Orónimos con mote

El pico más alto de Norteamérica es el Denali (6.190 mts.) en Alaska, denominación en lengua atabascana, propia de los nativos del lugar. A finales del siglo XIX un buscador de oro propuso denominarlo Monte McKinley, en honor al XV Presidente de los EE.UU. (republicano) del que no se acredita que estuviera una sola vez en Alaska. Y, desde entonces, convivieron ambos nombres hasta que en 1980 el Estado de Alaska aprobó eliminar el orónimo presidencial, no siendo aceptado por el Comité de Nombres Geográficos de EE.UU: hasta la Presidencia de Barack Obama (2015), que para evitar la inconveniencia de …

El pico más alto de Norteamérica es el Denali (6.190 mts.) en Alaska, denominación en lengua atabascana, propia de los nativos del lugar.

A finales del siglo XIX un buscador de oro propuso denominarlo Monte McKinley, en honor al XV Presidente de los EE.UU. (republicano) del que no se acredita que estuviera una sola vez en Alaska. Y, desde entonces, convivieron ambos nombres hasta que en 1980 el Estado de Alaska aprobó eliminar el orónimo presidencial, no siendo aceptado por el Comité de Nombres Geográficos de EE.UU: hasta la Presidencia de Barack Obama (2015), que para evitar la inconveniencia de la duplicidad, decidió llamarlo únicamente Denali.

En enero de este año, el Presidente Trump ha vuelto a denominar el pico de Alaska como pico McKinley, obviando la denominación local y la opinión de geógrafos y montañeros e incluso de compañeros de su partido republicano del Estado de Alaska.

En la misma línea, en febrero de este año, el Gobierno de Aragón unilateralmente adoptaba el acuerdo de denominar “General Garrido” (experto montañero y víctima de ETA) a una cumbre, obviando el orónimo tradicional, mallo de Chan de Sastre.

Sin poner en duda los méritos del montañero al que se pretende homenajear, creo que en las denominaciones de accidentes geográficos conviene tener en cuenta, si es posible, los nombres históricos, evitando confusiones e incoveniencias y leo con perplejidad las declaraciones del Director General de Urbanismo y Ordenación del Territorio, Carmelo Bosque, en las que afirma que “pueden convivir una denominación oficial con una popular”, desconociendo u obviando que las modificaciones del Nomenclátor Geográfico de Aragón son de uso obligado para las Administraciones y la ciudadanía, que no cabe que éstas tengan un nombre y un "mote" y que, además, lejos de ser conveniente, como afirma el alto cargo autonómico, la existencia de múltiples denominaciones para un mismo accidente geográfico es inadecuado e improcedente pudiendo dar lugar a confusiones y situaciones inoportunas no deseadas.

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