Marcha a una cárcel, Zuera, y mucho más

Este año, ya van 22, se celebró una nueva edición de la Marcha contra la macrocárcel de Zuera. Denuncia de las condiciones penitenciarias pero muestra de muchas más luchas antirrepresivas, cercanas y no tanto. Y un especial recuerdo a los seis de Zaragoza y al pueblo palestino.

"¿Y si cerramos las cárceles?". Pancarta con el lema de la XXII Marcha contra la macrocárcel de Zuera, celebrada este domingo frente a los muros de la prisión | Foto: Iker G. Izagirre / AraInfo

Llegar a la cárcel de Zuera, para quien no la haya visto nunca, es una experiencia un tanto sobrecogedora. Impresionante mole de hormigón rodeada de focos y cámaras en la linde de ese páramo deshabitado que es el Llano de la Violada.

Antes de la cita del domingo, habían tenido lugar las jornadas previas en una ex-cárcel, el ahora CSO Kike Mur, donde se presentó el documental "Historias de la Teleprisión", bailamos con el concierto de Necesidad de Luchar y Acuerdo y escuchamos una charla sobre la situación actual de Palestina.

Y a Zuera llegaron varias decenas de personas este domingo, 30 de marzo. En esta ocasión, como varias de las anteriores, provenientes de distintos destinos, con militantes anti-carcelarios de València, Valladolid, Catalunya e incluso Andalucía.

En la XXII Marcha contra la macrocárcel de Zuera, cuyo lema de este año era "¿Y si cerramos las cárceles?", estuvo muy presente, cuando se cumple un año de su encarcelamiento, la campaña por la libertad de los seis de Zaragoza, que coincidía con el cumpleaños de Javitxu —uno de los cuatro jóvenes encarcelados— al que se le cantó cumpleaños feliz a través de las ondas de Radio Hawaii.

Radio Hawaii, la emisora que emite un solo día al año hacia el interior de los muros, volvió fiel a su cita. En esta ocasión se pudo escuchar también por streaming a través de la web de Radio Topo.

Los actos de la marcha arrancaron con la exposición por parte de dos conocidas abogadas zaragozanas del informe por la Campaña por la abolición del aislamiento penitenciario. Un extenso documento en el que se denuncia, con mucho detalle y fuentes fiables, toda una serie de irregularidades que se cometen en el régimen de aislamiento que van desde el trato inhumano a la falta de protocolos médicos regulados.

Por allí pasó la actualización de casos represivos de todo el Estado, como la de los juicios pendientes en València o los 16 de la Macarena en Sevilla. También se convocó a la Marcha a Topas, prisión salmantina, una de las primeras macrocárceles y que recuerda la lucha de la insumisión también y la muerte de una militante atropellada durante la marcha.

Reivindicación frente a los muros de la macrocárcel de Zuera | Foto: JM Marshall

Campa, el Colectivo de Apoyo a las Mujeres Presas de Aragón, que nació inspirado en esta misma marcha, cumplió diez años e hicieron balance de su trabajo solidario y transfeminista. Un colectivo que sigue en la brecha y que es apoyo y denuncia diaria.

Pero la marcha es solidaria, espejo de muchas luchas y con un sentir internacionalista. En ediciones anteriores se ha escuchado la voz del pueblo kurdo, por ejemplo, y en esta ocasión, recordando el Día de la Tierra en Palestina —que se celebra cada 30 de marzo—, se plantó un olivo en el exiguo espacio arbolado del aparcamiento de la cárcel. Unas raíces que unen a los pueblos aragonés y palestino y que recuerdan a todas las personas que sufren la represión de estados criminales como el de Israel o los intentos de acallar las voces antifascistas como los seis de Zaragoza, así como las penosas condiciones de vida en una cárcel de Zuera ahora mismo en obras y de la que salieron varios cientos de presos trasladados hace unos meses.

No todo fue denuncia. Hubo comida y momentos dedicados a lo más lúdico. A destacar la obra de títeres a cargo de un compañero que improvisó escenario y que esperamos ver en futuras ediciones. Tras ello un concurso para saber dónde situar las prisiones dentro del territorio español y un concierto de cierre a cargo de la más que interesante propuesta de Null.

Pieles un tanto quemadas por el sol y viento que acompañó la jornada, ganas de seguir, nos dicen desde la organización, gritos frente a los muros y un ambiente de denuncia que nunca de renuncia.

Artículos relacionados

Autor/Autora

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de nuestra política de cookies, pincha el enlace para más información.

ACEPTAR
Aviso de cookies