El Ayuntamiento de Zaragoza propone soluciones para sacar los coches del Palacio de la Aljafería

La propuesta viene avalada por informes de Movilidad, Policía Local, Infraestructuras, y va acompañada de una solicitud de la Junta de Distrito de L’Almozara. Se propone una alternativa de estacionamiento habilitando 44 nuevas plazas para coches y 35 para motos en la calle Diputados.

Palacio de la Aljaferia

El Consistorio zaragozano ha enviado una copia del expediente municipal que contiene la propuesta para liberar el entorno inmediato y monumental del Palacio de la Aljafería de la presencia habitual de vehículos estacionados. La concejala de Medio Ambiente y Movilidad, Teresa Artigas, y el consejero de Economía y Cultura, Fernando Rivarés, han presentado esta propuesta y han explicado “la importancia de liberar a uno de los monumentos históricos más preciados de la ciudad de la omnipresencia de coches”.

“Del mismo modo que nadie se imaginaría visitar la Alhambra o el Palacio de Versalles y encontrarse con decenas de coches aparcados, desde el Ayuntamiento proponemos una alternativa técnica para sacar los coches aparcados en el perímetro más próximo al palacio taifal”, ha indicado Fernando Rivarés.

La propuesta incluye la solicitud formulada por la Junta de Distrito Municipal de L’Almozara, así como informes de los servicios municipales solicitados por la Mesa de las Cortes (Movilidad, Policía Local, Infraestructuras) y de otros servicios relacionados con esta actuación, como Patrimonio y Turismo, por lo que cuenta con los avales técnicos necesarios.

También contiene una alternativa para las necesidades de estacionamiento, al habilitar un número considerable de nuevas plazas de aparcamiento en la Calle Diputados (44 plazas para coches +35 para motos, resultado de convertir los estacionamientos en cordón en espiga. Esto dará un resultado total de 67 plazas para coche, contando las ya existentes).

Además de esta solución provisional y con posibilidad de ejecución inmediata, de cara al futuro, el proyecto definitivo incluiría un ensanchamiento de la acera, reclamado por las entidades vecinales y la Junta de Distrito.

Desde el Consistorio se estima que la oferta realizada, junto con los recursos propios de las Cortes y la abundante oferta de transporte público en el entorno del Palacio, hace viable la puesta en marcha de la medida de forma inmediata, mientras se tramita un proyecto definitivo que defina la urbanización de este vial conforme a lo aprobado por la Junta de Distrito y propuesto por el Servicio de Infraestructuras.

“Estamos ante una oportunidad real de alcanzar un objetivo que me consta que compartimos tanto el Ayuntamiento como las Cortes de Aragón”, ha expuesto Artigas. Las propias Cortes han impulsado diversas iniciativas en los últimos años encaminadas a la consecución de este fin, aunque no se materializaron por diversas circunstancias.

La Aljafería, una joya del patrimonio de la ciudad

El palacio, sede actual de las Cortes de Aragón, es un edificio de singular belleza. Su dilatada existencia a lo largo de la historia permite observar la delicada belleza ornamental de un palacio taifal del siglo XI, las extraordinarias tallas en madera en forma de alfarjes de los artistas mudéjares que trabajaron en el palacio cristiano medieval y la magnificencia de la época de los Reyes Católicos, con su salón de trono, en el que asombra la espectacular techumbre de madera dorada y policromada.

La Aljafería ha vivido diversos avatares, cambios y etapas. Concluidos los trabajos de restauración del monumento, en la actualidad es un edificio vivo y abierto, un referente cultural en Zaragoza.

Palacio islámico

Su esquema compositivo a base de un patio rectangular abierto y con alberca en el lado sur, desarrolla dos pórticos con arquerías mixtilíneas y polilobuladas a modo de pantallas visuales y al fondo, unas estancias tripartitas destinadas a uso ceremonial y privado. En el pórtico norte se encuentra un pequeño oratorio de planta octogonal y decoración de yeso (atauriques).

Palacio mudéjar

En el siglo XII el palacio inicia su andadura cristiana, convirtiéndose en el palacio de los monarcas aragoneses. De este periodo destacan una serie de estancias correspondientes a salas del palacio del rey Pedro IV decoradas con unos espléndidos alfarjes, que son de vital importancia por ser foco de irradiación de formación del arte mudéjar aragonés.

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