Los presupuestos para 2021 deberían servir para extender la protección social, en especial a las golpeadas por la pandemia, diseñando unas políticas públicas que fortalezcan en adelante los derechos sociales de la ciudadanía, más allá del último recurso de las ayudas de urgencia, haciendo posible el desarrollo integral de las personas.
Por encima de otros intereses, el crecimiento social y el desarrollo productivo, mediante el impulso de la economía circular o el acceso universal a la cultura, han de estar en el centro del debate institucional. En Espacio Municipalista entendemos los presupuestos como un mecanismo de transformación, no como una mera herramienta contable donde ajustar ingresos y gastos.
Asumimos que Emma Buj, Ramón Fuertes o Rocío Féliz de Vargas no son socialdemócratas. Posiblemente sientan rechazo por esta etiqueta, pero venden la idea de que estamos ante un presupuesto “expansivo”, que incrementa sensiblemente la inversión, pero la cruda realidad es que el grueso de ésta se lo lleva una piscina cuya construcción actualmente está parada sine díe, y obras de mantenimiento y reposición de elementos. No se proponen medidas de estímulo económico, solamente de aumento del gasto. Así que de presupuestos “expansivos” nada de nada.
Por otro lado la observación de ejercicios anteriores nos hace intuir que esta inversión no va a ser real, pues el nivel de ejecución presupuestaria demostrada por PP es alarmantemente baja. Simple venta de humo.
No hay inversión en colegios públicos o en políticas públicas relativas a servicios sociales. Ni una sola de las infraestructuras previstas tiene un componente redistributivo ni de cohesión de la trama urbana. Aquí ni siquiera hay humo.
En materia de infraestructuras consideramos imprescindible la planificación y comienzo de los estudios previos, analizando rigurosamente las necesidades de la ciudad y priorizando esa rentabilidad social en el tiempo. La inversión que se realice el próximo año debe cumplir con el doble objetivo de generar actividad económica, más allá del momento de su ejecución, al mismo tiempo que ofrece una rentabilidad social constatable. Nadie puede encontrar nada de ello en la propuesta del equipo de gobierno.
Nuestra propuesta de inversión, de cara a fortalecer el área de derechos sociales, incorpora las actuaciones destinadas al proyecto de un centro sociolaboral, de un nuevo centro municipal de servicios sociales, a la creación de una oficina de vivienda desde la que implementar medidas en esta materia. Orientamos el presupuesto como herramienta útil para garantizar el bienestar de las turolenses.
Tengamos en cuenta que la juventud no se puede emancipar por el elevado precio de la vivienda en nuestra ciudad, y para estos y otras familias con necesidades se debe crear un banco público de vivienda para el alquiler. Es deber de las instituciones garantizar los derechos más elementales, tomando las medidas oportunas para ello.
En materia económica creemos que hay que poner en marcha iniciativas destinadas a la promoción de la economía social, como forma de contribuir en el necesario impulso de la economía circular, también implementando programas de estímulo local mediante ayudas indirectas. La derecha acostumbran a transferir de manera directa recursos a la patronal como manera rápida de quitarse un problema, pero es mejor una acción lenta y reflexionada, que altere las condiciones de debilidad de algunos sectores productivo y los haga viables en el tiempo.
Para mejorar las condiciones de vida en la ciudad es necesario también distribuir por los diferentes barrios y zonas la inversión planificada. Extender las instalaciones deportivas básicas, un plan estratégico de la cultura, recursos suficientes para políticas de igualdad, el convenio del centro social del Ensanche, un banco del tiempo que promueva valores comunitarios y avanzar en el espacio cultural de San Miguel son medidas importantes para construir una ciudad cohesionada y que no son tenidas en cuenta por el equipo de gobierno.
No podemos pasar por alto otras medidas administrativas que supondrían una mejora en la calidad de los servicios prestados. Reorganizando la promoción turística mediante la fusión del servicio de turismo y la institución ferial ganaríamos en eficacia, eficiencia y en algo tan potente como una imagen de marca única, a la que podemos sumar la labor de las fundaciones Amantes y Bodas Isabel. No es descabellado afirmar que mediante la gestión directa de nuestro servicio de recaudación, hoy en manos de la Diputación, generaríamos más ingresos que hoy se pierden por el camino.
Teruel necesita unos presupuestos ambiciosos, orientados a extender la protección social, y es precisamente por ello que nuestras propuestas se enmarcan en el campo programático e ideológico. Confrontan con el modelo de institución de la derecha, pues proponemos una apuesta decidida por la vivienda pública para el alquiler, políticas en materia de igualdad, e inversión en infraestructuras de servicios sociales y para la promoción del empleo, entre otras.
Consideramos que solamente mediante la planificación estratégica e introduciendo cambios profundos en el modelo de gestión el Ayuntamiento contribuirá a aportar seguridad y garantizar el bienestar de las mayorías sociales. Además esto no supone necesariamente el incremento del gasto público. Es cuestión de prioridades, de políticas que apuesten por intervenir en la realidad para garantizar ese bienestar o permanecer al margen y observar el desarrollo de las sucesivas crisis. Nuestras prioridades son bien distintas a las de la derecha neoliberal. Seguimos.