[GRÁFICOS] Los alimentos suben un 13,9% y la electricidad es un 60% más cara que en agosto de 2021

Los alimentos no habían estado tan caros desde el año 1994. En general, los precios en Aragón bajan 3 décimas en agosto y se sitúan en el 11,1.

un carrito de la compra sin alimentos
Foto: David Clarke.

La inflación se ha convertido en el mayor problema para la ciudadanía aragonesa, en el mes de agosto continúa la escalada de los precios en grupos como los alimentos y bebidas no alcohólicas que se sitúa en un 13,9% si comparamos los datos con el año pasado. Los alimentos no habían estado tan caros desde el año 1994.

La vivienda se sitúa ya en el 27,3% influenciada por el precio disparatado de la electricidad. El incremento de la luz fue del 15,9% y la electricidad es actualmente, un 60% más cara que en agosto del año pasado.

La bajada mensual de un -3,9% de los combustibles da una tregua al grupo del Transporte que sitúa su porcentaje en un 11%. El vestido y el calzado se sitúa en el 7,3% y el menaje en el 8,6%, ocio y cultura en el 4%...tan solo está en negativo el grupo de las comunicaciones que se sitúa en un -2,2%.

CCOO Aragón reclama al Gobierno que actúe sobre las subidas de precios empresariales y el deterioro del poder adquisitivo de los salarios. Pablo Castillo, secretario de acción sindical reclama “políticas eficaces de control de precios porque la situación actual está perjudicando notablemente el consumo y la actividad económica. Existe el riesgo de que se asiente una espiral de inflación, cebada por el aumento de los beneficios”.

Para enfrentar esta situación y repartir los costes de la inflación entre todas las rentas de la economía, CCOO reclama un gran pacto de rentas en plural y equilibrado con cuatro ejes.

El primero sería un acuerdo energético que ataque las verdaderas causas de la inflación arreglando las ineficiencias del sector eléctrico (mercado marginalista) y acelerando la transición verde.

También aboga por un pacto de negociación colectiva, en la primera distribución de la renta, que detenga el efecto de segunda ronda sobre los precios que ya están provocando los márgenes de beneficios empresariales y que preserve el poder de compra de los salarios para evitar el hundimiento de la demanda.

Junto a estos pactos, reclaman un acuerdo fiscal que concrete el esfuerzo colectivo que hay que hacer para sostener a las personas más vulnerables o a quienes no se pueden defender de la inflación (como los jubilados) y contribuya a cerrar la enorme brecha en contribución fiscal que nos separa de Europa.

Por último, reclaman un pacto sobre las rentas del alquiler que tope el incremento de las rentas de alquiler de viviendas y locales donde desarrollan su actividad las PYME, y que ponga las bases para ajustar los alquileres a los salarios e ingresos de la población trabajadora.

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