El problema de la ventilación de las aulas: “Coronavirus o pulmonía, ¿cuál es tu elección?”

Mochila, estuche y gorro de lana, estos son los artículos esenciales para ir a clase en tiempos de COVID-19. El sindicato CGT-Enseñanza reitera en que la ausencia de transparencia en los datos, y el desconocimiento de políticas preventivas está llevando a la educación aragonesa a una situación de indefensión.

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Foto: CEIP Ensanche Teruel

La semana pasada, un trabajo presentado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) basado en un estudio de la Universidad de Harvard se centraba en el modo de ventilación que debían de tener las aulas en función de su capacidad y de una mayor o menor presencia del alumnado. Las conclusiones del estudio son claras, en periodos de frío hay que optar por elegir entre la ventilación natural y la reducción de los riesgos sanitarios. También propone implementar medidas como instalar una ventilación forzada o disponer de purificadores de aire.

Ante este panorama, en CGT-Enseñanza muestran su preocupación “la situación es crítica, el anexo III del Real Decreto 48/1997 de 14 de Abril señala que la temperatura en trabajos de oficina tiene que oscilar entre los 27 y los 17 grados centígrados, si se quiere reducir el riesgo de transmisión del coronavirus se va a incumplir la legislación laboral”. Según fuentes del propio sindicato “esta situación es consecuencia de la falta de unos planes preventivos previos y de una evaluación de los puestos de trabajo. Nadie puede decir que este condicionante resultaba imprevisible: en invierno hace frío siempre, es así de simple”.

Por otro lado, para el segundo sindicato en representación en mesa sectorial, la deriva que está tomando la Consejería de Educación resulta “totalmente intolerable, la falta de transparencia es una constante por parte del Consejero Felipe Faci. Hemos solicitado como sindicato reiteradamente que nos den cifras del índice de siniestralidad y de la cantidad de profesorado en situación de baja por contingencias comunes, aspecto que contempla el art. 37 de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales y que se está vulnerando sistemáticamente”.

Por todo ello, desde CGT-Enseñanza muestran su indignación “ojalá la solución fuese poner purificadores de aire, pero esto volvería a ser un parche, una patada hacia adelante”, porque inciden en que el verdadero problema es “que no tenemos datos de ningún tipo, desconocemos si hay transmisión comunitaria en los centros que es lo verdaderamente preocupante. Existe una clara política de falta de transparencia y de información”. En CGT aluden a que “en Reino Unido estudios realizados en la Office of National Statistics (el Instituto Nacional de Estadística Británico) sí que están hablando de transmisión en los colegios”. La propia organización sindical señala que “en el boletín epidemiológico de Aragón se indica que de los 104 brotes activos en Aragón 15 están centros educativos esta última semana, con un índice de positividad medio de un 20% de las pruebas realizadas”.

Por todas estas cifras, las mismas fuentes del sindicato señalan que “la apertura de los centros está mediatizada por una decisión política que nada tiene que ver con la seguridad en los centros educativos”. Pese a todo, desde el propio sindicato se preguntan “¿a qué espera el Consejero Felipe Faci a apartar a los Trabajadores Especialmente Sensibles (TES) de sus puestos de trabajo aunque sólo sea por humanidad?”.

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