El PSOE aragonés ha celebrado este fin de semana su XV Congreso Regional. Más allá de las “renovaciones” (que mantienen en cargos destacados a los mismos dirigentes) y la propaganda propia de estos eventos (esa estética y formas tan “yankees” que son ya seña de identidad también por estas latitudes), se han apuntado algunas de las líneas políticas deseadas por este partido.
Javier Lambán, nuevo secretario general, expresaba en la clausura que “hemos de dar la batalla y combatir este momento neoliberal que estamos atravesando, para ello necesitamos ganar la batalla ideológica y la política”, palabras que se contradicen directamente con las propuestas destacadas en el mismo. Para Lambán y el PSOE aragonés los “elementos que considera prioritarios para el desarrollo de Aragón” son, entre otros “obras hidráulicas como Yesa, San Salvador, Biscarrués y Mularroya” o la recuperación de los fondos del Plan Miner. Pantanos y más subvenciones al carbón. Al mismo tiempo que repiten la cantinela de "la austeridad y el ahorro", el PSOE aragonés promueve estas obras carísimas que podrían desdeñarse para apostar por alternativas más sostenibles y baratas.
A estas alturas de la historia, resulta hasta cómico criticar el neoliberalismo como ideología abstracta y, al mismo tiempo, promover actuaciones neoliberales concretas como más pantanos, más emisiones de dióxido de carbono para extraer un carbón de pésima calidad o la construcción de más infraestructuras innecesarias.
Tras 12 años de gobiernos socialdemócratas en Aragón y en un contexto de mayorías absolutas del PP, es más que evidente que el discurso de unos y otros partidos son distintos en las formas, pero coincidentes en muchas de las propuestas para gestionar la situación actual. Ambos proponen más producción, más desarrollismo, más consumismo, más capitalismo,... como solución a la crisis a la que nos ha llevado un irracional desarrollismo producción y consumismo. Para salir del pozo capitalista, sería lógico dejar de cavar. PSOE y PP no lo ven así, encenegados en una pugna de intereses particulares y a la pesca de votos.
La deriva ideológica en la que se encuentra el PSOE aragonés es evidente en el texto de la Ponencia Marco del Congreso, en la que incluso aluden al “socialismo del S.XXI en Aragón”, poniendo como ejemplo del mismo “el éxito de la Exposición Internacional de Zaragoza en 2008”, evento que supuso, a las claras, un tremendo despilfarro en el primer año de esta crisis. Ante la desvertebración del territorio aragonés, con amplias zonas muy despobladas, la propuesta del PSOE es “más Zaragoza” y más infraestructuras que expulsan a la gente de sus lugares, como el recrecimiento de Yesa o el pantano de Biscarrués.
Si algo debemos reconocer al PSOE aragonés, como expresaron directamente en el Congreso es que "si por algo se define la socialdemocracia es por su capacidad para adaptarse a las circunstancias”. La alternativa “a esta derecha” de la que habla el PSOE se parece demasiado al modelo que tratan de perpetuar entre unos y otros. Adaptarse a las circunstancias. Vamos, más de lo mismo.