A por la confluencia, que se hace tarde

Dicen que en política las segundas oportunidades son algo excepcional. Con unas nuevas elecciones a la vuelta de la esquina, tenemos una de esas mágicas oportunidades

Una nueva ocasión para enmendar pasados errores tácticos que deberemos agradecer a los innumerables desencuentros, rivalidades y zancadillas que durante los últimos cinco meses se han estado poniendo los integrantes de ese inefable tándem formado por PP-PSOE-Ciudadanos y Podemos.

Si a todos los ciudadanos se nos da una segunda oportunidad, a los que militamos en la izquierda ciertamente se nos da una ocasión de oro y diamantes para repensar lo que hemos estado haciendo hasta ahora y ponerle de una vez por todas cabeza e inteligencia a un cambio real que consiga derribar a la derecha de este país.

Esta ocasión es única y como tal deberíamos entenderla todos y todas. Por tanto no se entendería que aquellos actores llamados a liderarla se enzarcen nuevamente en discusiones inútiles sobre quien "la tiene más larga" o se considera menos contaminado por mochilas ideológicas.

A los ciudadanos y ciudadanas de a pie, a los futuros votantes no les valen ya más discursos sobre lo que me dijo el otro, o sobre lo que yo quise hacer y aquel no consintió. A quienes queremos votar por un cambio de verdad, radical, democrático, feminista y sincero, solo nos vale la CONFLUENCIA de aquellos partidos que tienen vocación de ponerse a las órdenes de la ciudadanía. La misma que desde hace ya mucho tiempo les viene pidiendo que se dejen de pamplinas estúpidas y se pongan a ello.

Y si tienen muchas dudas de cómo se hace, ahí les dejo un ejemplo. Humilde, pequeño, combativo, pero tozudo como solo pueden ser las gentes de esta Tierra Noble: Zaragoza en Común, un espacio de confluencia en el que conviven diferentes organizaciones y personas independientes y que desde mayo pasado gobernarnos el Ayuntamiento de Zaragoza con solo 9 concejales. Casi un año después seguimos "cual aldea gala" luchando por dar voz a las y los zaragozanos que no cuentan para esa simpática oposición empeñada en bloquear cualquier propuesta de cambio. Nótese el tono sarcástico.

Y como nosotros y nosotras hay muchos otros ejemplos, otros ayuntamientos del cambio que lo están haciendo bien. Así que dejen de mirarse al ombligo, arremánguense y al tajo. Que queda poco tiempo y mucho que consensuar si queremos hacer historia.

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