Los tres posibles finales para el 9N según David Fernàndez

VILAWEB | En el debate de política general de este martes en el Parlament catalán, Quim Arrufat y David Fernàndez, de la CUP, volvieron a hacer un llamamiento a la desobediencia si el Tribunal Constitucional español prohíbe la consulta del 9 de noviembre. Ambos destacaron que "no hay ninguna salida británica al problema catalán". Y por eso Fernàndez dijo a Mas: "Convoquen ya, porque prohibirán". Después de proponer tres posibles finales para el 9 de noviembre, acabó pidiendo: "Si no es ahora, ¿cuándo? Si no somos nosotros, ¿quién?". Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores español, José Manuel García-Margallo, …

David Fernàndez, de la CUP, durante su intervención en el Parlament.
David Fernàndez, de la CUP, durante su intervención en el Parlament.
David Fernàndez, de la CUP, durante su intervención en el Parlament.

VILAWEB | En el debate de política general de este martes en el Parlament catalán, Quim Arrufat y David Fernàndez, de la CUP, volvieron a hacer un llamamiento a la desobediencia si el Tribunal Constitucional español prohíbe la consulta del 9 de noviembre. Ambos destacaron que "no hay ninguna salida británica al problema catalán". Y por eso Fernàndez dijo a Mas: "Convoquen ya, porque prohibirán". Después de proponer tres posibles finales para el 9 de noviembre, acabó pidiendo: "Si no es ahora, ¿cuándo? Si no somos nosotros, ¿quién?".

Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores español, José Manuel García-Margallo, advirtió que el ejecutivo español haría uso de "todos los medios a su alcance" siempre "dentro de la ley, pero toda la ley", para impedir la consulta de Catalunya. Y esto incluye también la posibilidad de suspensión de la autonomía. Margallo, que se definió como un "patriota", aseguró que su gobierno no toleraría en ningún caso la secesión de Catalunya y que la consulta toca "líneas rojas" como la "unidad de España y el principio de legalidad".

Nerviosismo del gobierno español en la víspera del referéndum de Escocia

El primer ministro escocés, Alex Salmond, reveló que ya había hablado con el presidente español, Mariano Rajoy, para que no pusiera trabas para quedarse en la UE, en caso de secesión. Rajoy, desde el congreso español, ha querido atenuar el impacto de la revelación y ha dicho que "sería difícil" que el estado español admitiera la posibilidad de adhesión de una Escocia independiente y que habría "muy pocas facilidades" por parte de los veintiocho estados miembros.

El ministro Margallo dijo que la secesión de Escocia "acabaría en un proceso de balcanización que no hay nadie en Europa que quiera en estos momentos". Margallo hizo estas declaraciones en la sesión de control en respuesta a una pregunta del portavoz de Amaiur, Xabier Mikel Errekondo, que pidió al gobierno español que dé "respuestas democráticas" a "procesos democráticos".

Errekondo reprochó a Margallo sus "amenazas" sobre la suspensión de la autonomía de Catalunya. "¿Cómo se entendería que Cameron amenazara a Salmond con suspender la autonomía en caso de que convocara un referéndum? Están haciendo el ridículo internacional, y esto es una muestra de su calidad democrática", dijo.

Por el contrario, el ministro rechazó que se pueda comparar el caso escocés y catalán porque el primero "tiene una singularidad: la carencia de límites del parlamento británico para tomar decisiones y el acuerdo para hacer el referéndum", que se hace "con estricto respeto a la legalidad británica".

"No sería el caso en España, donde cualquier referéndum de secesión es ilegal porque lo dice la Constitución", sentenció. Según el ministro, en el proceso en Catalunya su gobierno no flanqueará dos límites indispensables: "jugar con la unidad de España y con la legalidad que es la garantía de las libertades de los españoles".

Para Margallo, independientemente de la legalidad del referéndum en Escocia, la secesión de Escocia "sería mala para Escocia, para el Reino Unido y para la UE" porque Escocia vende en el Reino Unido "más que al resto de países del Mundo" y el Reino Unido vería "mermado" su prestigio en todo el mundo. Por lo tanto, según Margallo "la secesión acabaría con un proceso de balcanización que no hay nadie en Europa que en estos momentos quiera".

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