Las manifestaciones antifascistas, ¿actividad de riesgo?

¿Cuánto de convencidas debemos estar de que amparadas en el derecho a la manifestación recogido en el Artículo 21 de la Constitución podremos salir a la calle el 20N sin miedo a ver vulnerada nuestra seguridad y nuestra libertad? En casi todas las manifestaciones antifascistas, por no decir en su totalidad, suelen vociferar: !!!Rojos, vagos, más trabajar menos vivir del cuento!!! Al señorito y la señorona se les unen últimamente los convencidos de las verdades de las arengas fascio-populistas que proclama la ultraderecha a través de las redes, y que amplifican de sobremanera los grandes medios de comunicación, tanto escritos …

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Cuánto de convencidas debemos estar de que amparadas en el derecho a la manifestación recogido en el Artículo 21 de la Constitución podremos salir a la calle el 20N sin miedo a ver vulnerada nuestra seguridad y nuestra libertad?

En casi todas las manifestaciones antifascistas, por no decir en su totalidad, suelen vociferar: !!!Rojos, vagos, más trabajar menos vivir del cuento!!!

Al señorito y la señorona se les unen últimamente los convencidos de las verdades de las arengas fascio-populistas que proclama la ultraderecha a través de las redes, y que amplifican de sobremanera los grandes medios de comunicación, tanto escritos como audiovisuales, cumpliendo órdenes de los poderes fácticos, a los que se deben por ser sus dueños.

También suelen "merodear" grupos organizados de matones fascistas; rondan los exteriores de la manifestación y atacan a pequeños grupos y a personas solas en un alarde de patriotismo y cobardía.

Si a la actitud de esta "ciudadanía ejemplar", sumamos la de las mal llamadas fuerzas del orden, que ejercen su poder de sobremanera en las manifestaciones antifascistas, en aras de la seguridad, exigiendo documentación, cargando, cacheando y golpeando y deteniendo a manifestantes, podemos asegurar que participar en una manifestación antifascista es una actividad de riesgo.

Y si por si todo lo anteriormente relatado fuera poco, y aunque siempre ha estado de forma latente, últimamente asistimos al desparpajo con que el poder judicial, (sí, poder, ya se permiten hasta legislar), sí desparpajo, descaro e impunidad, que les permite juzgar y condenar por el mero hecho ser antifascista y participar en una manifestación, a penas de cárcel y multas, juzgando y castigando el derecho a la manifestación.

El antifascismo es un movimiento social que se opone al fascismo, al racismo, la xenofobia y la homofobia.

El antifascismo es feminismo.

El antifascismo cuida de las personas más vulnerables.

El antifascismo es cooperación y solidaridad entre pueblos.

El antifascismo es la lucha por una vida digna.

Ser antifascista, no es solo una posición ideológica, es una obligación de toda persona que se considere demócrata, por lo que, pese a quien le pese, y pase lo que pase, aun en las situaciones más adversas, confrontaremos la intransigencia y el totalitarismo sin reblar.

Ni un paso atrás. Las calles serán siempre nuestras.

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