Pepe y Benito, salir a comprar y que los especuladores te dejen en la calle

Conjuntamente con otras plataformas y organizaciones venimos denunciando graves vulneraciones de los Derechos Humanos desde el levantamiento del "confinamiento domiciliario" a través de la campaña 'Aragón sin desahucios'. No es de recibo que activistas y personas afectadas tengamos que hacer una y otra vez lo que corresponde a las administraciones públicas

Pepe sale del local de un vecino, donde se han sentado tras ser desahuciados, para ir a hacer el registro de esa noche en el hostal, gestionado y pagado gracias al apoyo ciudadano. Mientras tanto, Benito, con dificultades de movilidad, se queda esperando solo. Foto: © Cris Aznar

Hace, más o menos un mes, Stop Desahucios recibimos una llamada en la que nos alertaban que habían encontrado un caso de vulnerabilidad en una vivienda en la calle Pignatelli nº 76 de Zaragoza. Cuando llegamos a la vivienda, nos encontramos con Pepe, 74 años, dos ictus y una discapacidad reconocida del 33% y Benito, 84 años, diversos problemas de salud relacionados con la edad y la precariedad en la que han vivido estos últimos años. Llevan 30 años viviendo juntos y se acompañan y ayudan en las dificultades que tienen.

Pepe y Benito nos cuentan que "alguien" había venido a la vivienda y les había dicho que tenían que desalojarla el día 3 de diciembre. Vimos que no tenían ninguna comunicación por escrito del Juzgado y encontramos un documento sobre quien podría ser el nuevo propietario de la vivienda. Ellos han pagado la vivienda durante los años que pudieron hacerlo, Fincas Atlanta, pero desde hace un tiempo, no saben quién es la propiedad, ni a quien dirigirse.

Nos pusimos manos a la obra y fuimos al Juzgado para ver si tenían algún proceso abierto, pero fue negativo, e inmediatamente hablamos con la empresa que parecía ser propietaria de la vivienda. Nos dijeron que ellos no tenían ningún proceso abierto en esa vivienda y que estaban dispuestos a regularizar su situación.

Al día siguiente, se permite acceder a la vivienda unas horas para recoger sus pertenencias. En la imagen, Benito en su habitación con dificultades para elegir qué debe abandonar y qué puede llevarse. Foto: © Cris Aznar

Estábamos en esas negociaciones cuando me llama Pepe y me dice que estaban en la calle, que les acaban de desahuciar. Nos ponemos en contacto con la propiedad y no da crédito a lo que le decimos. Después de una mañana de negociaciones, se dan cuenta de que la vivienda en cuestión no es la suya, que ha habido una equivocación y que esa, bajo C, es efectivamente de otra empresa, en este caso Cimentados3, S.A, por lo que las negociaciones hechas hasta entonces no valen para nada.

Este es el resultado de la especulación de la vivienda. Las entidades bancarias, fondos buitre y grandes inmobiliarias, venden paquetes de vivienda, de las que no saben dónde se encuentran, ni en qué condiciones están, ni quiénes son, ni en qué circunstancias están los posibles moradores.

El caso es que Pepe y Benito, salen a comprar el día 3 y cuando vuelven han descerrajado la puerta, creemos que los vieron y decidieron hacerlo en ese momento y así declarar la vivienda abandonada, dejando todas sus pertenencias, toda su vida, incluidas sus mascotas, dentro de la vivienda. No conforme con eso, la propiedad decide tabicar la puerta para que no puedan volver a entrar, dejando a dos personas extremadamente vulnerables en la calle, en tiempo de pandemia y con el frío del invierno.

Pepe, para facilitar la labor de las protectoras, sale su pequeña galería para recoger a sus gatos y entregarlos. Foto: © Cris Aznar

Se llama a Servicios Sociales, y tenemos como única respuesta, tardía, que o se vayan al albergue o a una pensión, ya que han cobrado la extra de navidad.

Como no vemos solución, la gente que estaba ayudando decide que entre todos se va a pagar una pensión para que no se queden en la calle y varios vecinos les hacen la comida para que coman caliente.

Conjuntamente con otras plataformas y organizaciones venimos denunciando graves vulneraciones de los Derechos Humanos desde el levantamiento del "confinamiento domiciliario" a través de la campaña 'Aragón sin desahucios'. No es de recibo que activistas y personas afectadas tengamos que hacer una y otra vez lo que corresponde a las administraciones públicas. Gobierno de Aragón haría bien en escuchar a las más de 150 asociaciones que han firmado el manifiesto de apoyo a la campaña y detener inmediatamente estas situaciones terribles.

Hoy, Pepe y Benito, siguen en la calle sin ninguna alternativa y víctimas del abandono de todas las instituciones…

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