Finalizado el curso 2021-2022, el sindicato STEA-i dice “estar a la espera de que comience el siguiente, que lo hará tras el proceso de fuera de plazo, que precede al comienzo de las clases”.
Con los datos facilitados por la administración educativa aragonesa a finales de junio, así como lo ocurrido en la negociación de los cupos en los colegios de primaria, desde STEA-i denuncian “el inminente cierre, en torno a una veintena de aulas en la Escuela Pública Aragonesa, que no hay que olvidar que vendrían a sumarse o las que se han ido cerrando en estos últimos años, es decir, que llueve sobre mojado” para la educación pública, sus trabajadoras y la apuesta por una escuela que garantice la equidad, así como la igualdad de oportunidades de todo el alumnado, con independencia de sus condiciones socio-económicas.
Detallan que estos recortes no afectarán por igual “a los centros privados, subvencionados con dinero público, que únicamente podrían cerrar una única aula, y si la cierran, ya que hay que tener en cuenta que estos centros cuentan con unos conciertos, firmados con la administración y que suelen usarlos para blindar sus aulas, a pesar de no contar con alumnado”, denuncian pues que “existe así una doble vara de medir, que hace que el cierre de la Escuela Pública sea inminente a finales de agosto y el de la concertada, esté a expensas de la finalización del concierto, de informes técnicos, firmas de directora provincial y general, publicaciones en BOA, etc”.
El descenso de natalidad debe permitir mejorar la calidad de la enseñanza, manteniendo unas ratios bajas que permitan una atención más individualizada del alumnado “algo que no se puede conseguir, si cerramos las aulas y agrupamos en las que queden a todos los alumnos, ya que incrementamos la ratio y lo que se logra es empeorar esta atención individualizada, esencial si tenemos en cuenta las dificultades post COVID y el recorte que ya se produjo hace años, del docente de apoyo en los colegios”. destacan.
Así, desde STEA-i exigen a la administración “la eliminación de la concertación, ya que los colegios públicos fueron creados para tres y cuatro vías escolares, y actualmente se están quedando con dos aulas o una, mientras se subvencionan tres y cuatro aulas en los centros privados. La optimización del dinero público exige una apuesta decidida, y más en un gobierno que se dice progresista, por la red pública y no de su subsidiaria (creada en los años 80 para paliar la falta de aulas públicas, algo que como hemos explicados ya no se produce)”.
Desde STEA-i exigen también “un estudio a largo plazo que contemple la bajada de natalidad, el mantenimiento de las aulas públicas y de los puestos de trabajo del personal que actualmente realiza sus funciones en la Escuela Pública, el cual debe de pasar una oposición para acceder a su trabajo, garantizando unos conocimientos profesionales y técnicos, que a los trabajadores de la Privada no se les exige, al ser contratados directamente por la empresa, con unos criterios propios”.
Por último señalan la necesidad de “un plan de refuerzo para los grupos altos de primaria, ya que en esos niveles hay unos veinte centros públicos con elevadas ratios y gran número de alumnado ACNEAE, lo que requiere, incrementar los cupos para poder desdoblar o directamente en algunos casos, poder abrir un nuevo aula”.
“No podemos permitir que en una situación tan grave como la actual de descenso de natalidad, contemos con unidades escolares con ratios muy altas, disminuyendo con ello la calidad educativa”, desde STEA-i demandan “al gobierno progresista, que demuestre su talante, apostando por la Escuela Pública, manteniendo las aulas abiertas y dotando del personal necesario que garantice una atención individualizada del alumnado”.
