La Coordinadora Antifascista proyecta el documental Hollywood contra Franco, "una guerra tras la pantalla"

Este viernes 31 de mayo la Coordinadora Antifascista de Zaragoza organiza la proyección del documental Hollywood contra Franco, dentro de las Jornadas 'Ama la cultura, odia el fascismo'. La proyección comenzará a las 19.00 horas en el local Treziclo (calle Liñán 8). Una vez finalice el documental, a las 21.00 horas en Arrebato (calle Palafox 28) empezará una audición con los dj´s Daños y amenazas y Desorden Público, en la cual habrá tapas y algun cocktail explosivo para poder financiar estas jornadas. Hollywood contra Franco es un largometraje documental de Oriol Porta sobre el impacto que ejerció la Guerra Civil …

Alvah Bassie con el resto de Brigadistas Internacionales, en el barco con destino al frente de la Guerra Civil
Alvah Bassie con el resto de Brigadistas Internacionales, en el barco con destino al frente de la Guerra Civil
Alvah Bassie con el resto de Brigadistas Internacionales, en el barco con destino al frente de la Guerra Civil

Este viernes 31 de mayo la Coordinadora Antifascista de Zaragoza organiza la proyección del documental Hollywood contra Franco, dentro de las Jornadas 'Ama la cultura, odia el fascismo'. La proyección comenzará a las 19.00 horas en el local Treziclo (calle Liñán 8). Una vez finalice el documental, a las 21.00 horas en Arrebato (calle Palafox 28) empezará una audición con los dj´s Daños y amenazas y Desorden Público, en la cual habrá tapas y algun cocktail explosivo para poder financiar estas jornadas.

Hollywood contra Franco es un largometraje documental de Oriol Porta sobre el impacto que ejerció la Guerra Civil en el cine americano. Desvela el apoyo de la mayoría de los artistas a la República y se muestran algunas de las más de 50 películas que Hollywood produjo con referencias a la contienda. Con la participación de guionistas, expertos y otros testimonios -entre los que destaca la actriz Susan Sarandon-, el documental incluye fragmentos de películas famosas como Casablanca, dirigida en 1942 por Michael Curtiz, Las nieves del Kilimanjaro, dirigida por Henry King en 1952, o Tal como éramos, dirigida por Sydney Pollack en 1973, que ilustran los cambios de perspectiva de Hollywood respecto a la guerra civil, de 1937 a 1975, año de la muerte de Franco. Estos cambios iban en sintonía con la política internacional de la Casa Blanca y, en concreto, con sus relaciones con el gobierno del Estado español. En paralelo, la película sigue la trayectoria del brigadista, escritor y guionista Alvah Bessie, gran defensor de la República y víctima de la caza de brujas en Hollywood.

Dada la gran complejidad de producción –esencialmente por la gestión de derechos de las películas usadas- el proyecto de realización de este documental ha durado 9 años y contiene material proveniente de más de 30 archivos, en su mayoría norteamericanos.

La película ha obtenido el 2º Premio de la sección “Tiempo de Historia” de la Seminci de Valladolid 2008 y el Premio al Mejor Documental en el New York International Independent Film & Video Festival, además de participar en múltiples festivales, entre los que destacan el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata 2009 o el Festival des Films du Monde de Montréal 2009.

La película

En los años 30' Hollywood hervía de jóvenes talentos, americanos y exiliados europeos, que juntos llevaron a los grandes estudios a alcanzar su llamada época dorada. Mientras tanto, en el desconocido Estado español el gobierno de la jóven
República intentaba modernizar el país y situarlo en la senda de las democracias occidentales. Lo que no gustaba a los sectores más conservadores de la sociedad, que apoyaron el alzamiento del General Franco, con el que se inició la Guerra Civil (1936-1939).

Este conflicto, aparentemente muy alejado de esos artistas de élite y glamour, significó mucho para sus mentes inquietas. El ataque a la incipiente república democrática evidenció el compromiso con la libertad de aquellos artistas. Entonces decidieron pasar a la acción (nunca mejor dicho), y usar como arma su medio de expresión: el cine. Ernest Hemingway, Dashiell Hammett, Lillian Hellman, Dorothy Parker, entre otros, se unieron para producir el documental Tierra española, con el objetivo de contrarrestar la propaganda profranquista que efectuaban los medios conservadores en los EEUU.

A partir de ese momento y hasta la muerte de Franco (1975), Hollywood produjo más de 50 películas de todos los géneros -aventuras, cine negro, comedia romántica, etc-, con referencias a la Guerra Civil, evidenciando así la intensidad del impacto que la contienda ejerció en estos artistas.

Durante la guerra se hicieron filmes como Bloqueo (1938), un drama de guerra donde el personaje principal, interpretado por Henry Fonda, hace un llamamiento directo y explícito a la intervención internacional para frenar “el asesinato de gente inocente”.

Algunos de nuestros protagonistas prefirieron realizar acciones más directas y viajaron al Estado español: Hemingway y Dorothy Parker escribieron crónicas desde el campo de batalla; Errol Flynn fue a visitar y dar ánimos en nombre de sus compañeros al bando republicano. Y el guionista Alvah Bessie, arriesgó su vida luchando en el Batallón Lincoln de las Brigadas Internacionales.

La derrota de la República dejó una “herida abierta en el corazón de los artistas liberales de Hollywood” (en expresión del director Fred Zinneman), lo que les llevó a homenajear a la República en varias obras de los primeros años 40 (en los  Oscar de 1943 competían 5 películas con referencias directas al conflicto).

Muchas de ellas utilizaban el caso español como argumento a favor de la participación de los EEUU en la II Guerra Mundial. Billy Wilder en Levantate mi amor, Lillian Hellman en Watch On The Rhine, John Garfield en The Fallen Sparrow, Humphrey Bogart en Casablanca..., entonan cantos a favor de la necesidad de defender la democracia ante el fascismo. Si bien este espíritu no estuvo exento de conflicto con parte de la sociedad americana, el gobierno y la propia industria cinematográfica.

Por quien doblan las campanas, es un  ejemplo manifiesto de las contradicciones en las que estaba sumida la creación en Hollywood: la adaptación cinematográfica más universal sobre la Guerra Cívil, basada en la novela de Ernest Hemingway, uno de los principales defensores de la República, fue llevada a cabo por un director (Sam Wood) manifiestamente partidario de la causa franquista.

Después de la II Guerra Mundial, nuestros protagonistas, firmes en sus convicciones, sufrieron el acoso político en los duros interrogatorios que pasaron a la historia como la caza de brujas. En ellos se les acusaba de ser “Antifascistas prematuros” por haber apoyado a la República antes de que el Eje manifestara sin tapujos sus aspiraciones bélicas. Algunos pasaron largas temporadas en prisión (“los 10 de Hollywood”) y otros vieron su carrera arruinada para siempre. Algunos sufrieron ambas formas de represión como es el caso de Alvah Bessie.

Como consecuencia de este ambiente inquisitorial, en los años 50 el recuerdo de la Guerra Civil cambia de registro. Es lo que puede verse en la adaptación de otra obra de Hemingway, Las nieves del Kilimanjaro (1953), que desprestigia la figura, antes heroica, del brigadista internacional. La película se produce en el mismo momento en que los EEUU inician relaciones diplomáticas con Franco frente a la que consideran una amenaza común: el comunismo.

El espíritu contestatario de los años 60 permite que algunos artistas retomen su compromiso donde lo dejaron. En Y llegó el día de la venganza (1964), Fred Zinnemann recupera el halo romántico de la guerra al adaptar el final de Quico Sabaté, uno de los últimos guerrilleros antifascistas, muerto por la Guardia Civil en 1961. En 1968, Alvah Bessie co-guioniza junto a Román Gubern y Jaime Camino España otra vez, una insólita producción inspirada en su experiencia como brigadista.

En los 70 llega el relevo generacional, que introduce de nuevo cierta preocupación política dentro de la producción hollywoodiense: Sidney Pollack y Martin Ritt recogen, en  Tal como éramos (1973) y La tapadera (1976), la llama del compromiso político y homenajean a esa generación de artistas que lucharon y sufrieron por la defensa de una causa que parecía no ser suya, pero que en realidad era de todos. Porque, como dice uno de los entrevistados en Hollywood contra Franco, las ideas políticas también conforman la personalidad de cada uno de nosotros.

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