En la ceremonia de homenaje a las víctimas de la matanza, en la que 10.000 personas fueron asesinadas y enterradas en fosas comunes, había representación de los países de la zona: Croacia, Eslovenia, Montenegro (representados por sus presidentes), Serbia, Albania y Turquía (representados por los primeros ministros).
El primer ministro serbio Aleksandar Vucic ha tenido que salir huyendo del acto. Las personas asistentes a la ceremonia, familiares de las víctimas mayoritariamente, han comenzado a increparle y posteriormente a tirar piedras y botellas al político serbio, que se ha visto obligado a abandonar el lugar por seguridad.
Esta ceremonia iba a ser la primera en la que hiciese acto de presencia un presidente de Serbia. Aleksandar Vucic había querido "cerrar viejas heridas" publicando un comunicado en el que calificaba los asesinatos de Srebrenica como "crimen monstruoso" y aseguraba que "no hay palabras con las que uno puede expresar el lamento y la tristeza por las víctimas, ni la rabia y amargura hacia quienes lo cometieron".
El ministro del Interior de Serbia ha calificado el ataque sufrido por el primer ministro del país como un "intento de asesinato". "Bosnia no ha creado ni siquiera las condiciones mínimas para la seguridad del primer ministro", ha añadido visiblemente enfadado.