Organizaciones ecologistas y ciudadanas rechazan las propuestas de EpTI presentadas por las Confederaciones Hidrográficas

El Observatorio de Políticas Públicas del Agua (OPPA) de la Fundación Nueva Cultura del Agua (FNCA) rechaza, en un documento, las propuestas de Esquemas de Temas Importantes (EpTI) presentadas por las Confederaciones Hidrográficas en el segundo ciclo de la planificación hidrológica (2015-2021) y denuncia el "simulacro de participación pública" llevado a cabo. Organizaciones ecologistas y ciudadanas de todo el Estado apoyan este documento donde se ponen de manifiesto "los problemas preliminares o de base que comporta la aplicación del procedimiento de participación pública seguido por la Administración". "La fase final del primer proceso de planificación ha evidenciado la falta de …

Protesta de Coagret en la sede de la CHE. Foto: Primo Romero (archivo)
Protesta de Coagret en la sede de la CHE. Foto: Primo Romero (archivo)

El Observatorio de Políticas Públicas del Agua (OPPA) de la Fundación Nueva Cultura del Agua (FNCA) rechaza, en un documento, las propuestas de Esquemas de Temas Importantes (EpTI) presentadas por las Confederaciones Hidrográficas en el segundo ciclo de la planificación hidrológica (2015-2021) y denuncia el "simulacro de participación pública" llevado a cabo.

Organizaciones ecologistas y ciudadanas de todo el Estado apoyan este documento donde se ponen de manifiesto "los problemas preliminares o de base que comporta la aplicación del procedimiento de participación pública seguido por la Administración".

"La fase final del primer proceso de planificación ha evidenciado la falta de voluntad (y/o la incapacidad) de la administración hidrológica para incorporar la participación ciudadana en la planificación de la gestión, adoptando un sesgo absolutamente desproporcionado de atención a los intereses de los usuarios de regadío", denuncian en el texto.

A juicio de las organizaciones, "la debilidad metodológica que ha caracterizado los procesos participativos desde el inicio, confirma que, en general, no ha existido una voluntad real y proactiva de las autoridades competentes de someter sus decisiones a deliberación pública". En la fase final del primer ciclo de planificación "se han producido hechos que convierten en un mero simulacro todo el proceso de participación previsto por la DMA".

"Mediante la adopción de acuerdos que condicionan la planes al margen del proceso de planificación (Memorando sobre la gestión del Tajo-Segura y los contenidos del Plan del Tajo; Protocolo MAGRAMA-Generalitat Valenciana sobre Júcar-Vinalopó; Actuaciones urgentes en Júcar, Guadalquivir y Tajo de 21 de marzo de 2014); modificaciones de última hora que desdicen los compromisos manifestados por la administración e introducen modificaciones sustanciales de los planes tras la participación pública; rechazo de las alegaciones sin argumentación que lo motive; y cierre en falso de los planes (por ejemplo, asignando caudales por encima de las disponibilidades reales de recursos en más de una demarcación, remitiendo a un futuro PHN la posible solución de este desequilibrio mediante la importación de caudales de otras demarcaciones no identificadas)" son algunos de los ejemplos denunciados en el documento.

Además, las organizaciones ecologistas y ciudadanas critican la "ausencia de actualización del diagnóstico (revisión del informe del artículo 5 DMA) y obviamente, ausencia de evaluación de la eficacia de unos planes y sus correspondientes Programas de Medidas que no han entrado en vigor o la han hecho hace escasos meses".

"Actuaciones discrecionales de la administración al margen de la planificación entre 2009 y el momento presente. A ello hay que añadir la falta absoluta de transparencia en la relación entre monitoreo-estado-objetivos-medidas en la inmensa mayoría de los planes", aseveran.

El EpTI presentado se reduce "a un resumen del plan recientemente aprobado (o en fase de aprobación; caso del Júcar), pero se sigue eludiendo plantear a las partes interesadas y al público en general, las cuestiones realmente estratégicas". Al margen de los "puntos calientes" específicos de cada cuenca, afirman, "en términos generales, que el Tema más Importante debería ser el de abordar la reducción de presiones antrópicas sobre los ecosistemas acuáticos para recuperar su estado y poder usar el agua de manera sostenible". Sin embargo "tanto los planes aprobados, como los EpTI recientemente publicados, insisten en intentar acomodar la gestión de nuestras aguas a los usos actualmente existentes e incluso a nuevos usos, ignorando en gran medida las exigencias de la DMA".

Estas organizaciones ponen de manifiesto que desde la administración hidrológica "se ha insistido repetidamente desde 2009 en que ya se estaba aplicando el programa de medidas, mientras se redactaban los distintos planes hidrológicos". "Entonces -se preguntan- ¿Por qué no se ha evaluado la efectividad de esas medidas? Es cierto que se han estado aplicando multitud de medidas que luego han sido incorporadas a los planes finalmente aprobados (construcción de nuevos embalses, actuaciones de depuración, desarrollo de nuevos regadíos y proyectos de modernización, etc.) Sin embargo se ha enfatizado menos, o directamente no se han aplicado otras medidas que hubieran permitido avanzar hacia la recuperación del buen estado de nuestras aguas (regímenes de caudales ambientales, eliminación de azudes, escolleras, etc.), haciendo absurdo el proceso de planificación y convirtiendo la llamada participación en una burla a los ciudadanos".

"Salvo excepciones -continúan-, el estado general de las cuencas muestra una sobreexplotación de los recursos hídricos, bien por extracción abusiva o bien por pérdida de calidad y deterioro de las funciones ecosistémicas básicas". En este sentido, apostillan que el EpTI "debería abordar precisamente esta cuestión y abrir un debate entre las partes interesadas y el público acerca de las vías para ajustar las actividades humanas a las características del medio y al reparto de los costes (y beneficios) que ello comporta" y que el EpTI presentado por la administración "no cumple el papel que debería ya que carece de un diagnóstico actualizado y compartido y no analiza las actuaciones de la administración desde la transposición de la DMA, evaluando sus efectos".

En la actualidad "no se están dando los pasos necesarios para alinear la actuación de la administración hidrológica española con la política europea de aguas, sino que se reivindica la vieja planificación anterior a la DMA. La esencia de los planes de 1998 se mantiene (y reivindica), apenas modificada por la actualización retórica imprescindible para dar una apariencia de adaptación a la DMA, en los planes aprobados en 2013/14. La urgencia por recuperar el tiempo perdido no permitía más, se explica desde los Organismos de Cuenca. Y se añade que para los planes 2015/21 se dispone de escaso margen para la innovación debido a su proximidad con los anteriores". Si se sigue este camino, el Estado español "no sólo no cumplirá con sus compromisos en materia de aguas y biodiversidad, sino que pondrá en riesgo sus recursos hídricos para las generaciones futuras, y se alejará cada vez más de los objetivos Europa 2020".

Por todo ello, estas organizaciones reclaman que en este segundo ciclo de planificación "se corrija el rumbo y se garantice la transparencia en las actuaciones de la administración, la consideración de las aportaciones que realizan las partes interesadas y el público en general a los procesos de planificación, la neutralidad respecto a los intereses privativos, la defensa del interés general y el compromiso con los objetivos de la Directiva Marco de Aguas". De no producirse esta corrección, "carece de sentido involucrarse en el simulacro de participación que se nos propone".

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