Pues fue que no. Parecía que esta vez sí, y por ello publicábamos que “Sólo la amenaza económica obliga a Aranda a retirar a Franco la medalla de oro de Calatayud”, pero este pasado martes PP y Cs volvieron a unir sus votos para rechazar la revocación del acuerdo por el que el Ayuntamiento de Calatayud concedió a finales de 1951 la medalla de oro de la ciudad al dictador fascista Francisco Franco.
El sectarismo político de PP y Cs en Calatayud es recurrente, llevan años rechazando las iniciativas del PSOE para retirar al dictador Franco la principal condecoración de la ciudad. Las excusas han sido tan diversas como pueriles, y en el fondo subyace la ideología antidemocrática de las dos formaciones políticas del nacionalismo hispano-madrileño, PP y Ciudadanos, que con esta actitud se sitúan fuera de las coordenadas de la derecha democrática europea y se acercan peligrosamente a los postulados de la ultraderecha.
Pero además de la vergüenza democrática que supone para toda la ciudad de Calatayud que PP-Cs, con el alcalde José Manuel Aranda a la cabeza, mantengan distinciones y honores a un dictador fascista, la sectaria actuación de Aranda y su equipo acarreará importantes consecuencias negativas de orden económico para las arcas de la ciudad.
La ley, de obligado cumplimiento siempre, también para militantes del PP y Ciudadanos, conmina a las administraciones públicas aragonesas a “revisar e invalidar por los procedimientos legalmente establecidos todas las distinciones y las demás formas de exaltación de personas vinculadas a la defensa del régimen franquista”. El incumplimiento de la ley expone a esas administraciones a la apertura de un expediente sancionador que conlleva “la pérdida del derecho a obtener subvenciones, bonificaciones o ayudas públicas por atentar, alentar o tolerar prácticas en contra de la memoria democrática de Aragón”.