Malcolm X: "No puedes separar la paz de la libertad, porque nadie puede estar en paz, a no ser que tenga su libertad"

El 21 de febrero de 1965, mientras pronunciaba un discurso en el auditorio del Audubon Ballroom de la ciudad de Manhattan, Malcolm X fue asesinado con más de 15 disparos

Nacido como Malcolm Little el 19 de mayo de 1925 en Omaha, Nebraska. Su padre, un pastor bautista, era seguidor de Marcus Garvey y de su Asociación Universal Para el Avance de los Negros. Su madre era originaria del Caribe. Cuando Malcolm tenía seis años, una banda del Ku Klux Klan asesinó a su padre. La pobreza de su infancia y el racismo que sufrió su familia serían los motores para que “Red”, como era apodado debido a su cabello rojizo, se acercara al islamismo y se convirtiera en uno de los principales líderes islámicos estadounidenses durante la década de 1960.

Antes de su conversión, el joven Little estaría involucrado en robos, prostitución y el consumo de drogas en las ciudades de Boston y Nueva York. Luego de cometer varios delitos, sería condenado a 10 años de prisión en 1945. Durante su paso en el presidio se convirtió a la Nación del Islam, en la que desarrollaría una activa participación al ser liberado, con la condicional, en 1952. En ese tiempo, la organización congregaba a la comunidad negra y denunciaba las políticas segregacionistas de Estados Unidos.

En 1953 cambia su nombre a “Malcolm X”; asume el puesto de asistente de ministro en el Templo Número 1 de la Nación del Islam en la ciudad de Detroit. En junio de 1954 asume el puesto de ministro del Templo en Harlem, Nueva York. En 1959 hace su primer viaje a África y al Medio Oriente.

El 19 de septiembre de 1960, se reuniría en el Hotel Theresa, de la ciudad de Harlem, con el líder revolucionario cubano Fidel Castro, mientras éste participaba en Nueva York en la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Según recogen las crónicas del momento, Malcolm X le aseguró a Fidel que “mientras el Tío Sam esté contra ti, sabes que eres un hombre bueno”.

En mayo de 1962 dirige una campaña política en Los Ángeles en defensa de los miembros de la Nación del Islam, que fueron agredidos por la policía y luego acusados falsamente por la misma de “asalto criminal”.

Durante 12 años, Malcolm X fue una de las principales cabezas visibles de la Nación del Islam, atrayendo a los ciudadanos afroamericanos y a personalidades como el boxeador Mohamed Alí, con discursos duros y de enfrentamiento contra el poder central.

De diciembre de 1963 a febrero del siguiente año, Elijah Muhammad le ordena a Malcolm X que guarde silencio en público, supuestamente por hacer comentarios no autorizados sobre el asesinato del Presidente John Kennedy; quedando así aislado dentro de su propio movimiento.

Las profundas diferencias con Elijah Muhammad, jefe de la Nación del Islam, precipitaron su salida en 1964, año en que fundó la Organización de la Unidad Afro Americana (OUAA) y la Mezquita Musulmana Inc.

Quien también prestó atención al nacimiento de la OUAA, fue el entonces revolucionario cubano-argentino Ernesto Guevara, que en 1964, mientras participaba en un debate de la ONU en Nueva York, envió un mensaje a Malcolm X donde enviaba “los cálidos saludos del pueblo cubano y, en especial, los de Fidel, que recuerda con entusiasmo su visita a Harlem hace unos pocos años. Unidos venceremos”.

En abril y mayo de ese mismo año hace su segundo viaje a África y al Medio Oriente. El 28 de junio de 1964 se celebra la primera reunión pública de la Organización de la Unidad Afro-americana. De julio a noviembre de 1964 realiza su tercer viaje a África y Medio Oriente; a la vuelta hace declaraciones en París. El 17 de julio de 1964 hace un discurso en El Cairo, Egipto, ante la cumbre de la Organización de la Unidad Africana.

Para ese tiempo, su avance político lo llevó a trascender la lucha por los derechos de la comunidad negra e inició un intenso acercamientos a los procesos revolucionarios que vivía el mundo, como en los caso de Cuba y África, donde viajó.

El 3 de diciembre de 1964 habla en Oxford, Inglaterra y en diciembre de 1964 conoce al Che Guevara durante una recepción en la Misión de Tanzania ante las Naciones Unidas. Del 6 al 13 de febrero de 1965 viaja a Inglaterra, prohibiéndole las autoridades francesas su entrada en Francia. En la madrugada del 14 de febrero de 1965 una bomba incendiaria destruye su casa. El 16 de febrero de 1965 viajó a Rochester, Nueva York, donde celebró una conferencia de prensa y habló en la Universidad de Rochester Divinity School.

En su último discurso público en 1965, Malcolm X sentenció que “vivimos en una época de revolución, y la sublevación del negro norteamericano es parte de la rebelión contra la opresión y el colonialismo que ha caracterizado esta época”. “La revolución negra -afirmaba- no es una sublevación racial. Estamos interesados en practicar la hermandad con todo el realmente interesado en vivir acorde a ella. Pero el hombre blanco ha predicado tanto una vana doctrina de hermandad que significa poco más que una aceptación pasiva por el negro de su destino”.

El 21 de febrero de 1965, mientras pronunciaba un discurso en el auditorio del Audubon Ballroom de la ciudad de Manhattan, Malcolm X fue asesinado con más de 15 disparos.

"No veo ningún sueño norteamericano, veo una pesadilla norteamericana"

Malcolm X se opuso con todas sus fuerzas a Washington y a los partidos Demócrata y Republicano, los partidos gemelos del colonialismo y del racismo capitalista. Jamás cedió ni un ápice al nacionalismo norteamericano, ni siquiera a sus variantes patrióticas y populares, que resultan tan atractivas para los dirigentes pequeño burgueses de las organizaciones de los oprimidos y explotados.

“Yo no soy norteamericano. Soy uno de los 22 millones de negros que son víctimas del norteamericanismo. Yo hablo como víctima de este sistema y veo a los Estados Unidos con los ojos de la víctima. No veo ningún sueño norteamericano, veo una pesadilla norteamericana", declaró en Cleveland en abril de 1964.

En el mitin de fundación de la OAAU (Organización Afro-Americana de Unidad) en junio de ese año, Malcolm cuestionó:  “Decidme qué clase de país es éste. ¿Por qué tenemos que hacer los trabajos más duros por los salarios más bajos?... Os digo que lo hacemos porque... tenemos un sistema podrido. Es un sistema de explotación, un sistema político y económico de explotación, de humillación, de degradación, de discriminación directa.

Se negó a hablar del gobierno y de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos como “nuestro” gobierno y “nuestro” ejército. “No trates al Tío Sam como si fuera tu amigo “, dijo a los participantes en una reunión de la OAAU el mes siguiente. “Si él fuera tu amigo, no serías un ciudadano de segunda... No, no tienes amigos en Washington”.

Esta postura política en 1964 distinguió a Malcolm -y contribuyó a ganarse la enemistad de casi todos los demás líderes importantes de las organizaciones que abogaban por los derechos de los negros y de los sindicatos, como también de la gran mayoría de los que se llamaban izquierdistas, y de los que se llamaban socialistas o comunistas en Estados Unidos.

Malcolm X tendió la mano a revolucionarios y luchadores por la libertad en África, el Medio Oriente, Asia, América Latina y otros lugares. Al regresar de África, cuando habló en noviembre de 1964 en un mitin público en París, Malcolm X señaló el ejemplo revolucionario que Nelson Mandela, entonces líder del Congreso Nacional Africano, había dado durante su juicio en las Cortes del sistema del apartheid en Sudáfrica.

Malcolm rechazó los conceptos sobre la “raza”, el separatismo negro, los judíos y el antisemitismo, y la oposición a los matrimonios mixtos, que él había defendido en público por muchos años como vocero de Elijah Muhammad. “No juzgamos a un hombre por el color de su piel “, dijo en Rochester. “No te juzgamos por ser blanco; no te juzgamos por ser negro, no te juzgamos por ser moreno. Te juzgamos por lo que haces y por lo que practicas ... No estamos en contra de nadie porque sea blanco. Estamos en contra de los que practican el racismo”.

Se vio atraído cada vez más a la idea de participar en diversas luchas por la igualdad de derechos. Malcolm subrayó la necesidad de organizar la autodefensa en respuesta a ataques de grupos racistas violentos como el Ku Klux Klan, los consejos de ciudadanos blancos y el Partido Nazi Norteamericano. A través de todos estos discursos y entrevistas, desde el primero hasta el último, Malcolm X asume su lugar como un dirigente revolucionario y pensador político de talla mundial.

Toda persona que se oponga a la dominación imperialista y a la explotación capitalista descubrirá que necesita estudiar y asimilar lo que dijo Malcolm X, al igual que los discursos y escritos de Nelson Mandela, Thomas Sankara, Che Guevara...

El editor de su autobiografía lo caracterizaría poco tiempo después de su muerte: "Malcolm X no solo era el líder negro que podía detener una manifestación de masas, sino que se había convertido en el único que podía convocarla y lograr su éxito".

Su discurso e internacionalismo, la claridad de su idea de liberación en Estados Unidos, y la humildad de sus actos, serían los ejemplos que luego tomarían organizaciones como las Panteras Negras y el movimiento antibelicista norteamericano.

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