Distopías y Refugeless, proyectos que buscan sensibilizar sobre la realidad de las personas migrantes y refugiadas

Por un lado Distopías, un proyecto que saldrá a la luz dentro de muy poco tiempo y que consiste “en una serie de vídeos cortos que reflejan las opiniones y experiencias de distintas personas que allí se encuentran”. Y por otro, Refugeless, “que pretende reflejar las carencias en el sistema de asilo europeo dando voz a las personas que están pasando por la reunificación familiar”, asegura Eva Serós, cofundadora de ambos proyectos.

Día tras día, la tragedia por la que atraviesan las personas refugiadas y migrantes golpea con fuerza nuestra conciencia mientras la observamos desde la distancia. En ocasiones, al desaparecer de la escena mediática da la impresión que esa pesadilla ya ha terminado para todas ellas. Pero lamentablemente no es así. Es más, debido a las gélidas temperaturas que atraviesan durante las últimas semanas el centro de Europa, el drama sigue aumentando de magnitud, por muy difícil que parezca.

La vergonzosa inoperancia de la comunidad internacional en este sentido, se muestra patente conforme avanza la delicada situación por la que atraviesan miles de personas. Algunas de ellas muriendo de frío en unos campos para personas refugiadas, cubiertos por la nieve, que no se encuentran ni de lejos adaptados a las circunstancias meteorológicas actuales.

Alrededor de 15.000 personas permanecen en las islas griegas en tiendas de campañas y refugios improvisados.  Según las últimas cifras publicadas por la Organización Internacional para las Migraciones, en 2016 llegaron a Grecia un total de 173.561 personas, el 20 por ciento de las que lo hicieron en 2015.

En la últimas semana y hasta el pasado 6 de enero habrían llegado 371 personas a cinco islas del Egeo: 121 a Lesbos, 44 a Samos, 43 a Chios, 16 a Kalymnos y 13 a Rodas. Tan solo 7.760 solicitantes de asilo han salido de Grecia para ser reubicados, según el acuerdo del 2015 que preveía asentar a 70.000 personas en dos años.

Un total de más de 7.500 personas sobreviven en asentamientos construidos de manera improvisada en Serbia. De ellas, únicamente 3.140 se encuentran en instalaciones adaptadas para el invierno. En Belgrado, alrededor de 2.000 personas, procedentes principalmente de Siria, Afganistán, Iraq y Pakistán, duermen en edificios abandonados mientras en el exterior se registran temperaturas de 20 grados bajo cero.

Afortunadamente, detrás de esta tragedia de índole humanitario, todavía existen personas que aunque cuentan con una capacidad de recursos muy limitada, su labor debe ser engrandecida de cara a toda la sociedad. Me refiero, sobre todo, a las iniciativas que surgen a nivel particular de personas que no lo dudan y se lanzan de una manera decidida a prestar ayuda a esos seres humanos que sobreviven como pueden mientras huyen de sus países en guerra, una guerra de la que no son ni culpables ni partícipes.

Este es el caso de Eva Serós, graduada en Psicología por la Universidad de Teruel y confundadora del proyecto ‘Al Cuadrado Solidario’. Después de pasar dos meses en Grecia ofreciendo su ayuda como voluntaria y psicóloga, Serós ha vuelto con fuerza renovada y dos proyectos bajo el brazo. Por un lado Distopías, un proyecto que saldrá a la luz dentro de muy poco tiempo y que consiste “en una serie de vídeos cortos que reflejan las opiniones y experiencias de distintas personas que allí se encuentran”.

El objetivo es el de realizar una difusión masiva de ellas –de las experiencias y opiniones- para “conseguir que la gente que los vea empatice y se movilice para acabar con esta situación”. Todo ello, junto a otro compañero, un estudiante valenciano de fotografía y cine al que, según Serós, el activismo los ha embarcado en esta gran aventura.

“Para ello tuvimos que entrevistar a muchísima gente con la que hicimos lazos muy fuertes y que ojalá continúen en nuestras vidas”, nos cuenta Serós. “El problema es que la gente está ya tan acostumbrada a escuchar la ‘crisis de los refugiados’ que se los olvida que cada una tiene su historia particular, y les ha tocado a ellos como nos podía haber tocado a nosotros”, recalca.

“Mientras hablábamos con estas personas –nos sigue explicando-, fuimos conscientes de la cantidad de familias separadas que existen. Muchísimas más de las que creíamos. Todos están esperando desde hace meses la reunificación familiar y todos han tenido problemas en las oficinas de asilo. La verdad es que es un proceso desesperante. Nos llamó mucho la atención que nos hablaran de nietos o sobrinos que ni siquiera habían conocido porque habían nacido durante esos meses en los que no podían verse. Por eso quisimos dar un paso más allá y reflejar todo esto”, nos cuenta. Y aquí es donde surge Refugeless (Sin Refugio).

“Refugeless es un proyecto que pretende reflejar las carencias en el sistema de asilo europeo dando voz a las personas que están pasando por la reunificación familiar”, asegura esta psicóloga. “Un proyecto a gran escala que pretende acercar emocional y sentimentalmente a las familias separadas, pero también registrar y difundir las situaciones de cada miembro, esté donde esté en Europa, para tener una visión más global y poder contar de primera mano lo que realmente están viviendo y sintiendo”, afirma.

“Queremos conectar a las familias disgregadas por Europa y escuchar todo lo que tienen que decirnos sobre quiénes son, su pasado, su presente y sus deseos futuros, así como su opinión y otras muchas cosas”, subraya Serós. Para llevar a cabo todo este proyecto, el plan de acción a seguir es el siguiente. Entrevistar a personas y familias que están en Grecia y que tienen familia en Europa, para pedirles al final de dicha entrevista que graben frente a la cámara un mensaje para sus seres queridos. “Un paso que ya está hecho”, nos confiesa Serós.

A continuación, “recorrer Europa para visitar a todos estos familiares, enseñarles el mensaje, conocerles, entrevistarles y que graben otro mensaje de vuelta”. Y como último paso, “volver a Grecia para devolver los mensajes y cerrar el material que tengamos de todas las familias”. Esto tiene dos finalidades principales. La primera, “acercarnos a las vivencias de estas personas para poder contarlas con sus voces”; y la segunda, “conectar a las familias separadas mediante mensajes de apoyo privados que se mandarán entre ellos, con un fin también terapéutico”.

Además, con todo el material realizarán un documental para difundirlo de forma masiva y en el mayor número de idiomas posibles. Al mismo tiempo, “también iremos contando el proceso del viaje y cuando lo terminemos, haremos un documental del proyecto completo”.

“Empezamos el viaje en febrero hacia Alemania, hasta entonces necesitamos recaudar fondos para poder llevarlo a cabo, ya que, aunque nos gustaría poder hacerlo sin pedir dinero a nadie, no es posible”, lamenta Eva Serós. También Austria, Suecia, Noruega, Suiza, Holanda y Bélgica se encuentran entre los destinos por los que atravesará el proyecto Refugeless.

“Refugeless es un proyecto sin ningún ánimo de lucro, pero necesitamos cubrir costes de transporte, material, etc. Para eso estamos vendiendo calendarios, fotos de las que hace José y marcapáginas –por ahora-, y nos estamos moviendo todo lo que podemos para difundir la idea y conseguir donativos. Queremos hacer exposiciones, charlas y eventos solidarios”, admite con ilusión.

Así pues, dos proyectos que sin duda darán que hablar tanto por el alcance como por la sensibilización que se pretende conseguir con ellos. Y más aún viniendo de iniciativas particulares, lo que los convierte en un aliciente más a tener en cuenta.

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