Los derivados del maíz de consumo humano, jarabes de glucosa, almidones, maltodextrinas, sémolas, etc. están presentes en la alimentación infantil, salsas, aderezos, helados, yogures, cervezas, cremas, embutidos, pastelería y en un sinfín de productos.
Este maíz convencional está reconocido por el mercado consiguiendo mejor precio que el destinado a pienso por lo que se convierte en una buena alternativa para la rentabilidad del productor. Los miedos del agricultor a las 'plagas' de taladro, virosis, etc, se han aprovechado para introducir maíces insecticidas Bt (OMG) que por su carácter contaminante dificultan la producción del maíz de consumo humano y ecológico. No son más productivos que sus homólogos convencionales (isogénicos).
La experiencia de doce años de ensayos con maíces de consumo humano en las comarcas de La Llitera y Cinca Meya de la Cooperativa Joaquín Costa y la práctica de agricultores de Monegros y Cinco Villas demuestra que cambiando los hábitos de siembra del maíz, sembrando en marzo hasta el 20 de abril, conseguimos una buena producción, evitamos las plagas, la contaminación de los maíces insecticidas, y se ahorra agua de riego, entre otras ventajas. La coexistencia con los transgénicos es imposible cuando coinciden en la floración.
Orientar la producción hacia el maíz de consumo humano en Aragón supone un incremento de los ingresos para los agricultores maiceros. Analizando la situación actual podemos hacer un simple cálculo, teniendo como referente la empresa Syral que compra y transforma el maíz de consumo humano en Zaragoza, necesita 350.000 toneladas al año. Compra en la zona el 40%, el resto unas 200.000 Tm las trae de Francia, con la garantía de no estar contaminado por maíces insecticidas (OMG) que en Francia están prohibidos, el precio tiene un diferencial superior mínimo con respecto al maíz para pienso de 12 € por tonelada, el sector maicero deja de ingresar 2,4 millones de euros debido a la importación.
Otro coste innecesario desde esta perspectiva es la compra de semilla transgénica, en Aragón podemos calcular unas 25.000 Ha que multiplicadas por 60€ por Ha como mínimo, que paga el agricultor. Respecto a la semilla de maíz de consumo humano suponen 1,5 millones de euros de sobrecoste para el agricultor que ingresan las casas de semillas y sus vendedores. No se puede producir maíz certificado como ecológico, debido a malas experiencias de contaminación y también se tiene que importar incluso de Italia, para piensos ecológicos se ha llegado a pagar 70€ más por tonelada aparte los portes.
Evidentemente son cifras supuestas con los datos actuales redondeados y pueden influir otros parámetros, si sumamos 2,4 más 1,5 millones de euros, más el ecológico, suman más de 4 millones de euros, estas cifras, con sus márgenes de error, no se repercuten al sector y demuestran el impacto socioeconómico que supone el no poder producir el maíz de consumo humano sin contaminación. Estos datos deben conocerse y analizar las ventajas de la producción de maíz de consumo humano y el problema de la contaminación que se aborda en la nueva normativa Europea publicada el 5 de febrero 2013, 'quien contamina paga'.
Juan José Mallén Playá, Presidente de la Asociación de Amigos del Maíz de Consumo Humano y semilla Alfalfa Aragón | Para AraInfo
