Eloy Fontán es de un pequeño pueblo de la Plana d´Uesca, Piraces. Vivió un tiempo en Rusia dando clases de castellano, y ahora ha vuelto a las tierras del este como brigadista en misión de ayuda humanitaria y como periodista. Afincado en Lugansk, ha vivido los bombardeos y ha ayudado a la población civil en la zona de Donbass. Ahora está en Aragón para dar a conocer la realidad ucraniana desde el lado de las milicias populares, que nos cuenta en la siguiente entrevista realizada por la UJCE.
¿Hay guerra civil en Ucrania? ¿Cómo comienza?
Claro que hay guerra civil en Ucrania. No hay ni operación antiterrorista ni conflicto de baja intensidad, con cien aviones helicópteros y dos mil blindados destruidos, perdidos por parte del ejército ucraniano… De cifras de muertos es más difícil hablar porque se esconden. Pero es una guerra abierta.
¿Por qué decidiste ir a ayudar a Ucrania?
Decidí que teníamos que romper el bloqueo informativo para cambiar el comportamiento de nuestro país y de la Unión Europea, porque es vergonzoso estar apoyando con nuestros impuestos, con nuestra fuerza de trabajo… Dar apoyo a un gobierno fascista. Todo esto simplemente porque hay unos intereses económicos. Me parecía algo de responsabilidad civil, no puedo apoyar esa guerra, hay que romperle el juego a Rajoy.
¿Y en qué consistía tu labor allí?
Logré ser periodista. Documentaba destrozos del Ejército, cuando bombardeaban. Poco a poco también conocí víctimas; pude coordinar el trabajo con otros periodistas rusos, y también me involucré en el reparto de ayuda humanitaria, lo que me permitió tener contacto con gente de ahí.
¿Has notado mucho contraste entre lo que los medios de comunicación cuenta aquí y la realidad en Ucrania?
La noche y el día. Es una guerra civil y es una guerra informativa. Yo que me considero partidario de las milicias, en ese plano hemos perdido totalmente. Hemos perdido porque los americanos, como dicen ellos son magos de la información y del cine. Ucrania, que es donde se decide ahora la guerra, ha sido muy bien preparada en ese sentido. Nosotros recibimos directamente la información que preparan Kiev para sus propios ciudadanos; es una información patológicamente falsa. Hemos aceptado la palabra y la legitimidad de Poroshenko de pesar de que hubo voces críticas en marzo, al principio del Maidán. La representante Europea para Asuntos Exteriores decía que las balas que parecía que estaba saliendo del lado de los manifestantes, que no eran manifestaciones pacíficas. De repente, corremos el velo del olvido, aceptamos a Poroshenko como presidente legítimo y nos comemos sus mentiras. Yo hablo ruso, tengo acceso directo a los medios de comunicación rusos, y es bastante indignante ver que la información rusa coincide casi completamente con la realidad, pero no el resto.
¿Hay fascismo en Ucrania?
Claro, como hay en Europa, España, en todos lados… Lo que ocurre es que en España ha sido alimentado, financiado, dotado de armas de propaganda, entrenamiento. Ha sido mimado durante mucho tiempo por los poderes fácticos, por la oligarquía. De repente se le ha presentado un enemigo. Se presentan directamente como fascista, y es curioso que nosotros no lo veamos cuando ellos cuelgan sus hazañas fascistas en internet, pero nuestros medios nos los reconocen como tal, o reconocer que el gobierno ilegitimo juega a favor de esos grupos.
¿Quiénes son los movimientos populares de resistencia?
Son un pequeño grupo de gente que, más que considera ser pro-rusa grupo, se consideran de la tierra, consideran que los quieren echar de la tierra, de sus derechos fundamentales. Algo de verdad hay porque el gobierno de Yanukóvich en el año 2013 firmó ya unos acuerdos de extracción de gas no convencional a través de la técnica de fracking con multinacionales, y otros proyectos. Entonces todo esto hace que crezca un sentido crítico en la población de la y que quieran defender el territorio principalmente. Cuando empiezan los conflictos hay mucha gente que dice que quiere vivir como en Rusia, que ellos se consideran rusos. Como dice Putin: “Rusia acaba donde acaba la legua rusa”. Cuando empieza la represión se suma todo el mundo que se da cuenta que la postura de Kiev no es solamente provocadora para entrar una guerra: es hoy ellos o nosotros.
Como última pregunta, respecto a los apoyos internacionales, ¿quién recibe más ayuda y de quién?
Es muy difícil de saber. Hay varias guerras paralelas: una es la guerra llevando a cabo o los fascistas contra la población que consideran de raza inferior, ruso-hablantes; otra es la guerra que están llevando a cabo los oligarcas contra sí y la economía de la nueva Rusia, y otra es la guerra global de la OTAN contra la influencia creciente de China y Rusia en el mundo. En qué medida apoyan Rusia y la OTAN a cada uno es difícil de saber. Apoyan materialmente a los milicianos de la misma manera que la OTAN apoya a la Junta de Kiev. Es un apoyo abierto institucional y económicamente, de manera abierta de la misma manera que rusa envía ayuda humanitaria de manera abierta militar. Por cuestiones de legalidad internacional los dos apoyan pero ocultan. ¿En qué medida? Hay algunas cosas que dicen muy claras: “Si Rusia no ayudara, la guerra hubiera durado un día. Si Rusia ayudara, la guerra duraría un día”. Porque el ejército ucraniano no está preparado para una embestida minúscula del Ejército. También hay otra frase representativa: “Putin y Obama van a poner en la sartén hasta el último ucraniano”.
Esta tarde, a las 20.00 horas en la plaza España de Zaragoza, el Comité de Solidaridad con la Ucrania antifascista convoca una concentración solidaria.