Leonard Peltier, el preso político más antiguo de los EEUU

Leonard Peltier es un activista sioux-chippewa preso desde hace 38 años cumpliendo dos cadenas perpetuas consecutivas acusado de la muerte de dos agentes federales en 1975. No existen pruebas concluyentes en contra suya. Este es el principal argumento de Amnistía Internacional (AI) para pedir la liberación de quien es considerado el prisionero político más antiguo de los EEUU y símbolo de la resistencia del pueblo originario norteamericano.

El sábado 17 de mayo se realizó una cena solidaria en el Espacio Abierto del barrio de Sants de Barcelona para recaudar los fondos necesarios para realizar un mural para reivindicar su libertad. Adicionalmente, el Comité de Solidaridad con Leonard Peltier se concentra cada jueves ante el Consulado de los EEUU en Barcelona. Estas concentraciones se iniciaron el 6 de febrero, coincidiendo con la misma fecha de 1976 en qué Peltier inició su condena, siempre en prisiones de máxima seguridad. Hoy se encuentra recluido en la prisión de Coleman, en Florida.

Leonard, hará 70 años el 12 de septiembre, está enfermo de diabetes y de la próstata y ha sido apaleado en varias ocasiones”, informa Gastone Bignoni, del Comite de Solidaridad. AI lleva pidiendo su libertad desde el año 1981, pero actualmente la demanda es por motivos humanitarios, puesto que todas las peticiones anteriores para conseguir el indulto han sido rehusadas de manera sistemática. Según AI, no podrá pedir la libertad condicional hasta el 2024. Su petición se basa en las pruebas que demuestran que en los años setenta el FBI, “fabricó pruebas falsas para meter entre rejas a líderes negros, indios y otras minorías”, tal como publicaba en octubre del 2013 el diario The New York Times. Los miembros del Comité de Solidaridad explican que Peltier no era ningún líder. Era una persona que luchaba por las libertades de su pueblo y de las comunidades como otras muchas personas. “Aquellos activistas no lideraron nadie. Simplemente fueron coherentes con sus convicciones y lucharon contra las injusticias y por los derechos de sus pueblos”, concluyen.

Persecución política de los activistas

La inteligencia estadounidense siguió los movimientos de los principales activistas de los años setenta. Documentos hechos públicos gracias a la Ley de libre acceso a la información (FOIA), y que no eran públicos durante el juicio de Peltier, han demostrado que el FBI estuvo vigilando el Movimiento Indio Americano en la reserva india de Pine Ridge antes de que se produjera el tiroteo que acabó con la vida de los agentes Jack Coler y Ron Williams, y del joven indio Joe Stuntz el 26 de junio de 1975.

Tal como explica el Comité Internacional de Defensa de Peltier, aquel día los policías entraron en un rancho de la reserva, una propiedad privada, para detener a uno de sus residentes, que presuntamente había robado un par de botas. Estos dos policías no traían ni uniforme ni identificación. Decenas de policías uniformados llegaron al rancho poco tiempo después de finalizar el tiroteo. Era el último de los virulentos conflictos que estaban teniendo lugar en Pine Ridge, entre los cuales varias muertes de indios a manos de hombres blancos. Además de una pobreza extrema, en la reserva se vivía un clima tan violento que los más ancianos del lugar pidieron protección al Movimiento Indio Americano. Varios activistas respondieron al llamamiento y acamparon en el rancho. Peltier era uno de ellos. Dos compañeros suyos que también fueron juzgados en una causa separada por los hechos de Pine Ridge, en el Estado de Dakota del Sur, fueron puestos en libertad. “El jurado entendió que Dino Butler y Robert Robideau”, los otros acusados, estaban actuando “en defensa propia”, explican los defensores de Peltier.

Presiones del FBI para evitar la liberación

La periodista Magda Bandera publicaba en el diario La Marea que Nelson Mandela es una de las muchas personalidades que han pedido el indulto para Peltier. El líder sudafricano dirigió su petición a Bill Clinton. Poco después de que el expresidente se comprometiera a estudiar el caso, en el 2000, más de 500 agentes del FBI marcharon hasta la Casa Blanca para presionar en contra del indulto.

Peltier no acepta la responsabilidad criminal por los asesinatos. Este es el motivo por el cual no le conceden la libertad provisional. En una ocasión, la comisión responsable de investigar el caso ha afirmado que “la Fiscalía ha admitido la falta de evidencias directas que usted [Peltier] participó personalmente en las ejecuciones de dos agentes del FBI”. Desde la prisión, Peltier participa en otras causas, a las cuales apoya con la venta de los cuadros que pinta. “Compartir mi arte hace que mi corazón se sienta bien”, asegura Peltier; es una manera, dice, “que la gente sepa que no he sido conquistado por el opresor”, aunque hayan pasado tantos años “en estas logias de hierro”. Para el preso, es una manera de decir gracias “por el apoyo de todo el pueblo”; es una manera, asegura, “de hacerlos saber que sus oraciones son fuertes”.


Artículo publicado por Antonio Alcántara en La Directa.

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