Dentro de los actos previos a la XII Marcha contra la Macrocárcel de Zuera la Iniciativa Ciudadana Contra las Macrocárceles organiza el estreno en Zaragoza del documental Mur-mur (Murmullos) de la productora Zazpi t´erdi.
El acto será este jueves 14 de marzo a las 20.00 horas en La Vía Lactea (calle Doctor Palomar 25) y contará con la presencia de Juan Miguel Gutiérrez, director del documental y Pedro Santiesteve de ASAPA.
El documental recoge la experiencia de vida de 6 presos y las personas que les ayudan en el camino hacia la libertad no sólo exterior, fuera de los muros de la cárcel, sino también interior haciendo hombres y mujeres libres por dentro.
Mur-mur (Murmullos) | Por Juanmi Gutierrez | En Euskonews (septiembre de 2012)| Hace ya 5 años que todos los meses entramos en la prisión de Martutene de Donostia, tanto la productora de la película Kany Peñalba como yo mismo. Nuestra tarea consiste en colaborar con el servicio de Educación para adultos (EPA) presentando un Cine Club. Proyectamos películas de temáticas variadas a las que acompañamos con una presentación de las mismas y un posterior coloquio. Este contacto con las personas allá reunidas nos ha dado una visión particularmente cercana de ellas, empatizando con sus circunstancias y problemas. De esta circunstancia y experiencia surgió el largometraje documental (80 minutos de duración) que nos ocupa: “Mur-mur” cuyo estreno tendrá lugar en esta 60ª edición del Zinemaldia en la sección Zinemira.
Mur-mur (Murmullos). Su título viene de una expresión redundante euskalduna, casi un neologismo, que significa a través de su onomatopeya aquellas frases que se dicen en voz baja, que se susurran, murmullos, susurros, apenas audibles que la persona no dice en voz alta y clara porque duele el simple hecho de recordarlos o decirlos, porque dan vergüenza, porque no te sientes orgulloso de los hechos que relatan. Son las confidencias de gente que ha pasado por la cárcel. Cuentan experiencias dolorosas, hablan de caminos erróneos por los que la vida les llevó y que acabaron en una celda de prisión.
Desde un primer momento hay que destacar la generosidad de unas personas que no dudaron —o sí lo hicieron, pero superaron sus dudas— en abrirnos sus vidas llenas de dolor por el pasado, convencidos que su experiencia podría servir a otros inmersos en procesos o circunstancias similares a las suyas. Personas como Katia, Toñi, Oswaldo, Alejo, Joan María, José Mari.
“El pasado se deja atrás y poco a poco se va quedando lejos”. El presente, sin embargo, les plantea el tan espinoso tema de la reinserción social. La cárcel es un estigma que no sólo destruya la autoestima de la persona, sino que impone una etiqueta, una marca indeleble que repugna a la sociedad. Dejan de ser personas normales, dignas de un futuro, para convertirse en apestados a los que se rechaza cuando quieren hacer vida normal. Circunstancias, como el acceso a la vivienda o al trabajo, nada fáciles para cualquier persona, que se convierten para ellos y ellas en una tarea doblemente complicada.
Hay, sin embargo algunas personas y asociaciones que tienden puentes, que apuestan por ellos ofreciendo ayuda, primero a los niveles básicos interpersonales de aceptación, comprensión, compañía y cariño. Más tarde les ayudarán en las necesidades básicas, vivienda, trabajo, asesoría jurídica. Es un trabajo callado de aceptación de la persona, reforzando su autoestima, por un lado y abriendo caminos para un futuro más abierto y feliz, por otro.
Personas como Manu, José Mari, Amaia, Marta, César, Pottoko, y un largo etcétera representando a las asociaciones Arrats, Loiolaetxea, Salhaketa, Aterpe que luchan, se comprometen, no tienen miedo al riesgo. “¡Vamos a vivir juntos a ver qué pasa!” como declara uno de ellos en el documental.
El documental recoge la experiencia de vida de 6 presos sociales y las personas que les ayudan en el camino hacia la libertad no sólo exterior, fuera de los muros de la cárcel, sino también interior haciendo hombres y mujeres libres por dentro. De este perfil, y centrados como estábamos en la reinserción social, hemos excluido a los presos encarcelados por delitos de pertenencia a banda armada ya que estos presentan un perfil completamente distinto al de los presos comunes en lo que se refiere a la reinserción social. La sociedad los acoge o rechaza de una manera totalmente distinta a unos o a otros. Creíamos que para nuestra película el caso de los presos llamados políticos merecía un tratamiento específico y no convenía mezclar ambos casos, tanto más, cuanto otros compañeros cineastas han abordado sus casos con la solvencia que los caracteriza.
Lo que comenzó siendo una larga recogida de confidencias se fue tornando, impulsado por la propia dinámica del documental, en un análisis del sistema carcelario actual y de las perspectivas de futuro del mismo. El sistema penitenciario antiguo simbolizado por la vieja cárcel de Martutene y los nuevos tiempos en las cárceles, simbolizados por las nuevas prisiones de Zaballa en Araba, Iruña en Pamplona y la futura cárcel de Zubieta en Gipuzkoa. ¿Qué nos viene a través de estas macrocárceles? ¿Hasta qué punto van a ayudar o, por el contrario obstaculizar al proceso de rehabilitación y reinserción? Sin perder la condición de película de testimonios se convirtió, poco a poco en película reivindicativa y de lucha.
En medio de este proceso, en el centro del documental, personas que ansían recibir la carta de libertad, gentes que miran con miedo o aprensión a un futuro oscuro, pero también que no se sienten solas en este proceso, que se apoyan en otras personas que creen en ellos y les ayudan. Voluntarios y voluntarias que crecen juntos interactivamente en libertad exterior e interior.
