La ejemplar, muy ejemplar, y siempre ejemplar Casa Real española sigue impregnada de casos de corrupción, que a pesar del férreo control mediático que esta ejerce sobre los grandes medios de comunicación españoles, acaban aflorando, normalmente, por las denuncias de medios de comunicación suizos, británicos o franceses.
La investigación al rey, Juan Carlos de Borbón, por un presunto delito de cohecho internacional en la construcción del AVE a La Meca fue publicada en su portada del pasado martes, 3 de marzo, por el rotativo suizo Tribune de Genève. A esta información se suma la publicada el pasado 15 de febrero por el periódico británico The Telegraph, sobre otro presunto caso de corrupción.
El rotativo británico publicó en exclusiva que el primo del rey Juan Carlos, Álvaro de Orleans, cobró 50 millones de francos suizos por actuar de intermediario en la venta del Banco Zaragozano al Barclays Bank en 2003. Asimismo, el periódico -aludiendo a sus fuentes- explica que a Álvaro d’Orleans, que también fue señalado por Corinna Larsen, pareja del rey Juan Carlos, como testaferro del monarca, el fiscal suizo llegó a embargarle las cuentas en el marco de la investigación secreta que sigue por las revelaciones de Larsen.
Por su parte, Tribune de Genève tituló “Una investigación desvela el dinero secreto del exrey de España en Ginebra”, para luego explicar que el 8 de abril de 2008 “cuando su país se hundía en la crisis”, Juan Carlos de Borbón recibía un regalo “suntuoso y oculto”: los 100 millones de dólares que el rey de Arabia Saudi, Abdullah, le ‘regaló’. El periódico suizo recalca que por entonces Juan Carlos de Borbón era el Jefe de Estado en España, y que no transfirió esta suma a la Hacienda pública, sino que fue ingresada en una cuenta en el banco privado Mirabaud, a nombre de la fundación Lucum, una entidad panameña de la que el rey de España es el único beneficiario.
La información de Tribune de Genève señala que también la Fiscalía suiza considera que los 100 millones de dólares que llegaron a una cuenta en Panamá de la fundación Lucum proceden del rey saudí Abdul Aziz Al Saud. El mismo periódico dice que cuando estalló el escándalo de la cacería en Botswana en 2012 la entidad bancaria aludió a su "reputación" y le pidió que retirara los fondos. Fue entonces cuando el dinero salió hacia una cuenta de Corinna Larsen en otro banco suizo con sede en Bahamas, si bien el monarca habría reservado un millón para otra "antigua amante" residente en Ginebra, según el periódico suizo.
El letrado de Larsen, Robin Rathmell, aseguró a ‘El País’ que “en 2012 nuestra cliente recibió un regalo no solicitado del rey emérito, quien lo describió como una forma de donación para ella y para su hijo, con los cuales se había encariñado. Había pasado varios años de mala salud durante los cuales nuestra cliente lo cuidó”.
Las dudas de si se trató de un regalo o de corrupción habrían provocado la investigación del fiscal suizo Yves Bertossa, ante las sospechas de que esta operación pudiera constituir blanqueo de capitales. Así, mientras la prensa internacional se hace eco de estos presuntos casos de corrupción en la Casa Real española, la justicia avanza con su habitual ritmo lento. La Fiscalía Anticorrupción española remitió una comisión rogatoria a Suiza para conocer formalmente la investigación que la justicia helvética sigue por la supuesta donación de 100 millones de dólares desde la fundación panameña vinculada a Juan Carlos de Borbón a una cuenta de su pareja sentimental Corinna Larsen.
La solicitud de información de la Fiscalía Anticorrupción española se produce después de que la Fiscalía suiza hiciera lo propio con sus colegas españoles. El intercambio de información entre fiscales de ambos estados se produce porque la Fiscalía Anticorrupción mantiene abiertas diligencias por un presunto delito de cohecho internacional en la construcción del AVE a La Meca, y sus compañeros del estado alpino sospechan que ese podría ser precisamente el origen inicial de los fondos que acabaron en manos de Corinna Larsen.