‘En el campo y en la ciudad, justicia social’, CNT, CGT y STEA convocan un bloque crítico en Teruel el 1 de mayo

Se cumplen 100 años de la huelga de La Canadiense que concluyó con la redacción de un convenio que hacía universal la jornada de 8 horas. Este año los sindicatos quieren denunciar que las diferentes reformas laborales han acabado con los derechos laborales y que las consecuencias son más acuciadas en el mundo rural.

Foto: CGT Teruel.

Hace cien años que, una huelga que duró 44 días, y que se inició en una fábrica por la solidaridad con 8 trabajadores, cambió para siempre la vida de toda la clase obrera.

Todo esto ocurrió entre febrero y marzo de 1919. El motivo de la huelga fue el despido de 8 obreros que se negaron a aceptar una reducción de su salario. Inmediatamente se unieron a la huelga los trabajadores y trabajadoras de las empresas textiles, para más tarde unírseles todo el personal de los ramos de la electricidad, el agua y el gas. Paulatinamente la paralización de los servicios públicos fue total: el 70% de las fábricas estaban paradas como consecuencia de la huelga o de la falta de suministro eléctrico, llegando a declararse el estado de guerra.

Pese a todo, el movimiento obrero liderado por los anarcosindicalistas de la CNT no se rindió, de tal forma que se alcanzó un acuerdo por el que se aceptaba la jornada de 8 horas diarias y el pago de la mitad de los salarios del tiempo que duró la huelga. Se acaban de cumplir, por tanto, cien años de esta importante conquista social.

Tanto es así, que la OIT, fundada en ese mismo año de 1919, se inspiró en esta situación para la redacción de su primer convenio por el que hace universal la jornada de 8 horas.

Ahora, CGT, CNT y STEA de Teruel aseguran que “los tiempos no han cambiado tanto. La explotación laboral que sufrían las personas trabajadoras hace un siglo sigue vigente ahora, bajo otras formas de precariedad y abusos patronales”.

Asimismo, aseguran que las libertades públicas se ven amenazadas con el auge de ideologías totalitarias y con las leyes regresivas de los últimos gobiernos. “La mitad de la población sigue marginada y sufriendo la intolerable lacra de la violencia machista. Se niega la existencia del cambio climático y se propicia por los mercados la sobreexplotación del planeta. No, los tiempos no han cambiado tanto”, subrayan.

Para estos sindicatos, la problemática se ve más acuciada en el mundo rural, donde la la despoblación y el envejecimiento está desangrando territorios sin que las administraciones pongan sobre las mesas propuestas que favorezcan posibilidades reales de creación de empleo y con ello; el asentamiento de población.

“Llevamos años exigiendo la revocación no sólo de esta reforma, ni de la anterior, sino de todas ellas, las doce que se han producido desde 1977, ya que lo que necesitamos es una regulación laboral justa, que equilibre la balanza, que reconozca los derechos de la clase trabajadora, regulando y controlando de forma honesta los abusos de la patronal”, señalan.

Por ello, aclaran, “es ahora tan necesario, como lo fue entonces, que la clase trabajadora se organice y tome las calles en defensa de sus derechos, de sus libertades, de una igualdad real entre hombres y mujeres, de la defensa del planeta y de una forma de vida digna”.

La huelga de La Canadiense y las posteriores movilizaciones fueron posibles gracias a que la clase trabajadora de entonces se organizó en torno al movimiento anarcosindicalista, demostrándose que es la mejor forma de organización para nuestra clase. “Demostrando también, que la huelga, que la lucha en la calle, sirven para transformar las cosas”, concluyen para recordar que como otros años, el bloque crítico de CGT, CNT y STEA arrancará este miércoles a las 11.30 horas de la plaza del Torico de Teruel.

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