Desde la Asociación Instituto de Investigación y Desarrollo Rural Serranía Celtibérica se suman a la reivindicación de una transición justa para los territorios afectados por el cierre de la central térmica de Andorra, en consonancia con el “Acuerdo Verde Europeo” aprobado en diciembre por la Comisión Europea.
La agenda planteada por el “Acuerdo Verde Europeo” prevé que los estados miembros presenten sus planes de energía y clima para finales de 2020, se revisen durante 2021 y que en 2023 se actualicen los planes estatales.
Esta agenda contradice los planes de la futura vicepresidenta de Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera, que, como ministra, ya anunció el cierre de las minas de carbón y las centrales térmicas para mediados de 2020, y el destino de 600 millones de euros para garantizar una transición justa de las zonas afectadas.
Sin embargo, tanto el calendario planteado por el Gobierno español, como las medidas anunciadas, sin concretar, contrastan, de manera notable, con las planificadas por el gobierno alemán, que llevará la eliminación del carbón al año 2038, con una inversión de 40.000 millones de euros para hacer frente a las transformaciones estructurales necesarias.
Teniendo en cuenta que las compensaciones del “Acuerdo Verde Europeo”, según las nuevas delimitaciones de las regiones rurales aprobadas por el Parlamento Europeo, deben aplicarse sobre las nuevas tipologías territoriales -áreas escasamente pobladas, agrupación de municipios con menos de 12,5 hab/km2, y muy escasamente pobladas, con menos de 8- las tres regiones de carbón en transición del Estado español, Aragón, Asturies, y Castilla, deberían encuadrarse en las áreas de Serranía Celtibérica, para la primera -mayor desierto demográfico del sur de Europa, con una densidad de población de 7,02 hab/km2-, y Cordillera Cantábrica, para las otras dos.
Según se desprende del estudio realizado por el consultor internacional de la FAO y miembro de Instituto Serranía Celtibérica, Javier García Pérez, “El coste social del carbono: oportunidades en la Serranía Celtibérica” (http://www.celtiberica.es/documentos) los 600 millones de euros anunciados por la ministra como compensación al cierre del carbón y las térmicas no se ajustan a lo que por derecho correspondería a las zonas afectadas.
La Serranía Celtibérica, según dicho estudio, absorbe anualmente una media de 6 millones de toneladas de CO2, lo que le ha llevado a calificarla como el “pulmón del Sur de Europa”, valorando la compensación anual entre 309 y 457 millones de euros.
Dado que la central térmica de Andorra emite 4,6 millones de toneladas de anhídrido carbónico, en cifras del 2015, la Serranía Celtibérica todavía absorbe 1,4 toneladas, y ello sin contar los numerosos complejos eólicos existentes en su territorio, donde solo el de Maranchón (Guadalajara) evita la emisión de 0,46 toneladas anuales.
Ante esta situación, desde la Asociación Instituto de Investigación y Desarrollo de la Serranía Celtibérica se solicita al Gobierno de español un calendario realista, ajustado a la agenda europea y con medidas de compensación más ambiciosas que eviten la extinción definitiva de los territorios afectados.