Los pronósticos para las elecciones federales anticipadas en Alemania han sido bastante acertados en líneas generales. Han ganado las derechas, la democrática y la ultranacionalista, el centro-izquierda socialdemócrata ha obtenido sus peores resultados históricos, la formación verde se mantiene, la izquierda socialdemócrata sube, sobre todo entre el electorado más joven, y liberales y la izquierda escindida (autodefinida como “económicamente de izquierdas pero socialmente conservadora” -sic-), se quedan fuera del parlamento alemán.
Con los resultados ya escrutados, pero todavía a falta de la última acreditación oficial, la Unión Demócrata Cristiana (CDU) liderada por Friedrich Merz ha obtenido un 28,5% del voto, alcanzando la victoria y arrebatando el primer puesto a un erosionado Partido Socialdemócrata (SPD) que se queda en un 16,5%, su peor resultado de la historia, pero con el que, sin embargo, Merz anuncia que negociará para configurar una gran coalición de gobierno que garantice la estabilidad, excluyendo a la ultraderecha de Alternativa para Alemania (AfD) con el 20,9% de los votos escrutados, y quizá incluyendo a un tercero, Los Verdes, que han obtenido un 11,6% del voto.
La izquierda socialdemócrata es la opción mayoritaria entre la juventud alemana
La formación de izquierda socialdemócrata, Die Linke, ha incrementado sus escaños con respecto a las anteriores elecciones, pasando de 39 a 64 con un 8,8% del voto, aglutinando voto joven y femenino en las grandes ciudades, y siendo primera fuerza entre el electorado menor de 24 años con un 25% de apoyo. Su escisión, BSW, se queda fuera del parlamento con un 4,9% del voto, justo en la frontera del corte necesario para entrar, un 5%.
Crecimiento y derrota de la ultraderecha alemana
Los mensajes populistas y simplistas, el apoyo de Trump y resto de líderes internacionales de la Internacional Ultraderchista, cientos de miles de euros en propaganda, bulos y fake-news, y su ultranacionalismo excluyente y visceral, no han conseguido que la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) consiguiera la victoria, como pronosticaba y deseaba el oligarca norteamericano Elon Musk.
Sin embargo, para AfD, y para cualquier otra ultraderecha incluida la españolista Vox, parte de su éxito reside, ya no en victorias electorales, si no en que la derecha tradicional (la CDU en Alemania, o el PP en el Estado español) asuman, normalicen y ‘hagan suyo’ su discurso, propuestas y mensajes de odio y violencia política, en lugar de combatir con pedagogía democrática sus propuestas antisociales, contra los Derechos Humanos o contra todo aquel que el neofascismo considere diferente, o distinto: el enemigo a deshumanizar para después eliminar sin ‘cargo de conciencia’.
Alemania frente a sus demonios
Con estos resultados el líder de la derecha, el millonario Merz, ya ha anunciado "negociaciones rápidas" para formar gobierno “en vista de las grandes crisis que hay en el mundo". "Sé que esto es una responsabilidad y la voy a asumir", ha prometido, “el mundo de ahí fuera no nos espera”.
Pero a Friedrich Merz le espera una Alemania divida en dos, tanto generacional como territorialmente, y en periodo de recesión económica. La ‘locomotora de Europa’ tiene el motor gripado por su falta de visión estratégica. Y las políticas que aplique el nuevo líder alemán tendrán su influencia en toda Europa, tanto en cuestiones económicas, como geopolíticas.
Si tal y como anunciaban en campaña, el nuevo gobierno alemán propone eliminar el tope de deuda publica (otrora sacrosanto axioma que causo dolor y pobreza en el sur de Europa) para poder destinar ingentes cantidades de dinero a gasto militar, deberá explicar muy bien a sus socias europeas por qué para armas no hay tope de deuda cuando sí la imponían para paliar las consecuencias de la última gran crisis capitalista en 2008.
El auge de la ultraderecha y del militarismo hacen contener la respiración en Europa y en el resto del mundo, pues el recuerdo de la Alemania de comienzos del siglo pasado con los mismos elementos trae a la memoria el sufrimiento y los millones de muertos provocados por la ultraderecha nazi alemana de aquellos aciagos años.