En junio de 1981 se diagnosticó el primer caso de sida en el mundo, marcando el inicio de una pandemia que no solo impactó la salud pública, sino que también trajo consigo un estigma social que culpabilizó y aisló a las personas afectadas y a sus familias. En el marco del 1 de diciembre, Día mundial de la lucha contra el sida, la Asociación para la ayuda a personas afectadas por el VIH/sida, Omsida, hace un llamado a la reflexión, apelando especialmente a la sociedad y a la juventud, para que "asuman un papel activo en la prevención y detección" del virus.
En Aragón viven actualmente 3.439 personas con VIH. La incidencia de nuevos diagnósticos de VIH presenta una tendencia descendente entre 2008 y 2023, según los datos de Salud Pública. El año pasado, se registraron 86 nuevos casos, con lo que se ha producido un nuevo descenso —el año anterior se declararon 91—. La situación actual representa una tasa de 6,4 casos por cada 100.000 habitantes, ligeramente inferior a la media estatal estimada, que es de 7,38 por cada 100.000.
Aunque la incidencia de sida ha disminuido drásticamente gracias a los avances en los tratamientos antirretrovirales, "persisten grandes desafíos, como la desinformación y el estigma, especialmente entre los jóvenes", señala Omsida. De hecho, el 10,6% de los nuevos diagnósticos correspondieron a personas menores de 25 años. En Aragón, las pruebas de VIH son gratuitas, anónimas y confidenciales para todas las personas. Sin embargo, preocupa que el 37% de los diagnósticos en jóvenes sea tardío. "Es fundamental que tanto la población como los profesionales sanitarios reconozcan que cualquier persona que tenga prácticas sexuales sin protección o se exponga a riesgos es vulnerable al VIH y a otras infecciones de transmisión sexual (ITS). La detección temprana no solo salva vidas, sino que también previene nuevas infecciones", advierte la asociación.
Para Omsida, "el aumento alarmante de las infecciones de transmisión sexual (ITS) entre jóvenes y adolescentes evidencia su vulnerabilidad". "A pesar de la amplia disponibilidad de información sobre salud sexual, muchos jóvenes siguen teniendo ideas erróneas sobre las vías de transmisión, los factores de riesgo y las medidas de prevención. Esta falta de comprensión puede estar influenciada por la percepción de que el VIH ya no representa una amenaza grave debido a los avances médicos, lo que ha llevado a una peligrosa pérdida del miedo. Sin embargo, el VIH no tiene cura, y su tratamiento es de por vida para mantener la infección bajo control", subraya la Asociación para la ayuda a personas afectadas por el VIH/sida.
En este sentido, Omsida remarca que "es imperativo ofrecer información clara, accesible y adaptada al contexto sociocultural y la edad de los jóvenes, abordando temas como la prevención, transmisión, síntomas y tratamiento del VIH e ITS", y añade: "Solo mediante la educación y el acceso a servicios de salud adecuados podremos reducir riesgos, combatir el estigma y mejorar la salud sexual de las nuevas generaciones".
"Hoy sigue siendo imprescindible una dosis de recuerdo o un rescate libre de prejuicios; prejuicios que la ignorancia sobre el VIH/sida provoca"
Por su parte, desde el espacio comunitario Centro Alba reivindican que para las organizaciones sociales que "cada día nos ocupamos de hacer llegar la información, las medidas de prevención y el acompañamiento social", la celebración del día 1 de diciembre es "una llamada, un recordatorio a la responsabilidad social y colectiva y a las relaciones humanas libres de prejuicios, que la ignorancia sobre el VIH/ sida provoca". "El enfoque de reducción de riesgos en nuestras prácticas, huye de la mirada estigmatizadora o culpabilizadora y propone consejos para el cuidado propio y colectivo desde una óptica responsable y libre de doble moral", añaden.
En opinión del Centro Alba, "las enfermedades transmisibles requieren un abordaje de sinceridad, de contextualización y la incorporación de variables sociales en el ámbito sanitario. Moralizar o enjuiciar, victimizar o criminalizar aumenta el estigma y el aislamiento; hemos de contar con la aún existente discriminación y los factores que la originan, como son los estereotipos culturales, de género o de clase social". Por ello "nos sigue pareciendo imprescindible el mensaje de que 'se trata de perseguir al virus y hacerle la vida imposible, no así a las personas".
"Tanto si consumimos drogas, o elegimos tener relaciones con pareja estable u ocasional, con una persona o con varias, consideramos que el riesgo está en las prácticas, no en que las personas pertenezcan a un determinado grupo social. Si el VIH no discrimina, nosotras tampoco. Una vez más no podemos revisar sólo nuestra responsabilidad personal sin señalar al mismo tiempo las deficiencias del sistema. Una política de salud pública basada en la promoción de la salud necesita medios y financiación para ponerse en práctica; la redistribución de la riqueza que creamos socialmente, no puede pasar por alto la inversión en dichas políticas", manifiestan desde el Centro Alba.
Así, critican que "llevamos ya varias décadas de recortes en gasto social, incluido el destinado a infraestructuras de salud pública e investigación básica. Muchas de las funciones vitales de atención a la salud fueron transferidas a proveedores externos, laboratorios farmacéuticos y fabricantes con ánimo de lucro". La consecuencia de "tratar la salud como negocio y no como un derecho", es que "la prevención, el diagnóstico y el tratamiento del VIH deben lidiar con los determinantes comerciales de la salud, es decir con todos aquellos factores relacionados con la economía global y sus políticas comerciales".
"De esta forma —continúa Centro Alba—, como cada vez más la evidencia apunta, las prácticas de los sectores comerciales —en concreto de corporaciones transnacionales- impiden que las personas que más los necesitan puedan acceder a los tratamientos a causa de los problemas derivados del monopolio y los precios, tanto regulatorios como de producción. Lamentablemente, la transparencia no define al actual ecosistema farmacéutico, el cual se cimenta sobre una gran opacidad en los costes de la investigación y desarrollo (I+D), en los resultados de los ensayos clínicos o en el precio real para el pagador público ". "Liberen los medicamentos",fue una de las consignas de los activistas sociales en referencia al VIH/sida en los años 90 del siglo pasado, que reclamaban que los avances médicos fueran bienes comunes y no artículos de lujo. "Lo mismo que el VIH no es cosa de otros, la justicia social tampoco", inciden.
"Por todas estas razones, el esfuerzo cotidiano de seguir construyendo comunidades afectivas, solidarias y con deseo de transformación social, nos parece fundamental. Hoy sigue siendo imprescindible una dosis de recuerdo o un rescate libre de prejuicios; prejuicios que la ignorancia sobre el VIH/sida provoca. El castigo no protege: la información, sí. La salud depende de las condiciones de vida. No hay salud para todas sin justicia y transformación social", concluyen desde el Centro Alba.
Casi la mitad de los nuevos diagnósticos de VIH en Aragón son tardíos
"Un 45% de los nuevos casos de VIH en Aragón aún se diagnostica tarde. Aunque cada vez se detecta antes la infección —en 2022 ese porcentaje fue del 52,7%—, los expertos quieren reducir todo lo posible los casos en los que el diagnóstico se demora más de lo aconsejable. Ante la infección por VIH el tiempo de reacción es fundamental. El diagnóstico precoz de la infección permite incrementar la eficacia de los tratamientos contra el virus y, por lo tanto, la esperanza y la calidad de vida de las personas infectadas", explica la directora general de Salud Pública del Gobierno de Aragón, Nuria Gayán.
Gayán insiste en la necesidad de impulsar "todos aquellos programas que ayuden a prevenir esta infección y, en general, las infecciones de transmisión sexual, además de fomentar la accesibilidad a los test de diagnóstico". "En los últimos años, se han logrado hitos muy esperanzadores en la lucha contra el VIH —dice Gayán—. En el Estado español se ha cumplido el objetivo 90-90-90 de ONUSIDA para 2020, lo que significa que el 90% de las personas con VIH conocen su diagnóstico, el 90% están en tratamiento, y el 90% de quienes lo reciben han suprimido la carga viral", afirma.
"Pero los objetivos deben ser más ambiciosos", añade Gayán. "Tenemos un nuevo reto: alcanzar el horizonte 95-95-95 para el año 2030. Esto significa que el 95% de las personas con VIH conozcan su estado serológico, el 95% reciban tratamiento y, el 95% consigan suprimir la carga viral", dice la directora general y suma un cuarto objetivo, "que el 95% de las personas con VIH gocen de una calidad de vida sin estigma ni discriminación".
Actos en Zaragoza
Omsida y Centro Alba, junto a ocho entidades más, han organizado este domingo, 1 de diciembre, diversos en Zaragoza con el lema "No pases por encima".
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