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"La indiferencia que muestra la administración ante las protestas masivas de la comunidad educativa en Aragón de las últimas semanas contra los recortes, por la derogación y no aplicación del RD 14/2012, lleva a la comunidad educativa a tomar los centros", así de clara se expresaba ayer Marea Verde Aragón en su página web.
Hoy miércoles más de cuarenta centros pasarán la noche encerrados en defensa de la educación pública y de calidad. Decenas de centros de Aragón se llenarán de actividades, talleres, asambleas, veladas, charlas, cine-forum… Pasarán la noche juntas y juntos, transformando su centro en un lugar de convivencia, de encuentro y de comunidad. Familias, alumnas y alumnos, maestras y maestros… la comunidad educativa unida con un objetivo de protesta común.
AraInfo ha hablado con varias personas integrantes de Marea Verde de Zaragoza en un instituto, unas horas antes de los multitudinarios encierros. A lo largo del día haremos seguimiento de lo que vaya sucediendo en Aragón, además os invitamos a usar la red social twitter para estar bien informados e informados con estos hashtagfs #nocheverde, #tomatucentro, #tomalauni y en la cuenta @mareaverdezgz.
Podéis consultar la lista de centros educativos que se unen a la protesta en este enlace, una lista que se va actualizando constatemente.
AraInfo.- En el último mes hemos podido ver movilizaciones en defensa de la educación pública y contra los recortes que no se veían desde hace décadas. ¿Cuál es el objetivo principal de vuestras protestas?
Integrantes de Marea Verde.- Es difícil definir exactamente qué es Marea Verde, ya que integra a miles de personas pertenecientes a la comunidad educativa con visiones diversas pero que de forma unánime defiende una educación pública para todos.
Nuestro objetivo fundamental es la retirada del Real Decreto de Ley 14/2012 de 20 de abril, más conocido como decreto Wert, cuya aplicación en Aragón va a suponer el despido de 1.500 compañeros, el aumento del número de alumnos por aula, la eliminación de programas y medidas de apoyo a alumnos con dificultades, entre otras muchas medidas que, en definitiva, sólo conducen hacia el deterioro de la educación pública así como a la segregación y elitización de la sociedad.
A.- ¿Cómo se ha gestado el movimiento asambleario en vuestro centro?
IMV.- En nuestro caso, que se trata de un Instituto de Educación Secundaria, se venía realizando ya un trabajo previo a la huelga general del 29M. Lo que era una inquietud de unas cuantas personas con una buena relación personal en el centro de trabajo se extendió hacia el resto de compañeros y compañeras que también compartían esa preocupación social. Como cualquier asamblea, la relación es horizontal. Simplemente cada uno expone su postura y se plantean y deciden acciones para llevar a cabo como asamblea.
Con estas medidas de recorte todos tenemos nuestros motivos: los trabajadores, el alumnado y, por supuesto, también las familias. Nuestra asamblea integra a toda la comunidad educativa. Los alumnos, aunque participen y apoyen las iniciativas que surgen del profesorado, también tienen iniciativa propia y se están organizando.
A.- ¿Qué dificultades habéis tenido?
IMV.- Cuando tu centro de trabajo es grande a veces es complicada la movilización. Estos recortes no sólo afectan a los interinos, sino también a los funcionarios de carrera y, sobre todo, a los alumnos. Sin embargo, algunos compañeros prefieren aferrarse a la precariedad de su puesto de trabajo y no luchar por unas condiciones mejores y por una educación de calidad.
Por otro lado, el posicionamiento que tome el equipo directivo del centro y el apoyo que muestre hacia las movilizaciones es determinante y puede animar a la acción o frenar las iniciativas que surjan en la asamblea ejerciendo su autoridad.
A.- Además de la huelgas, encierros, pitadas, y otras protestas que buscan visibilizar el desacuerdo de la comunidad educativa con los recortes impuestos por la administración a la educación pública, ¿se baraja entre la comunidad educativa otro tipo de acciones?
IMV.- Por supuesto, no descartamos ningún tipo de medida. Si se sigue atacando a los trabajadores del sector público, y en este caso concreto a los trabajadores de la educación pública, no será suficiente con visibilizar el conflicto y mostrar nuestro rechazo. Se barajan posibilidades como no firmar actas, lo que paralizaría el sistema de titulaciones, que al parecer es lo que más importa a las autoridades, mucho más que la calidad de la enseñanza. Se plantea también sacar el conflicto fuera de la escuela con acciones como, por ejemplo, cortes de tráfico en las principales vías de la ciudad a horas punta, seguimiento a los responsables políticos para expresar el rechazo, etc.
Nuestro debate ahora se centra en cómo y cuándo. Somos conscientes de que son medidas duras, que no pueden aplicarse de cualquier forma, y que además deben ser meditadas y negociadas con los sectores afectados. Lo que tenemos claro es que no vamos a permanecer impasibles contemplando como desmantelan lo que quedaba del estado de derecho y destruyen nuestras vidas.
A.- ¿Existe voluntad de negociación por parte de la administración?
IMV.- En absoluto. Desde el principio se han suspendido los procesos de diálogo y negociación en las mesas sectoriales y técnicas, que han pasado a ser meras reuniones informativas, donde se exponen los recortes (porque no hay otra cosa que exponer) que se están y se van a llevar a cabo. Como ejemplo está lo sucedido a los docentes que ocuparon los días 29 y 30 la Consejería de Educación. Sólo exigían para salir del edificio una hoja de ruta a partir de la cual empezar a negociar. Como es sabido, fueron desalojados sin más respuesta por la policía nacional, con una proporción de dos agentes por docente...por si acaso. En la reunión que la Consejera Dolores Serrat había convocado con las AMPAs de los centros educativos, tanto concertados y privados como públicos, un cordón policial impidió el paso a madres y padres de la escuela pública que habían sido convocados, en algunos casos ni siquiera portando la carta de invitación. Eso sí, los representantes de las escuelas concertadas abarrotaban la sala a la que accedieron sin ningún tipo de acreditación. Pero claro, no llevaban la camiseta verde.
A.- ¿Cuáles son las razones que hay detrás de los recortes en educación y sanidad?
IMV.- Bajo la excusa ya manida de una estafa a la que se empeñan en llamar crisis, los amos del dinero tratan acelerar los procesos de expropiación de lo que es nuestro, de todas, llevando a cabo la privatización de los bienes públicos. Esta dinámica no es nueva. A lo largo de las últimas décadas hemos visto caer en manos privadas otros muchos servicios de importancia estratégica como eran los transportes o la energía. No se trata sólo de dinero. La apropiación de estos servicios por parte de las grandes empresas significó un ataque a derechos básicos, como el derecho a la movilidad, etc. Sin embargo, el ataque a la sanidad y a la educación reviste especial importancia. Es una agresión directa a nuestra línea de flotación.
Entiéndase. No se puede luchar por los derechos cuando se está enfermo, menos aún cuando se está muerto. Por eso recortar en sanidad no es sólo suprimir un derecho entre otros, significa además un ataque directo a las capacidades de la población para enfrentarse a las dificultades e incluso para luchar por lo que es justo. Con la educación pasa algo semejante. Si se restringe el acceso a la cultura y al conocimiento se devalúa la capacidad de población para decidir por sí misma y para defenderse. Los recortes en educación significan un ataque directo y sin concesiones a la democracia.
A.- ¿Existe alguna relación entre el movimiento que ha surgido en contra de los recortes en educación y aquellos que luchan, por ejemplo, contra la reforma laboral o el mismo 15M?
Nos enfrentamos a una restructuración a gran escala de los sistemas productivos y de las relaciones de poder que hasta hace poco venían caracterizando nuestro modelo social. Probablemente sea esta dinámica lo que los diversos movimientos enfrentamos desde diversas posiciones. En la actual situación el desmantelamiento de los servicios de educación y sanidad públicos representa un objetivo prioritario para los grandes capitales, pero no es el único. La recomposición del orden social que se está diseñando afecta a muchos ámbitos y a muy diferentes escalas. Al ámbito del trabajo, pero también al educativo. A escala de las instituciones, pero también a pequeña escala, como, por ejemplo, a las relaciones profesor-alumno, o a las relaciones de los alumnos entre sí, cada vez más competitivas, etc.
Frente a esa remodelación de las relaciones sociales según formatos que son útiles a los que nos gobiernan y a aquellos que gobiernan a los que nos gobiernan, nosotras estamos trazando, desde abajo, en las asambleas y en los encierros, al igual que en las plazas del 15M, nuevas formas de estar juntos, nuevas formas de comunidad. Es difícil imaginar la riqueza que nace a partir de las nuevas relaciones que, en la lucha contra los recortes, supone el encuentro con el alumnado y con las familias. Pero, sobre todo, es difícil imaginar la alegría que produce el inventar nuevas relaciones con los compañeros y compañeras de trabajo, el escapar a la atomización y a las inercias en que habíamos quedado apresados. Mientras Wert recorta, nosotras, todas juntas, producimos nuevas formas de enseñar y de vivir.
