El informe elaborado por Ecologistas en Acción analiza los datos recogidos en 785 estaciones oficiales de medición instaladas en todo el Estado español, entre ellas 26 situadas en Aragón.
Entre sus principales conclusiones, destacan que durante 2023 la calidad del aire en Aragón ha mejorado respecto a los años 2022 y anteriores a la pandemia, con una reducción significativa de los niveles de partículas finas (PM2,5), dióxido de nitrógeno (NO2) y ozono troposférico (O3), en porcentajes que oscilan entre el 2% y el 54% respecto a los promedios del periodo 2012-2019, pero aumentando las partículas PM10.
El informe de Ecologistas en Acción toma como referencia los nuevos valores límite aprobados por el Parlamento Europeo el pasado 26 de abril, que deberán alcanzarse antes de 2030. De acuerdo a esos umbrales, el aire contaminado afectó en 2023 a más de dos terceras partes de la población aragonesa, "lo que expresa la magnitud del reto a asumir por las administraciones en los próximos años para alinearse con la nueva legislación".
"Considerando la normativa todavía vigente, no hubo población que respirara aire contaminado ni superficie expuesta a niveles de contaminación que dañan la vegetación, por encima de los obsoletos límites legales actuales", explica la organización ecologista.
Sin embargo, si se tienen en cuenta los valores recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), mucho más estrictos que los límites legales vigentes y nuevos, y el objetivo a largo plazo para proteger la vegetación de la Unión Europea, el aire contaminado afectó en 2023 a la totalidad de la población y el territorio aragoneses, advierten.
El año 2023 fue seco y el segundo más cálido en el Estado español desde al menos 1961. "La estabilidad atmosférica activó los episodios de contaminación por partículas, en su mayor parte procedentes del norte de África. El alto calor estival contribuyó al aumento del ozono, en especial durante las olas de calor de julio y agosto. El cambio climático se confirma como un factor determinante en el agravamiento de los episodios de mala calidad del aire", remarca Ecologistas en Acción.
El factor esencial para explicar la caída de la contaminación atmosférica durante 2023 es la evolución de la actividad económica tras la pandemia de COVID-19. "El consumo de combustibles fósiles y electricidad se redujo el año pasado y las fuentes renovables cubrieron más de la mitad de la demanda eléctrica, limitando las emisiones de las centrales térmicas de gas, estando cerradas la mayoría de las de carbón, las más contaminantes", añade en el informe.
Las partículas (PM10 y PM2,5) y el dióxido de nitrógeno (NO2) en el aire siguieron afectando a la totalidad de la población aragonesa. Las partículas PM2,5 presentaron la peor situación en el Valle del Ebro. La aglomeración de Zaragoza incumplió el nuevo límite legal anual del dióxido de nitrógeno. El ozono afectó a las áreas suburbanas y rurales del Valle del Ebro, Los Pirineos y la Cordillera Ibérica, a sotavento de la capital aragonesa, destaca Ecologistas en Acción.
Para la organización ecologistas, la contaminación del aire "debería abordarse como un problema sanitario de primer orden". Según la Agencia Europea de Medio Ambiente, en 2021 fallecieron prematuramente hasta 21.000 personas en el Estado español por enfermedades agravadas por la mala calidad del aire, cerca de un millar de ellas en Aragón, según el Instituto de Salud Global. Los costes sanitarios y laborales derivados de la contaminación atmosférica representan según el Banco Mundial 50.000 millones de dólares al año, un 3,5 % del PIB español.
Los Planes de Mejora de la Calidad del Aire son obligatorios según la legislación vigente, pero una decena de gobiernos territoriales siguen incumpliendo su obligación de elaborarlos para rebajar el ozono en las zonas donde se exceden los objetivos legales. El Gobierno de Aragón sigue incumpliendo su obligación de elaborar planes de lucha contra la contaminación por ozono en toda el país, incluida la ciudad de Zaragoza, denuncia Ecologistas en Acción.
Vencido hace año y medio el plazo para que todos los municipios de más de 50.000 habitantes establezcan zonas de bajas emisiones, para mejorar la calidad del aire y mitigar el cambio climático, Uesca y Zaragoza no las han implantado, "pese a los abundantes fondos europeos que están recibiendo para ello, siendo ineficaz por su mínimo tamaño la proyectada en la capital aragonesa". El Ayuntamiento de Zaragoza "tampoco ha actualizado su protocolo de actuación frente a los episodios de mala calidad del aire", critica la organización ecologista.
"La única forma de mejorar la calidad del aire en las ciudades es disminuir el tráfico motorizado, potenciando la movilidad activa peatonal y ciclista y el transporte público limpio. También es necesario promover el ahorro energético, adoptar las mejores técnicas industriales disponibles, cerrar las centrales térmicas de combustibles fósiles, penalizar el diésel, reducir el uso del avión y una moratoria a las nuevas macrogranjas de ganadería industrial", concluye Ecologistas en Acción.

