La importancia de las preposiciones y el tren

Pues resulta que no, no es lo mismo un “POR” que un “de” o un “para”, incluso un “a”. El pasado día 3 de Julio se conmemoró el 121º aniversario de la llegada del tren a la última capital de provincia a la que llegó: TERUEL, según las crónicas de la época que he podido leer aconteció un necesario, justo y multitudinario evento, una verdadera efeméride, la última capital de provincia se incorporaba al desarrollismo de España, a la vertebración de Aragón. En su origen, la creación de este tren tuvo naturaleza privada, dando cobertura al sector minero desde la …

razonalismo

Pues resulta que no, no es lo mismo un “POR” que un “de” o un “para”, incluso un “a”.

El pasado día 3 de Julio se conmemoró el 121º aniversario de la llegada del tren a la última capital de provincia a la que llegó: TERUEL, según las crónicas de la época que he podido leer aconteció un necesario, justo y multitudinario evento, una verdadera efeméride, la última capital de provincia se incorporaba al desarrollismo de España, a la vertebración de Aragón.

En su origen, la creación de este tren tuvo naturaleza privada, dando cobertura al sector minero desde la provincia a Valencia, nunca fue el tren “de” o “para” TERUEL, sino el tren que pasaba POR la ciudad, siendo ésta una parada más del recorrido del mismo, inmiscuido en un entorno socio-económico que permitiría poco a poco el transporte de pasajeros y mercancías. Deberíamos pensar que este servicio público sería similar en toda la España de la época.

En aquel entonces, la provincia de Teruel tenía un censo de 246.000 habitantes. Este censo era un 45% más del actual. Sin ser una gran población, entró de pleno en el intento de solucionar los problemas de cohesión y vertebración nacional de principio del siglo XX plasmada más tarde con la creación de RENFE. Harían, supongo, una política integradora no basada únicamente en una ratio de beneficio y sacralización del lucro. Es decir, se guiarían por un aspecto cualitativo y no sólo cuantitativo del transporte ferroviario.

Después de esta breve reseña histórica, debo decir que el último acuerdo habido entre el Ministerio de Fomento y la Diputación General de Aragón, acontecido hace escasos días, consiste en el deseo, más bien desiderátum (dado que aún no se ha cumplido) de privar a la ciudadanía de parte de este servicio ferroviario hoy, ya, centenario y que permite unir Zaragoza con Valencia POR la ciudad de Teruel.

A fecha actual ya sea por la pandemia, ya sea por la carencia de un flujo de pasajeros suficientemente rentable, YA se han suprimido hasta un 80% de los servicios entre nuestra ciudad y las capitales de Aragón y Valencia. Ahora no podemos hacer un viaje de ida y vuelta a Valencia en el día.

NO comento la conexión entre nuestra pequeña ciudad y la capital del estado, Madrid. Es simple, ya que no existe vía ferroviaria directa entre ambas, siendo la única capital de provincia que carece de esta conexión.

Es evidente que nos enfrentamos a la problemática de la sostenibilidad económica de este tramo de ferrocarril. Según fuentes oficiales, lo que se va a hacer es, dado que tan sólo tiene un 2% de ocupación con un coste de 300 euros/pasajero, cambiar este servicio por una atención a la carta, a demanda y digitalizado de buses y taxis. Siguiendo con las mismas fuentes oficiales, se van a dar un plazo de cuatro meses para su implementación. Ya veremos cómo acaba esta experiencia. Ya veremos en invierno, con las carreteras comarcales, con la baja cobertura digital, con las inclemencias del tiempo y la propia cobertura de taxis de La provincia.

Si la premisa es que no hay flujo de viajeros suficiente, nos podremos plantear porqué no es un servicio atractivo para que la población lo utilice de forma habitual. Bien pudiera ser que, desde hace décadas, hayamos entrado en la espiral de “no se invierte porque no hay viajeros, como no hay viajeros, se fomenta que haya cada vez menos inversiones…”.

Quisiera recordar los años que llevamos con unas frecuencias de servicio inadecuadas para dar un servicio de calidad, con unos trenes obsoletos y caducos que aportan una elevada ratio de averías. Todo ello ha convertido a este servicio en el último recurso para el ciudadano consiguiéndose el abandono de su uso y, en consecuencia, que decaiga la rentabilidad del mismo.

Pensemos en cómo podría cambiar este planteamiento si existiera un servicio mediante el cual desplazarse desde Zaragoza a Valencia en un tiempo prudencial para los aproximadamente 300 Kms que las separan, pasando POR nuestra ciudad y aprovechando el tendido ferroviario actual, obviamente, mejorado, modernizado y actualizada la vía única existente con los consecuentes apeaderos de 750 m. necesarios. En suma, con las inversiones necesarias que hagan competitiva esta alternativa.

El problema real está en que la conexión ferroviaria entre Zaragoza y Valencia, actualmente, se hace mayoritariamente por AVE pero no por el camino más corto, por Teruel, sino que se hace por Tarragona, o en su otra alternativa, por Madrid. Esto supone hacer, prácticamente, el doble de distancia. Ese desvío de recorrido es lo que hace que, el territorio intermedio, quede fuera del objetivo general de transporte ferroviario.

Además, si quitamos el tren de nuestra provincia es obvio que se obliga a que el comercio y el transporte de mercancías y personas se haga por carretera con lo que supone de aumento de tráfico y consumo de combustible, que no responde precisamente a los objetivos de la agenda 2030. Se clausura un transporte limpio para fomentar un trasporte contaminante. Quiero destacar, además, la precariedad con respecto a la existencia de autovías en la provincia, ya que en actualmente sólo existe la autovía A-23 ó mudéjar. Ante esta situación, la premura en la futura A-40 es evidente.

Dicho todo esto, me pregunto si sería posible plantearse un transporte moderno en un eje ferroviario Cantábrico-Mediterráneo, POR Zaragoza, POR Teruel… y POR donde pase este recorrido.

Quiero manifestar, que en esta tierra nos resistimos y nos negamos a morir por decisiones políticas que, comprensiblemente, no son fáciles de implementar, creemos que deberían basarse en la búsqueda de un punto de equilibrio entre la necesidad social, el servicio público y el beneficio económico, teniendo en cuenta la función vertebradora que supone la existencia de una línea ferroviaria entre las poblaciones.

Estamos vivos, queremos estar vivos y lo vamos a hacer, incluso, con nuestra despoblación, con nuestro orgullo rural y sin reblar ante los problemas, esa es nuestra actitud. Gran parte de España está muy atenta a este tipo de soluciones a similares problemas. Cerrar una línea de tren supone cerrar las expectativas de una zona, de sus habitantes, supone comprometer el futuro de generaciones venideras, ya no sólo en esta querida provincia, sino en el conjunto de territorios ubicados en distintas comunidades autónomas, que componen la España Vaciada.

Estamos de acuerdo en que la problemática es compleja, pero los retos se resuelven desde el diálogo social.

Nos rebelamos a ser el toro acosado en tablas que espera el descabello, sepan que en nuestro escudo se alza un toro que emana dignidad y mira al horizonte buscando su norte y destino, que busca su nueva Actuel, su estrella que le dirija a nuevas etapas de la Historia, una guía a nuestra estirpe. Es la forma que tenemos de entender nuestra esencia: ser menos no resta derechos.

En este punto de futuro, hagamos “fair-play” todos, sin excusas y dejémonos de posturas demagógicas. Busquemos y encontremos soluciones que sean comúnmente aceptados, como los criterios contables que rigen la cuenta de resultados de los actores que intervienen en esta propuesta no ejecutada, todavía.

Desde aquí, propongo a todas las partes intervinientes que tengamos las más altas miras de desarrollo y convivencia futuras y no nos obliguemos a ver, tan sólo, el pequeño trozo de tierra que ve aquel que sigue con orejeras. Miremos al futuro con orgullo, con ideas e ideales, con la determinación de saber cómo podemos ayudarnos mutuamente y convivir de forma solidaria en esta España que, si este desiderátum ya comentado fructifica, vendrá obligada a afrontar similares soluciones en los próximos años.

Los 140.000 millones de euros en créditos que supone la ayuda UE hasta 2026 no puede ser una nueva versión de “Bienvenido Mr.Marshall”, sino que nos debe servir como punto de inflexión que catapulte el PIB español a un 6,2% para 2021, según Banco de España. Y, de aquí, en adelante será una (última) oportunidad de modernizar esta provincia y encarar el futuro de mejor forma que la actual. De modernizar gran parte de España, la España Vaciada.

Esperemos que nuestros dirigentes recapaciten. Esperemos tengan altas miras que equilibren entre la respuesta a corto plazo ante los problemas y el convencimiento de unos valores y principios sociales que también son constitucionales, solidariamente constitucionales.

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de nuestra política de cookies, pincha el enlace para más información.

ACEPTAR
Aviso de cookies