Labrar el futuro de Aragón

Estamos en plena Asamblea Ciudadana de Podemos Aragón para renovar los órganos políticos de nuestra organización, que tantos anhelos y esperanzas reúnen. Una de las características más notables de nuestra candidatura ‘Abrir Podemos Cambiar Aragón’ es que ponemos el acento en el equilibrio territorial y nos comprometemos con la descentralización de Podemos en los pueblos y barrios de Aragón.

No hablamos de lo rural desde Zaragoza, nuestra candidatura cuenta con gran representación de personas que vivimos a orillas del río Aragón, del Cinca, del Jalón o del Ebro, de la estepa, del llano, de la sierra y de la montaña. En esta nueva fase en la que entra Podemos queremos que el mundo rural sea protagonista del cambio. Uno de los mayores orgullos es que mucha de la masa crítica que queda en nuestros pueblos, sometidos durante años al abandono y al caciquismo, sigue pensando que otro modelo es posible y tienen muchas ganas de trabajar para hacer posible el cambio que queremos.

Tenemos la obligación y responsabilidad de romper el círculo vicioso que nos atenaza: 3 de cada 4 pueblos están amenazados de despoblación. 500 en todo Aragón. De ellos, 1 de cada 4 tienen ya menos de 100 habitantes y desaparecerán en menos de 20 años si no lo evitamos. La extinción de la población rural abre el camino a una crisis sin precedentes en Aragón. La estructura electoral aragonesa da un papel al territorio "en extinción" imprescindible en la pugna por la conquista de la hegemonía política que libramos en Podemos. Se abre una fase de ilusión y trabajo en el territorio, para que nuestros Ayuntamientos y comarcas se llenen de personas del cambio.

Nuestro primer reto es seguir apoyando la lucha contra la corrupción, el caciquismo y los proyectos insostenibles. El mundo rural aragonés ha sido víctima de políticas neoliberales, que han generado una pérdida de derechos y servicios básicos creando un contexto crítico para el mundo rural. Desde Podemos Aragón debemos dotar de los recursos necesarios a los territorios para dinamizar políticas efectivas para desmantelar las redes clientelares creadas por las malas prácticas de la vieja política.

Debemos acabar con esa “tela de araña” clientelar, con la que los viejos partidos quieren seguir controlando el territorio. Solo podremos abrir una grieta en el muro de la corrupción y el caciquismo si democratizamos las comarcas y dejan de mandar “los de siempre”. Las reformas de la Ley de Comarcalización y de la Ley Electoral en Aragón permitirían revisar el mapa comarcal, asegurar sus competencias y presupuestos y la elección directa de los cargos en las comarcas, para quitarles caspa y grasa, y que sean espacios democráticos de gestión de importantes servicios para nuestros pueblos. La despoblación no es “un problema”, sino la consecuencia de una forma de hacer política.

Para acabar con los cientos de liberados a dedo en nuestras comarcas y diputaciones, y fomentar una gestión eficaz, basada en méritos y capacidades, es preciso llevar el cambio al campo aragonés. Esto pasa por suprimir las diputaciones y democratizar las comarcas. Si queremos instituciones útiles y democráticas, debemos ser valientes como organización y acabar con las duplicidades y la ineficacia. Debemos fortalecer las competencias municipales, mediante un municipalismo desde abajo, y promover un nuevo modelo de gestión pública, basado en la participación ciudadana, la sostenibilidad y la transparencia. Apostemos por unas instituciones útiles al servicio de la gente.

Durante años se ha triturado dinero público en ineficaces planes de depuración de aguas o pelotazos urbanísticos. Cuando ha llegado dinero (¡porque ha llegado mucho!), se ha usado mal en muchos casos. Hemos perdido cientos de millones que podrían haberse invertido en el Aragón rural, tan necesitado de planes de desarrollo rural sostenibles, que podrían impulsarse con la aplicación de la Ley de Desarrollo Sostenible del Medio Rural, que desde Unidos Podemos reivindicamos con rasmia.

Es fundamental dotar de herramientas, apoyo jurídico y técnico a los pueblos para fomentar la transparencia y la participación directa. La vecindad debe saber en qué y cómo se gasta su dinero, la transparencia es clave para frenar proyectos demoledores para el futuro de los pueblos como los vistos en el Plan de Depuración de aguas aragonés (la estafa del ICA) o la privatización de los servicios públicos. Debemos ser capaces no solo de crear movimientos de protesta, sino también de denunciar, vigilar y fiscalizar desde las instituciones.

Fuera de las ciudades hay enormes oportunidades para una vida digna. Hay recursos, energía…y no queremos que sea una ‘despensa’, sino motor del cambio económico que necesitamos. En ‘Abrir Podemos Cambiar Aragón’ proponemos un Aragón en transición, con la sostenibilidad como eje esencial. Apostamos por una agricultura y ganadería sostenibles, dentro de un modelo ecológico que genere un empleo estable y de calidad, y que apueste por la incorporación de jóvenes garantizando el relevo generacional. Y necesitamos con urgencia una  transición energética hacia un modelo más sostenible y justo, basado en las energías renovables, apostando por la soberanía energética mediante la reversión de los saltos hidroeléctricos y la Nueva Cultura del Agua.

Podemos Aragón debe poner en el centro de sus políticas este cambio en el modelo productivo, que garantice el futuro de los pueblos, dando seguridad a agricultores y ganaderos, garantizando su soberanía frente a unas políticas que benefician a las grandes distribuidoras, integradoras o cooperativas y pone en riesgo a las pequeñas y medianas explotaciones, en su mayoría familiares. Es necesario ofrecer alternativas fomentando los canales cortos de comercialización, la venta directa, la consolidación de mercados estables, el aprovechamiento del valor añadido de nuestras producciones mediante la transformación y una formación hacia la sostenibilidad.

Quienes vivimos en un pueblo de Aragón sabemos que necesitamos oportunidades y servicios públicos para seguir viviendo en nuestro lugar. Nuestro objetivo clarísimo es llegar a gobernar Ayuntamientos, comarcas y el Gobierno de Aragón, para trazar una estrategia que asegure el desarrollo sostenible en Aragón. Una evolución que recorre el sector primario, pero también algo tan importante como la economía de los cuidados con una perspectiva feminista, en la que las mujeres rurales sean protagonistas del nuevo ciclo en nuestros pueblos, donde se puedan desarrollar carreras profesionales y anhelos personales.

En un Aragón nuestro, tan envejecido y disperso, para frenar la brecha de desigualdades y el aumento de la pobreza, es imprescindible mantener y mejorar los servicios públicos y comunitarios que aseguren los derechos básicos poniendo en valor la economía de los cuidados: apuesta por la escuela rural, servicios de cuidados públicos frente a la privatización de residencias, centros de mayores y teleasistencia, programas innovadores en atención médica remota, rehabilitación de vivienda (también en los pueblos más pequeños evitando que jóvenes se desplacen a cabeceras de comarca), telecomunicaciones decentes y una red de transporte público adecuada a las necesidades de cada territorio. En definitiva, apostar por los pueblos vivos.

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