Pitanzas con Pintaza de Daniela Cardillo Guerra ha sido elegido a nivel nacional para el Rural Experimenta 2020, una iniciativa del Ministerio de Cultura y Deporte y Medialab Prado que consiste en un taller para el diseño colaborativo de proyectos de experimentación e innovación en el medio rural. Este trabajo aúna el patrimonio inmaterial, la participación ciudadana y la innovación cultural en el territorio rural.

El plan ha sido seleccionado por entidades como el Ministerio de Cultura y Deporte, MediaLab Prado, la Ortiga Colectiva o el Gobierno de Cantabria, y su desarrollo consta de una fase de Investigación y un montaje audiovisual que culmina en una exposición interactiva e itinerante.

Hace apenas un año, entrevistamos a su promotora para conocer “RabalArt” y seguidamente “PignARTelli”, dos iniciativas que impulsan la creación de nuevas conexiones entre el Patrimonio de Zaragoza y diferentes jóvenes con ganas de experimentar a través de la fotografía. En aquel entonces Daniela Cardillo Guerra viajaba a Ciudad de México para presentar su proyecto de innovación social y cultural en un Foro Internacional y hoy nos volvemos a poner en contacto con ella.

¿Por qué es importante hablar de “participación culinaria”?

Porque desde el sector cultural vemos necesario trabajar con y para la ciudadanía. Nuestros saberes ligados a la tierra, a los cultivos y a la alimentación en general, han ido mermando debido a los ritmos frenéticos que nos impone, en muchos casos, el mundo laboral. Los trabajos no remunerados ligados a la cocina son prácticas imprescindibles y en muchos casos forman parte de nuestro patrimonio inmaterial. Esta fase de recolección y de documentación es para mí la más importante, porque dignifica y visibiliza estos procesos culinarios y creativos además de favorecer la implementación de modelos organizacionales más sostenibles y más saludables. De este modo, se pretende facilitar la creación de nuevos referentes entre otras cosas: la idea es reflexionar sobre prácticas ecofeministas desde una crítica al edadismo y a través de este proceso, amplificar los saberes ligados al patrimonio inmaterial.

Proyectos como "Pitanzas con Pintaza" dejan patente cómo la Cultura Comunitaria es probablemente la vía más enriquecedora para llegar a la democratización de los saberes. En algunas administraciones más que en otras, la Cultura Comunitaria ha padecido los efectos de la crisis. ¿Crees que nuestra sociedad dará un paso atrás en este sentido?

En un momento histórico en el cual lo cultural había empezado a desarrollarse desde lo inclusivo, y se estaban tejiendo fuertes lazos con otros sectores ajenos hasta hace bien poco, como la química o la biología, nos hemos topados con una crisis multidisciplinar que ha hecho tambalear el sector cultural —ya de por sí precario— desestabilizando enormemente su correcto desarrollo. Creo que no contar con medidas contundentes que permitan ejecutar los proyectos comunitarios con continuidad es una cuestión de voluntad y de medios. En este sentido, este cambio estructural que se está generando a nivel internacional no nos tiene que encontrar desprevenidas. A nivel nacional, por ejemplo, estamos dando vida a la Red de Espacios y Agentes de Cultura Comunitaria (REACC) , un espacio de diálogo y apoyo entre profesionales de las Artes y la Cultura, porque cada vez más queda patente la necesidad de aunar fuerzas para participar en este proceso de cambio hacia lo sostenible.”

En septiembre viajarás a Cantabria para desarrollar este proyecto financiado por el Ministerio de Cultura y Deporte.¿Tendremos una versión aragonesa en los próximos meses?

¡Eso espero! De momento el proyecto ha tenido una aceptación extraordinaria y la convocatoria para personas colaboradoras ha superado con creces el número máximo de inscripciones. La idea es empezar en Cantabria para luego trasladar la exposición itinerante e interactiva en diferentes territorios y de este modo facilitar conexiones e intercambios que considero interesantísimos para la construcción de un relato común y para la visibilización de estos saberes.

¿Qué espacios estáis buscando para la versión aragonesa de "Pitanzas con Pintaza"?

La verdad es que este proyecto está pensado para exponerse en zonas exteriores o en espacios comunitarios, sin embargo creo que en cuantos más lugares se consiga ejecutar más continuidad podrá tener a nivel documental y experiencial. Por este motivo os invito a conectar con el proyecto en caso de interés o si simplemente queréis formar parte de él de una forma u otra: porque la revolución se hace en las calles, pero también en las cocinas. ¡Os esperamos!

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