Según datos de la ONU, en 2011 un 97% de estados del mundo permitían el aborto en caso de riesgo para la vida de la mujer, mientras que solo el 35% lo contemplaba por razones sociales o económicas y el 30% admitía que la mera voluntad bastaba.
En Europa las leyes, entre otros, del Estado francés, Bélgica, Albania, Italia, Bosnia y Herzegovina, Rumanía o Dinamarca, admiten el aborto en todos los casos: riesgo para la vida, integridad física o psicológica de la mujer, malformación del feto; violación o incesto, razones económicas o sociales y también a petición, siguiendo un sistema de plazos variables. Hasta ahora, el Estado español pertenecía a este grupo. Irlanda, Andorra y Liechtenstein tienen la legislación más restrictiva de Europa.
En Camboya, Uzbekistán, China, Turquía, Nepal o Mongolia una mujer puede abortar por cualquiera de los motivos. También en Canadá, México, Australia o Cuba. Solo si está a punto de morir puede hacerlo en Paraguay, Guatemala, Somalia, Angola, Egipto, Bangladesh o Sri Lanka.
Sorprende que no es El Vaticano el único estado donde abortar está totalmente prohibido. En Sudán del Sur, Nicaragua, Chile, El Salvador, Malta o República Dominicana las mujeres no pueden abortar en ningún caso.
La reforma que prevé Gallardón no nos dejará abortar con libertad. Mato pretende impedir el acceso a tratamientos de fertilidad a mujeres lesbianas y solteras. Queda claro: la única relación sexual lícita es el coito entre un hombre y una mujer. Y una vez hecho el coito, queda prohibido reflexionar y decidir qué hacer con la vida.
Adelina Cabrera , militante de En Lucha | Para AraInfo