Ecologistas en Acción presenta un informe sobre los 15 grandes fracasos hidráulicos del Estado español

La organización ecologista identifica 15 grandes embalses inservibles en el Estado español entre los que se encuentran el de Montearagón en el Alto Aragón, el de Mularroya en el valle del Ebro y el de Lechago en el Baixo Aragón

Obras del embalse de Mularroya.

Los embalses son una de las infraestructuras que mayores y más intensos impactos producen. La construcción de una presa implica la alteración total del río en el que se encuentra y afecta al ecosistema fluvial. En un gran número de casos, el proyecto supone la desaparición de núcleos de población, expulsando a sus habitantes, y también de los terrenos en los que se desarrollan actividades económicas, ya sean agrícolas o de otro tipo. Según la estimación de Ecologistas en Acción, más de 500 pueblos desaparecieron en el Estado español bajo las aguas de los embalses. Incluso se han llegado a anegar importantes restos de patrimonio histórico, arqueológico y cultural de la península.

Existen más de 1.200 grandes presas en todo el estado y es el quinto del mundo con más infraestructuras de este tipo y el primero de la Unión Europea. Muchas de ellas no cumplen las funciones para las que fueron construidas, como el abastecimiento a poblaciones o agrícola, la laminación de avenidas o el uso hidroeléctrico.

En el informe “Grandes fracasos hidráulicos” se localizan y caracterizan 15 ejemplos de presas que no alcanzan los objetivos para los que fueron construidas. En la mayoría de los casos han resultado infraestructuras inútiles por la falta de estudios previos adecuados del terreno, por cambios en las necesidades del territorio e incluso hay ejemplos de embalses en los que el caudal del río fue sobredimensionado y no puede cumplir las expectativas de agua acumulada.

Montearagón, más problemas que agua

El embalse de Montearagón es de reciente construcción, finalizando sus obras en 2010. Se planificó un tipo de presa que debía resistir el empuje del agua con su propio peso. Para este diseño se necesita un suelo estable que soporte el peso del agua y de la presa. Sin embargo, el sustrato de la zona es sedimentario, por lo que no cumple con estos requerimientos. No es de extrañar, entonces, que en el mismo inicio de las obras, Montearagón presentara graves problemas de fracturación. En estos años, el máximo de agua embalsada en Montearagón durante las pruebas asciende a un tercio de su capacidad. Esto se debe, en gran parte, a los problemas estructurales que se han descrito.

Mularroya, un proyecto rechazado por el Tribunal Supremo

El embalse de Mularroya se encuentra en plena construcción a pesar de que los impactos que conllevaría la construcción de la presa son tan abundantes que tanto la Audiencia Nacional como el Tribunal Supremo han rechazado la viabilidad del proyecto. “El vaso del embalse inundaría zonas de cultivo de secano, parte de la carretera N-IIa y de la A-2302. Afectaría también al oleoducto de CAMPSA que se encuentra en las cercanías, diversas líneas de alta tensión y el complejo hostelero “Parque de Mularroya”. Cabe destacar la destrucción de patrimonio que se ha llevado a cabo para la preparación del terreno. Se demolió la ermita de Los Palacios, edificio del siglo XII-XIII, representante del arte mudéjar característico de Aragón”, explica el informe.

Lechago, el precio de su agua es inasumible

El embalse de Lechago está construido pero no ha entrado todavía en funcionamiento. Se localiza en el municipio de Calamocha y el principal objetivo por el que se planificó Lechago es el abastecimiento de las necesidades para el regadío de la zona, pues la irregularidad de sus caudales impide que los agricultores dispongan de agua de manera constante a lo largo del año.

Entre los problemas que presenta se encuentra que este es un río de pequeño caudal, siendo su aportación media anual de 8 Hm3, lo que dificulta el embalse de agua. Para paliar la posible escasez, se ha planteado la derivación de agua desde el Xiloca. La transferencia de caudales ha requerido la construcción de un canal de derivación y una estación de bombeo. Como es lógico, la mayor complejidad de la obra ha conllevado un incremento sustancial del presupuesto.

El resultado ha sido que el bombeo del agua del Jiloca al embalse de Pancrudo supone un aumento del precio del agua, ya que se requiere electricidad para llevarlo a cabo. Y los regantes no están dispuestos a asumir el encarecimiento del precio del agua, así que la demanda del recurso se ha reducido notablemente.

Asimismo, con motivo de la construcción de la presa, el río se ha visto gravemente afectado, pues supone una obstrucción para su circulación, así como de los sedimentos y nutrientes que transporta. Aguas abajo, el cauce se encuentra en mal estado, pues no están garantizados los caudales mínimos necesarios.

La recuperación de los ríos

Ecologistas en Acción aboga por la recuperación de los ríos, especialmente frente al actual escenario de cambio climático, cuyas consecuencias se verán agravadas en un futuro cercano. “Una de las medidas que deben llevarse a cabo para conseguirlo es el desmantelamiento de grandes presas y otras infraestructuras que afectan de manera tan grave a los ecosistemas fluviales”, subrayan.

En los últimos años, algunos estados han demolido embalses cuando han dejado de tener utilidad. Para la organización ecologista resulta inaceptable que estas infraestructuras permanezcan en el Estado español. Ecologistas en Acción considera que, “en la medida de lo posible, hay que enmendar los daños ambientales y sociales provocados por los grandes embalses, por lo que ha solicitado a las administraciones responsables que procedan a su demolición, así como a la restauración de las zonas afectadas”.

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