Mr. Pendejo: “Hay mucha gente que quiere desligar la política de la música y a mí eso me parece una mierda”

Hablamos con Mr. Pendejo, uno de los DJ más reconocidos tanto del panorama musical aragonés como estatal. Uno de esos DJ a los que les gusta pinchar en bares o locales pequeños y que nunca rehúye cuando se trata de pinchar en el ámbito de los movimientos sociales.

Mr. Pendejo. Foto: Pablo Ibáñez

Mr. Pendejo es una especie de leyenda de la noche de Zaragoza y del panorama de festivales aragonés. Lleva más de 20 años pinchando y produciendo música. Le comento que escucharlo en alguna fiesta es como ir a un safari musical y se ríe. En un momento en el que es tan fácil descubrir música como entrar en Spotify, que alguien te descubra un nuevo estilo musical o una canción es todo un reto. Nos encontramos en su casa del centro y hablamos de sus orígenes, de aquella Zaragoza que fue, pero que ya no es, de la situación de la escena DJ en Aragón y, sobre todo, hablamos de música, su pasión.

Me pongo las gafas que así parezco más intelectual [risas].

¿Por qué te pusiste el nombre de Mr. Pendejo?

Eso hace mogollón de años, la primera vez que me dijeron de pinchar fuera del Blues. Mi novia tenía un gato que se llamaba Pendejo y me hacía gracia. Sin más.

¿Cómo te definirías?  

A ver en términos más técnicos, supongo que a veces soy DJ y a veces soy “selector”. Hago sesiones tanto mezclando como pinchando música.

¿Y con cuál de las dos facetas empezaste a dedicarte al mundo de la música?

Realmente no hubo un día que dijera, quiero ser disc-jokey... Con 19 años acabé con un bar, el Blues, que era el lugar donde siempre íbamos, donde se ponía psicodelia y garaje. En el 97 el gacho que lo llevaba lo iba a dejar y me lo traspasó por 300.000 pesetas. Además, siempre había comprado música de negros porque me molaba mucho cuando ibas a los rastrillos y veías todas esas portadas... y empecé a ponerlos.

¿Entonces empezaste a pinchar cuando compraste el bar?

Siempre me ha gustado mucho la música. La primera vez que puse música fue con 17 años en el Feedback que era el garito de psicocore donde íbamos.  Al que lo llevaba no le había venido el camarero ese día, había mogollón de gente y me dijo que pasara a poner algunos discos. Allí empecé a comprarme todos los discos. En esos dos lugares había gente con mogollón de discos, con música. A veces le cuento a la peña que cuando yo era crío, allá por el 95, y escuchabas una canción, te podías tirar años hasta que la volvías a escuchar. Ahora está muy guay, lo del móvil e internet... por aquel entonces tuve mucha suerte de caer en esos dos garitos donde había gente con mogollón de cultura musical.

¿Como evolucionó todo?

A ver, nosotros con 19 años teníamos el bar para cogernos unos ciegos enormes, lo que pasa es que la gente iba viniendo. Cuando yo lo pillé, era el típico bar de psicodelia donde no bailaba nadie. Entonces me propuse intentar que la gente bailase con más música soul y cosas por el estilo. Cogí un poco de fama y justo coincidió que empecé con Telephunken. Era una banda en la que mezclábamos electrónica con música latina y con funky... yo tocaba la batería, luego había un bajista e íbamos con discjokey. Ellos aún siguen, yo lo dejé a los años... Con la banda estuvimos en México, Venezuela, Colombia, mogollón de lugares de Europa, festivales... con eso empecé a entrar en la electrónica y a pinchar más.

Mr. Pendejo. Foto: Pablo Ibáñez
Mr. Pendejo. Foto: Pablo Ibáñez

¿Ahora solo te dedicas a pinchar?

Sí, aunque también tengo otros proyectos. Estoy metido en la Orquesta Popular de la Madalena haciéndoles bases, que es un proyecto que montaron hace unos años desde gitanos hasta joteros. Lo montó Alberto Gambino, un productor argentino, que es un gacho acojonante... trabajar con Gambino es impresionante... tiene como 350 discos producidos. Toda la vida viajando por todo el mundo, desde África hasta la India, produciendo... una vida envidiable el cabrón.

¿Tu ahora vives de eso?

Sí, sí.

Poca gente puede decir que vive de la música. ¿Qué significa conseguirlo?

Yo realmente vivo muy al día. Ahora igual quiero empezarme a mover un poco más, pero hasta ahora había encontrado la comodidad... pinchas en Zaragoza y te sacas un poco de dinero, igual tienes un bolo fuera... viviendo al día. Este verano ha estado guay, he estado pinchando por Aragón. Si puedo, intento pinchar siempre en garitos pequeños, porque es donde más me gusta pinchar. Ya en la etapa de Telephunken vi que tendría que tener demasiado estómago para estar en Ibiza o en garitos de esos superpijos donde sabes que puedes ganar mucho dinero. Me gusta demasiado la música para llegar a pinchar delante de somera cuadrilla de cretinos o pinchar en un lugar donde por pintas solo te dejan entrar porque eres el DJ. Realmente es allí donde se gana dinero, pero tendría que estar muy apurado para plantearme hacerlo.

Hablando de dinero... ¿cómo está el panorama en Aragón y Zaragoza para pinchar?

Está muy mal porque la democratización que ha tenido, entre comillas, la llegada de lo digital hace que cualquier mindundi pueda descargar canciones y pincharlas. Solo tiene que menear el brazo. Está jodido porque eso abarata mogollón los precios. Yo siempre pincho en vinilo y quieras que no, comprarlos te vale un dinero, pero eso significa una calidad. Antes eso se valoraba más. Además, los garitos han bajado mucho y tampoco se pueden plantear pillar un DJ. En Zaragoza en los últimos años ha caído a saco. Yo me acuerdo de que cuando era crío esto era un paraíso. Podías salir un jueves y volver a casa el jueves siguiente sin ver la luz del día... claro que luego la gente iba cómo iba, y más de uno se quedó "pa yá".

¿Por qué crees que ha caído tanto el ambiente en Zaragoza?  

La Expo fue muy importante para que muriera. A raíz de la Expo había mucho más control. Antes los bares tenían un horario, pero había tantos que no había mayor problema. Luego también con lo de fumar fuera que ha sido una putada para mogollón de garitos. Estás haciendo un follón en la calle de la ostia, porque sales a fumar un cigarrillo... aquí somos un lugar mediterráneo; somos de hablar y hablar alto. Los vecinos se quejan, mucha gente ya ni entra al bar para estar fuera con la gente y van sacando cervezas del chino. Todo eso repercute en los garitos.

También creo que se debe a las fluctuaciones demográficas. Yo soy del 76 y un día mirando una campana de edad me di cuenta del boom demográfico. En mi época éramos tres clases de 42 gachos. En el curso de mi hermano que es cinco años menor solo había una clase de 40. Si hay menos gente hay menos gente que sale y gasta.

Luego la crisis ha jodido mogollón. Cuando tuve el bar, la mayoría de los garitos los pillaba gente a la que le gustaba la movida y querían hacer algo; bares peculiares, con sus características. Pero ahora la gente solo busca hacer dinero. Hay quien tiene 12 bares y los tiene para sacar dinero. Yo siempre lo he dicho y puede sonar raro, pero para lo último que te tienes que montar un bar es para ganar dinero... dinero para tirar sí, pero para sacar pasta vas a dar muchos palos de ciego para conseguirlo. Yo los bares que he montado, el Bohannon y el Blues, los monté un poco por amor al arte y fueron bien. Si haces lo que te gusta, lo transmites, la gente que está trabajando está a gusto y luego te funciona el bar. Cuando Ramón Santana, un DJ de Nueva York, venía al Bohannon, nos decía que ese garito era como los de allí en los setenta que él había visto de crío... le flipaba ver a punkis y a peña de otro rollo bailando y pasándolo bien.

¿Y musicalmente cómo están Aragón y Zaragoza?

Siempre he considerado Zaragoza como un lugar muy pionero. Aquí hay música muchas veces tan avanzada que cuando ha llegado de fuera lo que se creía el avance, nosotros ya lo teníamos y parecíamos atrasados porque ya habíamos pasado por allí mucho antes. En muchos estilos musicales hay gente muy, muy buena. En Aragón el problema ha sido que mucha gente no se lo ha creído y mucha gente ha hecho las cosas por gusto, hemos perdido mucho el tiempo intentando exportar nuestra música fuera.

¿Cómo ves el panorama musical estatal actualmente y toda la entrada del trap?

El trap es algo que me desconcierta mucho. Hay cosas muy guapas, pero sobre todo me desconcierta la actitud de los que hacen trap. Porque los estás viendo y dices: ¿es en serio o es en broma? Es normal que toda nueva generación quiera tener un salto en ritmos... a mi me tocó con el break beat o el big beat a finales de los noventa y principios de los dosmiles, que rompía con el sultanato del house y el techno metiendo ritmos rotos. Veo guay toda la movida de cambio, pero parece que el trap pese a que no va a ser la ostia, durará tiempo... pero bueno también es una movida que se lleva haciendo desde hace mucho tiempo. Yo que soy batería me fijo mucho en los ritmos y el trap es el producto malo de esas rupturas de ritmos.

Mr. Pendejo. Foto: Pablo Ibáñez
Mr. Pendejo. Foto: Pablo Ibáñez

Recibiste el premio la música aragonesa al mejor discjokey ¿Cómo lo viviste?

La verdad es que raro. Ya fue raro en 2009 cuando me dieron el premio al mejor disc-jokey nacional de la revista Rockdeluxe. Estaba haciendo cosas de electrónica, pero desde el underground... encima ni me enteré, me llamaron al medio mes para felicitarme y me quedé flipado. Aquel año había pinchado en el Pirineo Sur con el Eumir Deodato y también en el Periferias de Uesca, y eso lo escuchó uno del Rockdeluxe y le moló mogollón.

Este año me lo han vuelto a dar.

La verdad es que es raro, porque llevó 23 años pinchando y no me han dado ni una sola sesión para pinchar. Hay gente que se currar la movida de la imagen y las relaciones públicas, pero yo no. Entonces si que te sorprende que te den el premio.

Tengo la suerte de haber hecho lo que me da la gana siempre. Hasta el punto de que me puedo permitir el lujo de ir a un festival de techno y pinchar funky y al revés, y que no resulte ni raro.

Nunca te cerrarías a pinchar nada

Obviamente hay cosas que nunca he pinchado ni pincharé, pero en movidas de electrónica no me he cerrado a nada. Hace años con los colegas montamos una movida que se llamaba el Megáfono en el que hacíamos electrónica experimental y break core... ¡traíamos a japoneses locos! Creo que, en parte, toda la progresión que tuve como DJ, de hacer cosas más raras, fue gracias a un local que tuve que se llamaba La Gallina en la Cartuja que al principio era un sitio que montamos para ponernos ciegos de ketamina [risas]... ahí con los platos y todo el fin de semana pinchando y experimentando con los colegas. Venía mucha gente y al final lo dejamos porque se montaban unas raves de la hostia. De allí pillé muchas cosas.

¿Y ahora cómo haces para descubrir música nueva?

Lo bueno y desesperante que tiene la música es que nunca la vas a escuchar toda. Es algo que unas veces te agobia y otras te alivia. Todos los días puedes descubrir temas y son muchos los canales por donde te vienen. A veces viajando, a veces en Facebook, a veces en Spotify. Me muevo con peña que escucha mucha música y es allí donde más he descubierto. La verdad es que tengo suerte porque puedo pasarme todo un domingo con colegas escuchando y hablando de música.

¿Cómo es el día a día de Mr. Pendejo?

He intentado buscar la manera de poder vivir al día y a gusto. Vale que igual no puedo ahorrar dinero, pero me puedo levantar todos los días a la hora que quiero. Tampoco soy estricto, no digo: “Llevo mucho tiempo sin hacer música, me tengo que poner”. Es algo que sale. Igual puedes estar un año sin hacer música y luego pasarte seis meses con la puerta cerrada para que nadie te moleste componiendo con el ordenador.

Acostumbras a pinchar en fiestas de los movimientos sociales ¿Qué relación ves entre música y política?

Hay mucha gente que quiere desligar la política de la música y a mi eso me parece una mierda. Siempre me he declarado muy de izquierdas, marxista, y no me importa decirlo. En cualquier movida de izquierdas en la que puedas ayudar con lo que sepas hacer, estás bienvenido.

Pero ¿has pinchado en algún sitio en el que te arrepintieras?

Una vez fui a pinchar a la clausura de la Universidad Menéndez Pelayo y era una cosa... ¡el curso más barato valía 6.000 euros! Fui con unos colegas y me hice una sesión de breakcore y jungle para joder y me acabaron aplaudiendo. Me dije: “¿en qué habré fallado?”. Otra vez pinché en el Joy Slava de Madrid. Es el lugar más asqueroso y pijo que hay... además fuimos a una fiesta para celebrar la primera edición de Gran Hermano y me dije: “¿qué cojones hago yo aquí?

¿Cómo ves la entrada de Zaragoza en Común en el ayuntamiento?

Yo lo veo bien. No me cansaré de defenderlos con todos los palos que se están llevando. Están montando Fiestas del Pilar con diez veces menos presupuesto y cincuenta veces mejores. El año pasado fueron sobradísimas, mogollón de grupos en la calle gratis, trajeron a los Asian Dub Foundation... cosas que no se veían en Zaragoza desde hacía años. Claro, tienes presupuesto para hacer esto, porque antes el dinero iba bajo mano. Yo no me cansaré de apoyarlos.

Mr. Pendejo. Foto: Pablo Ibáñez
Mr. Pendejo. Foto: Pablo Ibáñez

Si te parece bien empezamos con una batería de preguntas rápidas ¿Cuántos discos tienes?

Más de 4.000.

Eso es pasta.

Si a la hora de la mudanza es una putada, 4.000 son muchas cajas. Una vez me fui a vivir al Coso en un cuarto sin ascensor y me vi con todo el rellano del edificio lleno de cajas de discos.

¿Cómo te organizas con tantos discos?

Pues va a temporadas... de repente tiras con unos un tiempo, sacas otros en otra temporada.

Si tuvieras que llevarte cinco discos a una isla desierta...

Sería una putada. Ya más de una vez he llegado a pensar que si hay algún incendió y me quedo sin discos debería prepararme una estantería con los 100 discos que salvaría... no he podido hacerlo.

Pero si ahora te digo: responde con el primer disco que te viene a la mente.

Joder yo que sé... supongo que optaría por Hamilton Bohannon. Era un bestia. Este gacho tuvo su primer grupo tocando la batería con Jimi Hendrix. Luego tocó con la banda de Stevie Wonder de la Motwon y luego fue director de orquesta de esa banda durante varios años. Cuando se produjo la escisión de la Motwon y se largaron de Detroit a Los Ángeles, él se quedó en Detroit y se montó un proyecto tope marciano... fue de los primeros en hacer canciones de nueve minutos con el mismo loop... de ese gacho me llevaría un disco. Me influenció mucho.

Si tuvieras que pinchar en un lugar en el que no has pinchado ¿cuál sería?

Pues mira, hay muchos, pero por poner un ejemplo, el año que viene van a montar otra vez el Doctor Music en el Pirineo. Llevo 23 años pinchando y nunca he mandado una sesión mía para pinchar en ningún lugar y a estos gachos les mandé el otro día un mensaje, porque para mí el Doctor Music, cuando tenía 19 años, fue un punto de inflexión de la hostia, descubrimos el mundo... de repente estabas en una carpa con 6.000 personas en una sesión del Jon Carter y descubrías lo que era el freestyle. Es decir, hacer lo que te pase por los cojones, siempre y cuando la música sea buena y lo hagas bien. Claro, yo venía de discotecas de techno y house y de repente ves como con funky, música brasileña, break beat, hip hop... un gacho puede montar un fiestón.

Mandé un mensaje para pinchar en el Doctor Music y me contestaron a los tres minutos.

¿Y un lugar fuera de Aragón?

Había pensado cruzarme Latinoamérica pinchando. Las veces que he ido allí es una putada, porque tu vas para pinchar a un sitio, pero te ofrecen siempre pinchar en otros, y ya tienes el billete de vuelta. Quiero ir con dos maletas y llegar de México a Uruguay pinchando. Tengo muchas ganas de ir Montevideo ahora que todo el mundo dice que con la movida de Mujica hay una efervescencia cultural de la hostia. Por lo que me han dicho deben estar haciendo cosas muy guapas de electrónica... luego hay movimientos muy guapos dentro del rap feminista.

En México también se están haciendo cosas muy guapas. Ahora las fiestas en México con la metanfetamina deben ser un horror [ríe]. Las dos veces que he ido a México llevaba un poco de speed y me acuerdo de un garito en el que pinché donde la francesa que lo llevaba me dijo que menos mal que no existía esa droga en México... claro, porque entre alcohol, cocaína y porros a las 8.00 de la mañana está todo el mundo en casa, pero con la anfetamina a las 12.00 estaría todo el bar lleno con la gente puesta del revés... Ahora las fiestas con la metanfetamina deben estar buenas...

Mr. Pendejo. Foto: Pablo Ibáñez
Mr. Pendejo. Foto: Pablo Ibáñez

Cerramos la grabadora y seguimos charlando. Pendejo empieza a hablar de la jota y del origen del flamenco y tengo que pedirle si le importa que volvamos a grabar. Me dice que no hay ningún problema.

El primer disco de la Orquesta Popular de la Madalena lo hicimos entre otras movidas para demostrar que el flamenco viene de la jota. Los gitanos entraron a principios del siglo XVI por los Pirineos en Aragón. Nosotros éramos ‘paios’ porque lo primero que vieron fueron payeses. En Aragón se quedaron flipados con las jotas. La jota sale de la mezcla entre la música sefardí, la árabe y la cristiana. En Aragón hubo mucha mezcolanza. Los gitanos se quedaron tan acojonados con las movidas que se hacían aquí que abandonaron la fanfarria, su música tradicional... solo en España tocan la música que tocan. De hecho, uno de los palos más antiguos del flamenco son las alegrías de Cádiz y la jota tiene un palo que se llama así.

Lo que pasa es que Franco jodió mogollón el concepto de la jota. A lo que más se podría equiparar los joteros era a los ‘gangsta’. El Tuerto de las Tenerías y el Royo del Rabal acabaron tres veces a navajazos en el Puente de Piedra porque uno le había robado las rimas al otro. Cada barrio tenía su estilo de jota, su estilo de baile... es curioso porque la jota es el único baile del mundo donde los hombres y las mujeres tienen los mismos pasos. Era un instrumento para ligar. Esas movidas las he hablado con peña como Kase.O y flipan.

Hice una probatina metiendo ‘midis’ de Jotas por máquinas y el resultado es acojonante. Es que dices “¿qué pasa es que viene todo de la Jota?”. Tiene unos patrones que te casan con casi todo.

¿Por qué dices que Franco jodió la Jota?

Franco hizo la mili aquí en Zaragoza y le debió molar mogollón la jota. Toda la jota que se conoce ahora, las más católicas, la misa baturra, etc. es la jota que le gustaba a Franco. Eliminó las jotas que no le gustaban como las Jotas de Picadillo que eran jotas supersubidas de tono. Te quedas flipando porque son movidas de hace 200 años y dicen burradas como “bájate la faja que la llevo bien dura”. Todas esas jotas las eliminó... había mogollón de dedicadas al trabajo y cada profesión tenía la suya... con los ritmos de la azada... Ahora parece que solo se cantan jotas a la Virgen del Pilar cuando eso no se había hecho nunca. De hecho, si hay algún templo antijotero ese es el Pilar. Porque la denostación de los joteros viene a raíz de la defensa que hicieron de La Seo, de origen árabe, como centro neurálgico de Zaragoza, porque el Pilar fue una catedral que construyeron las nuevas burguesías. Fueron grupos de baturros que defendieron La Seo y por ello acabaron siendo ridiculizados. La gente se olvida de la historia.

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