Geografía humana

De qué manera la geografía ha dirigido la historia política e ideológica de la humanidad, esa geografía física marcada por la topografía terrestre, las estructuras geológicas, el clima, los flujos de agua internos y el mar, de la misma manera en esa historia cuantas veces es el hombre el que inicia las acciones pero en cambio es la naturaleza quien las decide o determina o al revés según se mire la fuerza de la naturaleza impone y el hombre dispone, muchas veces por intuición y desconocimiento cometiendo graves perjuicios a terceros. Todo se transforma en geografía social o política según …

De qué manera la geografía ha dirigido la historia política e ideológica de la humanidad, esa geografía física marcada por la topografía terrestre, las estructuras geológicas, el clima, los flujos de agua internos y el mar, de la misma manera en esa historia cuantas veces es el hombre el que inicia las acciones pero en cambio es la naturaleza quien las decide o determina o al revés según se mire la fuerza de la naturaleza impone y el hombre dispone, muchas veces por intuición y desconocimiento cometiendo graves perjuicios a terceros.

Todo se transforma en geografía social o política según se mire, desde las religiones a la conformación de muchos estados actuales o pasados se han determinado por la geografía y las fronteras naturales, en muchas ocasiones se han roto pero acaban retornando a sus orígenes en busca de la convivencia natural.

En general la naturaleza marca fronteras amplias de transición social y cultural para los humanos, en otras es totalmente una barrera como una alta cordillera o un río con fuertes corrientes y diferente tipo de terreno en cada orilla que obliga a desarrollar estrategias sociales de supervivencia opuestas o enormemente diferentes, y todo ello ha perfilado las relaciones sociales y las obligadas económicas entre vecinos. En cada frontera o delimitación se crean las normas en función de las diferentes situaciones buscando la convivencia.

El proteccionismo político intenta siempre apropiarse de zonas colindantes en las que por necesidades varias se mezclan las transiciones "geográficas". En el fondo las fronteras y las delimitaciones políticas han sido históricamente herramientas económicas con cariz social para controlar los flujos de riqueza e ideológicos de todo tipo. Una necesidad de imposición expansiva.

Las relaciones humanas están marcadas por esas geografías entre las personas, por ese flujo de diferentes maneras de pensar que en muchas momentos conocemos del interlocutor y en otras desconocemos absolutamente, esta geografía personal e intransferible repleta de una orografía variada: lugares visitados, información y formación recibida, cultura de nacimiento, lugar de residencia, espacio social y familiar, años vividos, religión, preferencias sexuales, estado civil, descendencia, pasado casi presente, último grito realizado o recibido, la última muerte o el último nacimiento próximo…

Este es el marco geopolítico social en que vivimos las relaciones humanas, que todos sabemos que existe pero que en demasiadas ocasiones olvidamos cuando observamos a un ciudadano que opina diferente o de forma contraria a nosotros y olvidamos que son puntos de partida para intentar buscar los espacios de entendimiento, esos terrenos de transición.

En estos momentos de crispación social debemos observar las geografías del resto de ciudadanos para apreciar y entender sus palabras o sus discursos antagónicos con los propios, hay que respetar la geografía del contrario o del vecino.

El sistema busca simplificar y establecer fronteras sociales donde en muchas ocasiones lo único que hay son transiciones geográficas explicables y comprensivas por muy diferentes que parezcan. El sistema cada vez que surge un conflicto inventa teoremas en base de sus intereses y que establezcan nuevas fronteras sociales en busca de la vieja estrategia "divide y vencerás".

El sistema busca desambiguar, generar algoritmos donde hay transiciones, cuando la lucha por la fronteras físicas se desvanece por la tecnología bélica en constante funcionamiento en fronteras nacionales, se intenta expandir el poder a partir de la contraposición de intereses desde la burda creencia cristiana de lo bueno y lo malo, correcto e incorrecto... Para establecer fronteras sociales cuando ya no pueden variar las físicas.

Actualmente y en concreto respecto al miedo sobre corona vid 19, yo me encuentro entre estas personas asustadas, mientras no existe una solución concreta se está anatemizando cualquier forma o exposición presentada desde otro prisma o punto de vista, se condena públicamente cualquier posible observación que no se encuentre dentro de los parámetros estandarizados por los gobiernos, las autoridades sanitarias y organizaciones dirigentes.

Las personas no podemos caer en este juego geopolítico que nos intentan imponer como forma de relación o de juicio, el de rechazar al que no piensa igual para establecer fronteras en dirección hacia todos los que disciernen de diferentes maneras y en diferentes contextos "geográficos". Está claro que cuanto más una persona se interese o informe de la "geografía" de un interlocutor más fácil será entender su posicionamiento, negar esa orografía individual reduce las zonas de transición social, cultural, económica, afectiva.

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