Emotivo y multitudinario recuerdo de las víctimas del bombardeo del 3 de marzo de 1938 en Alcanyiz

Los actos de memoria histórica incluyeron ofrendas de flores, exposiciones, visitas a un refugio antiaéreo musealizado y una conferencia del catedrático de la Universidad de Zaragoza, Julián Casanova

Emilio Calatayud, superviviente del bombardeo, durante un homenaje a las víctimas | Foto: Ayuntamiento de Alcanyiz.

Decenas de personas honraron este pasado viernes en Alcanyiz (Bajo Aragón) la memoria de uno de los episodios más trágicos del pasado reciente de Aragón, el bombardeo sufrido por la población alcañizana el 3 de marzo de 1938, durante la Guerra Civil española.

En la tarde de ese fatídico día, soleado según los testimonios, la aviación fascista italiana al servicio de la causa franquista cumplió la orden militar de bombardear la capital bajoaragonesa; el resultado fue terrible: centenares de civiles perdieron la vida, hasta medio millar según algunas fuentes –de una población estimada de unas 11.000 personas-, entre ellos numerosos niños, niñas y mujeres.

El bombardeo también dejó cientos de personas mutiladas y muchas otras heridas de diversa índole. Ocurrió un jueves –festivo por la tarde para los y las escolares- de finales de un invierno inusualmente cálido, de una placidez que en modo alguno hacía presagiar la tragedia que se cernía sobre quienes, pese a la guerra, disfrutaban del buen tiempo jugando, paseando, viviendo...

Para honrar a sus víctimas, Alcanyiz rememora año tras año, desde hace varios, ese bombardeo del que este pasado viernes se cumplió su 79º aniversario. El Área de Cultura del Ayuntamiento de la capital bajoaragonesa y la Asociación por la Recuperación de la Memoria Histórica de Aragón (ARMHA) organizaron varias actividades conmemorativas, que contaron con una gran acogida por parte del público asistente.

De esta forma, a las 18.00 horas, decenas de ciudadanos y ciudadanas se dieron cita en la plaza del Bombardeo del 3 de marzo de 1938 –junto a la carretera de Zaragoza y el puente sobre el río Guadalope-, donde se dio lectura a diversos manifiestos y poemas. También tuvo lugar una performance de danza alegórica de la tragedia, dos cellistas del Conservatorio José Peris Lacasa interpretaron música clásica y quienes lo desearon depositaron claveles rojos sobre la roca cubierta de malla que es el monumento a las víctimas alcañizanas.

Presentó el acto la concejal delegada de Cultura, Berta Zapater, siendo uno de los momentos más emotivos el recuerdo del bombardeo contado por una de las personas supervivientes, Emilio Calatayud, entonces niño, que además cumplió años ese mismo día 3 de marzo.

Numeroso público acudió a los actos posteriores, seguidos con el mayor interés: la visita al refugio antiaéreo de la Guerra Civil de la calle Santo Domingo –rehabilitado y musealizado en 2012 por el Gobierno de Aragón y el Ayuntamiento, es uno de los muchos construidos en Alcanyiz durante la contienda para guarecer a la población de los ataques de aviación-, la inauguración de la exposición de ARMHA, 'En resistencia. En lucha por la libertad 1939-1945' en el hall de El Liceo -calle Mayor, 43, puede visitarse libremente en el horario de apertura del centro durante las próximas semanas- y, sobre todo, la conferencia 'La Guerra Civil Española. Historia y memoria', a cargo de Julián Casanova, catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Zaragoza.

Casanova impartió en el Auditorio del Palacio Ardid, ante un centenar y medio de personas, una lección magistral sobre la contienda española, sus consecuencias, la vigente amenaza de los totalitarismos y la fragilidad de las democracias.

En su discurso, el catedrático defendió que “el rigor científico histórico debe primar en cualquier análisis de la Guerra Civil”, y recordó que ésta y el alzamiento que la provocó, “fueron causas de los hechos posteriores, y no consecuencias de anteriores, en la reciente historia de España y Europa”.

Además, Casanova calificó de "dignidad humana" el derecho de todos los y las familiares de víctimas de la Guerra a conocer dónde están los restos de sus antepasados y a darles sepultura donde deseen, para lo que reclamó “una mayor altura de miras a la política”, a la que hizo "corresponsable de que sigan abiertas algunas de las heridas e injusticias provocadas por la contienda militar y su posterior dictadura".

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