Desde Fapar manifiestan su preocupación ante la huelga de monitoras de comedores escolares que con carácter indefinido ha comenzado con la vuelta a de vacaciones.
Así expresan “con el comienzo de este curso las familias ya hemos sufrido una subida desorbitada del precio del comedor, hemos visto la escasez de presupuesto destinado a becas, cómo se ha mermado la calidad de los menús escolares, cómo se ha despedido a monitores, cómo se han cerrado algunos comedores rurales y cómo en otros muchos no se pudo empezar hasta el mes de octubre, cómo se han retrasado los pagos a las empresas por parte de la Administración y cómo todo ello ha repercutido de forma negativa en la calidad de un servicio de primera necesidad para las familias”.
Y añaden “desde FAPAR hemos abogado siempre por un servicio escolar de comedor educativo y de calidad porque nuestros hijos se lo merecen, con menús equilibrados, profesionales cualificados y con tiempo suficiente para desempeñar su trabajo y no un servicio complementario meramente asistencial y de conciliación”.
“Por todo esto trasladamos a las monitoras nuestra solidaridad ante un conflicto laboral que se enmarca en un contexto de precarización del trabajo y de pérdida de derechos sociales más general, que al final repercute en la calidad del servicio; lamentamos la actitud de la Administración decretando unos servicios mínimos abusivos que han sido paralizados por el Tribunal Superior de Justicia de Aragón y que han añadido crispación y desinformación a las familias y a los centros y, sobre todo, pedimos a todas las partes que acerquen posturas para solucionar el conflicto lo antes posible y las familias dejemos de ser una vez más las grande es perjudicadas”, concluyen.
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